EN EL “PIRATA” FUENTE

*La última barda que tenía el escudo del equipo de los
veracruzanos ya no existe
*Era lugar de reunión de todas las barras de los escualos

Alejandro Ávila/ NOTIVER

La empresa Pegsa Construcciones acabó con el último resquicio de los Tiburones Rojos; ese pedazo de cemento que se ubicaba en una esquina de la cabecera norte, el cuál fue cuidado y rehabilitado varias veces, pues ahí celebraban los aficionados cada 9 de abril el aniversario de la fundación del club Tiburones Rojos de Veracruz, fue tirado sin consideración alguna.


Con ello, no solo se va el escudo, sino el último espacio de alegrías, de esperanza, de recuerdos, y de visitas temporales para sacar la fotografía con lo que quedaba del club de tus amores.

El club Tiburones Rojos es más que un equipo de fútbol de media tabla que siempre peleaba por no descender, era la alegría del veracruzano cada 15 días en las tribunas del estadio Luis “Pirata” Fuente, era batucada, mentadas de madre, volovanes de tres por 10 pesos, corajes, gritos ahogados, pero sobre todo, era pasión y esperanza.

Para cualquier aficionado, seguramente le será difícil encontrar 10 momentos gloriosos de los Tiburones Rojos, y le faltarán dedos en las manos para enumerar los días bochornosos y cuantiosas derrotas; sin embargo, tanto de local como de visitante, el equipo siempre contó con el respaldo de sus seguidores, muchos de ellos avecindados en otros estados de la república en busca de una mejor calidad de vida, pero que siempre en su guarda ropa tenían la piel rojiazul y el escudo tatuado en su corazón.

Hace un par de semanas la empresa televisiva Univisión, tío a conocer las camisetas del fútbol mexicano más vendidas en los Estados Unidos, y a pesar de su desaparición en el estado de Virginia es la de los Tiburones Rojos la que más se vende; no duden que ahora, con la vasta migración de jarochos a Canadá, el país de la hoja de Maple esté inundado de camisetas de los Tiburones Rojos.

“La Chiva” Meza, uno de los porristas más famosos durante la época de gloria de los Tiburones Rojos en la década de los 50’s, mostraba una manta durante cada partido en el Parque Deportivo Veracruzano que decía, “Por Veracruz Sucumbir”; hoy, el sueño del regreso parece cada vez más lejano, imposible, aunque si algo caracteriza al veracruzano, es el aferrarse a sus sueños y, el volver a ver al Club Tiburones Rojos en la primera división del fútbol mexicano, es un sueño que todavía no se diluye.