Novak Djokovic está a un partido de conseguir la medalla de Oro Olímpica, el único título que le falta en su palmarés y podría hacerlo en París.

Una tarde donde varias palomas sobrevolaron sobre la Philippe Chatrier. Dicen que si nos fijáramos hacia dónde vuelan las palomas, veríamos que vuelan hacia la izquierda y son de buen presagio.

El ex número uno del mundo venció por 6-4 y 6-2 al italiano Lorenzo Musetti y enfrentará a la Final por el título olímpico al español Carlos Alcaraz, una de las Finales que el público pedía.

La Final se disputará el domingo 4 de agosto, en horario por confirmar.

Novak tiene una particularidad.

En un mismo partido puede ser aplaudido como abucheado, eso solo él puede lograrlo.

Al comienzo del segundo set el serbio reclamaba por un punto concedido al italiano.

Le arremetía al juez con las manos, se acercaba a su silla. Le exigía que lo miraba a los ojos.

Era el otro partido de Djokovic, encararse con el juez de silla, quien no se inmuta ante los reclamos del maximo ganador de títulos de Grand Slam en el circuito varonil.

El último punto se definió cuando la bola de Musetti salió fuera y simplemente el serbio la dejó pasar.

Novak se convirtió en el Fibalista olímpico más longevo con 37 años, desde 1989.

Nole se dejó caer al piso y extendió los brazos y soltó la raqueta.

Se levantó y caminó hacia su izquierda, en el mismo sentido que vuelan las palomas, podría ser de un buen presagio.

JUVENTUD CONTRA EXPERIENCIA

La Final entre Djokovic y Alcaraz reúne al tenista más veterano y al más joven en una definición del tenis en la historia de los Juegos Olímpicos en singles varonil. Novak tiene 37 años y Carlos tiene 21.