* Biden firmó una orden ejecutiva para controlar el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial (IA) y su aplicación en todos los sectores de la sociedad
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó hoy 30 de octubre de 20233 una orden ejecutiva para controlar el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial (IA) y su aplicación en todos los sectores de la sociedad ante los riesgos que plantea esta nueva tecnología.
“Necesitamos controlar esta tecnología y no hay forma de evitarlo”, explicó Biden que estaba acompañado por la vicepresidenta Kamala Harris, quien el martes viajará al Reino Unido para participar en una cumbre mundial sobre inteligencia artificial.
Biden calificó la orden ejecutiva como la “acción más significativa” adoptada por cualquier gobierno del mundo hasta el momento lo que permitirá a Estados Unidos ser el líder y modelo que otros países seguirán para controlar el desarrollo de IA.
Biden se basa en una ley de la Guerra Fría
El presidente de Estados Unidos se basó en una ley que data de la Guerra Fría, la Defense Production Act (1950), que otorga al gobierno cierto poder de coacción sobre las empresas cuando está en juego la seguridad de Estados Unidos.
Con el decreto, los desarrolladores de inteligencia artificial tendrán, entre otras cosas, que presentar al gobierno federal los resultados de sus pruebas de seguridad cuando sus proyectos supongan "un grave riesgo para la seguridad nacional, la seguridad económica nacional o la salud pública".
Los Departamentos de Energía e Interior vigilarán las posibles amenazas de sistemas de IA sobre infraestructuras críticas y los riesgos que pueda suponer en los campos químico, biológico, radiológico, nuclear o de ciberseguridad.
También, emitirá recomendaciones sobre la detección e identificación de contenidos generados con inteligencia artificial, una tecnología que permite producir a muy alta velocidad imágenes, sonidos e incluso videos más fieles a la realidad.
El presidente estadounidense también publicará recomendaciones sobre la discriminación, ante los sesgos que pueden tener los sistemas de inteligencia artificial, y se compromete a vigilar el impacto de esta revolución tecnológica en el empleo.