España conquistó la medalla de Oro tras imponerse en la prórroga 5-3 a Francia (con dobletes de Fermín López y Sergio Camello), en una de las Finales más espectaculares en el futbol varonil en los Juegos Olímpicos y en la que más goles se han anotado.

En el Parque de los Príncipes, el cuadro español se convirtió en el nuevo rey olímpico.

Un gol de Sergio Camello, al 100’, acabó con la revolución francesa, un equipo que estuvo al borde de la derrota en el tiempo regular y que mandó el juego a la prórroga tras igualar en la reposición del complemento, tras levantarse de una desventaja de dos goles.

La Final del futbol varonil no dio tregua, fue un partido intenso en cada minuto, con múltiples llegadas, disparos al poste y sí, muchos goles, como aquel que al 11 marcó Enzo Millot tras un grotesco error del portero español Arnau Tenas, al que se le escurrió la pelota en un tiro de rutina.

Entonces apareció Fermín López, el mejor futbolista de España en el torneo, el que al 18 cacheteó el esférico para guardarlo cerca del palo derecho, quien al 25 incrementó la ventaja al cazar un rebote.

Y así, de una manera sumamente explosiva, cayó también el tercero apenas al 28, un golazo de Alex Baena en la ejecución de un tiro libre.

En solo 10 minutos, España mandó a la lona a una Selección francesa al borde del nocaut, un equipo que reaccionó hasta la reposición del primer tiempo con remates de Jean-Philippe Mateta y Michael Olise.

El anfitrión iba a morirse en la raya y por ello agobió a España en el complemento, en donde Manu Kone cimbró el travesaño y luego obligó a una reacción felina al portero Tenas.

Los locales se acercaron al 79 con un gol de Maghnes Akliouche al desviar la pelota en un tiro libre y empataron a minutos del silbatazo final.

En un tiro de esquina, Beñat Turrientes abrazó a Arnaud Kalimuendo, jugada que el árbitro revisó en el VAR. Penal para Francia.

El empate, en los pies de Mateta, provocó la locura en el Parque de los Príncipes, donde incluso el técnico de la mayor Didier Deschamps celebraba con euforia, casi tanta como la del timonel Thierry Henry.

Todavía España tuvo un tiro al travesaño por parte del villano Turrientes. Parecía que el aspecto anímico favorecería a Francia en el tiempo extra para repetir el oro después de 40 años, pero entonces pesó más la genialidad de Adrian Bernabe al filtrar la pelota en el único hueco que dejaron los centrales franceses, justo al movimiento que marcó Camello, cuya definición con un remate picado le devolvió la ventaja a su equipo.

Al 120’, el portero Tenas mandó con la mano un trazo larguísimo para dejar mano a mano a Camello, implacable frente al guardameta, el gol que acabó con cualquier insurrección.

España había sido campeón por última vez en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

Ahora, la Roja consumó su verano de ensueño luego de que la mayor conquistara la Eurocopa y que la Sub 19 también se impusiera en el europeo, con una medalla de Oro más en París 2024.