* Orden ejecutiva que restringe asilo a migrantes irregulares busca responder a críticas de Trump, de cara a las elecciones de noviembre, dicen expertos; ONG advierten que irán a tribunales
Miami.— El presidente estadounidense Joe Biden decidió blindarse de cara a las elecciones de noviembre y al debate del próximo 27 de junio, en uno de los temas clave de la campaña y por el que los republicanos lo critican incansablemente: la migración.
Biden confirmó ayer que, a partir del primer minuto de este miércoles, entra en vigor una orden ejecutiva que, en esencia, bloquea el asilo a los migrantes que crucen irregularmente la frontera.
“La verdad es que hay una crisis mundial de migrantes. Si Estados Unidos no asegura su frontera, no hay límite para el número de personas que pueden tratar de venir aquí”, dijo en su conferencia, en la que insistió en que la nación no renuncia a su esencia migrante, pero requiere seguridad en estos momentos.
La orden prohíbe a los migrantes que crucen irregularmente la frontera sur de EU solicitar asilo, al superar estos cruces los 2 mil 500 diarios en un periodo de siete días; la medida se pausará cuando la cifra disminuya a mil 500.
Expertos y activistas advierten que hace años que los cruces rebasan, por mucho, los mil 500, por lo que la orden habría llegado para quedarse. Biden, consciente de que la orden lo acerca mucho más al tipo de políticas que aplicaba su antecesor, Donald Trump, no sólo se esforzó por desmarcarse de éste, sino que lo culpó directamente de haber tenido que llegar a esta situación.
Señaló que presentó una ley de seguridad fronteriza que no sólo restringía la migración, sino atendía otros temas clave, como el de asignar más recursos para tener más agentes, más jueces migratorios y tecnología, pero Trump ordenó a los republicanos que no lo aprobaran en el Congreso por no convenir a sus intereses políticos.
“Fue una acción política extremadamente cínica”.
Subrayó que, a diferencia de Trump, “nunca demonizaré a los migrantes. Nunca me referiré a ellos como un veneno para la sangre de nuestro país”, y que trabaja con México “como socios, como iguales”, en vez de atacar al vecino país, como hacía su antecesor.
La orden no aplica a menores no acompañados, ni puede usarse para separar familias, advirtió Biden.
Sin embargo, la medida levanta muchas dudas.
“Va a ser muy difícil que las solicitudes de asilo se reactiven como las habíamos conocido”, dijo José Jordán, abogado experto en migración.
Porque además, se vuelven más estrictos los requisitos que un migrante puede utilizar para alegar “miedo creíble”.
“La orden es que la entrevista de miedo creíble, que es el primer paso, se endurezca y no se le dé la opción de entrar en proceso de asilo quienes no demuestren ese miedo fehacientemente”, explicó Jordán; “en ese momento las personas que no pasen el miedo creíble serán de inmediato procesadas y deportadas”.
Ese proceso implica que los migrantes, además de ser deportados, se enfrentarían a una prohibición de regresar a EU en un lapso de cinco años.
Desde enero de 2023, además de sus propios ciudadanos, México ha acordado aceptar un total combinado de hasta 30 mil retornos transfronterizos de ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela cada mes; migrantes de otros países serían deportados en vuelos en cuestión de días, si no es que horas.
El propio Alto Comisionado de Naciones para los Refugiados (ACNUR) se declaró “muy preocupado” por la orden firmada por Biden.
“Las nuevas medidas denegarán el acceso al asilo a muchas personas que necesitan protección internacional y que ahora estarán sin una opción viable para buscar seguridad. Cualquier persona que alegue tener temores fundados a ser perseguida en su país de origen debe tener acceso a un territorio seguro”, añadió.
De acuerdo con el Council on Foreign Relations de EU, la orden ejecutiva está diseñada para anticiparse a los ataques de los republicanos sobre la seguridad fronteriza y tratar de neutralizar las críticas de Trump en su debate.
A sabiendas de ello, Trump calificó la orden de una “amnistía”.
Los republicanos dijeron que es “muy poco, muy tarde”.
Las ONG advirtieron que demandarán. Empezando por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), cuyo director de estrategias, Jonathan Blazer, expresó que la orden ejecutiva socava los principios de un sistema de asilo justo y es un reflejo de políticas antiinmigrantes que se veían con Trump, no con los demócratas.
Por ello, demandarán para tratar de echar abajo la medida.
La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés) advirtió que estas políticas “perpetúan un sistema de detención y deportación que pone en riesgo la seguridad y los derechos humanos de los migrantes”.