El primer tiempo fue tal como se esperaba. Electrizante y de un ida y vuelta de vértigo.
Atlas y Chivas contagiados por el escenario imponente del Estadio Jalisco que, sin llegar al lleno (40,327 aficionados), era una locura.
Tan sólo al primer minuto, Atlas ya pisaba el área de Chivas con una llegada de Jeremy Márquez, quien no supo impactar el balón con fuerza y que llegó a las manos de Raúl Rangel.
Un minuto después, producto del ritmo sin freno con el que se arrancó, Aldo Rocha estuvo cerca de anotar un autogol, pero para su fortuna Camilo Vargas de nuevo se puso la capa de superhéroe para salvar su meta.
Atlas fue el que comenzó a dominar con la posesión del balón y una llegada relampagueante de Jhon Murillo por derecha envió centro, pero de manera insólita Raymundo Fulgencio envió su remate muy desviado al 15´.
Atlas seguía llegando, pero sin efectividad y hasta el 20’ Chivas tuvo su primer arribo de peligro con un tiro de Ricardo Marín que detuvo Camilo Vargas de manera espectacular.
Chivas se percató que con Pavel Pérez tenía presencia en el área y al 42’ tuvo la oportunidad con un tiro que rozó el travesaño.
En tiempo de compensación, Ricardo Marín anotó, pero se marcó fuera de lugar de Gilberto Sepúlveda, y el gol fue anulado.
Para la segunda parte, Atlas envió un aviso con un tiro de Murillo que alcanzó a desviar Rangel al 48’.
Chivas comenzó a tomar el mando con una propuesta más agresiva, pero sin contundencia, por lo que al 64’, Fernando Gago decidió que Isaac Brizuela ya se había cansado y mandó a la cancha a Javier ‘Chicharito’ Hernández en su regreso al Jalisco 14 años después.
Mientras, Atlas se mermaba en la parte física con una lesión muscular de Jhon Murillo, quien debió salir de cambio.
Atlas ya no respondía y Chivas era dueño del balón, por lo que al 74’, Roberto ‘Piojo’ Alvarado soltó un disparo potente desde fuera del área que resultó inalcanzable a la estirada de Camilo Vargas para el 1-0 que representaba el pase sin escalas a la Liguilla y de paso a la Concachampions 2025, y la sepultura para unos Rojinegros sin alma y corazón.
Al final, Chivas se regodeó tocando en corto para provocar el “Olé” de la afición y el canto del Cielito Lindo en un Estadio Jalisco imponente.
