MACRON, TRAS LA CAÍDA DEL GOBIERNO DE BARNIER

*El presidente de la República comparece para atacar a los extremos ideológicos que, según él, han tumbado al Ejecutivo y asegura que no piensa renunciar a los 30 meses de presidencia que le quedan.

PARIS. .-La aprobación de la moción de censura contra el primer ministro, Michel Barnier, hunde a Francia en su segunda gran crisis política en seis meses.

El presidente Emmanuel Macron deberá nombrar un nuevo premier, al tiempo que encara presiones de la oposición para que dimita.

El gobierno de cualquier nuevo primer ministro promete estar plagado de bloqueos por parte de la oposición.

¿Qué pasos deberá dar Macron?

¿Qué pasará con el presupuesto de 2025, en el centro de la última discordia?

Lo explicamos.

1-¿Qué continúa tras el cese del gobierno de Barnier?
El presidente Emmanuel Macron puede nombrar un nuevo primer ministro, designar a Michel Barnier como el líder de una Administración interina o formar un gobierno tecnocrático, con un grupo de expertos, hasta que pueda haber elecciones, en julio del próximo año.

Barnier ya sostuvo este 5 de diciembre una reunión con Macron, en el Palacio del Elíseo, en la que presentó su renuncia.

Poco después, el mandatario inició consultas con la mirada puesta en un sustituto para el político que solo estuvo tres meses liderando el gabinete.

De acuerdo con el artículo 50 de la Constitución francesa, tras la aprobación de una moción de censura en la Asamblea Nacional, "el primer ministro deberá presentar al presidente de la República la dimisión del Gobierno".

Según fuentes del Elíseo, Macron nombrará pronto a un nuevo primer ministro.

Los funcionarios, citados por Reuters, indicaron que el jefe de Estado se apresuraría a nombrar un sustituto de Barnier, incluso antes del sábado 7 de diciembre, cuando París prepara un evento con invitados de primera línea para la reapertura de la catedral de Notre-Dame, incluido el presidente electo de EU., Donald Trump.

Pero cualquier premier enfrentará los mismos desafíos que llevaron a la caída de Barnier, incluido el presupuesto de 2025, en un Parlamento profundamente dividido en un momento en que Francia necesita solucionar su déficit en las finanzas públicas.

El partido Francia Insumisa, considerado de extrema izquierda, señaló este jueves que censurará “automáticamente” a cualquier primer ministro que no provenga del NFP

Los desafíos para el mandatario aumentan en momentos en que la oposición, particularmente el partido Francia Insumisa, presiona por la dimisión de Macron y remarca que censurará "automáticamente" a cualquier premier que sea nombrado y no pertenezca a la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular.

¿Es posible una renuncia de Macron, como presiona la oposición?

Según la Constitución, el mandato de Emmanuel Macron se extiende hasta la primavera de 2027, pero los opositores de extrema izquierda y extrema derecha han exigido que renuncie para asumir la responsabilidad de la crisis política.

Una petición en la que el partido Francia Insumisa, considerado de extrema izquierda, insistió este jueves 5 de diciembre.

Por su parte, la líder la ultraderecha francesa, Marine Le Pen, ha señalado que una reestructuración del gobierno tiene pocas posibilidades de éxito a largo plazo.

Los previsibles rechazos a cualquier política de un nuevo primer ministro que no provenga de las filas de la oposición, particularmente de la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP)-con más escaños en la Asamblea Nacional-complicarán la forma de gobernar o la aprobación de cualquier política.

Y es que actualmente, Francia cuenta con un oficialismo de minoría en el Parlamento, al tiempo que ninguna bancada política ostenta la mayoría absoluta del Legislativo, pero convocar a unas nuevas elecciones legislativas no es posible, al menos por un tiempo.

Tras los comicios anticipados de mitad de año, y según los lineamientos de la Constitución, solo será posible realizar elecciones hasta julio de 2025.

En medio de este panorama, la oposición asegura que solo hay una opción: la dimisión de Macron.

Gran parte de la atención se centra en el mandatario después de que una encuesta en línea mostró que el 64% de los votantes quieren que renuncie.

Pero la Carta Magna otorga amplios poderes al presidente en situaciones de crisis.

El mandatario puede convocar referendos y tiene la posibilidad, ciertamente extrema, de invocar los "plenos poderes" de emergencia en virtud del Artículo 16, redactado por los fundadores de la Quinta República con la mirada puesta en tiempos de guerra.

Hasta ahora, el presidente ha respondido a las demandas de dimisión con la promesa de cumplir su papel "con toda mi energía, hasta el último segundo".

¿Qué ocurrirá con el presupuesto de 2025, en el centro de la renovada crisis política?

Si el Parlamento no ha aprobado un presupuesto para el próximo 20 de diciembre, el Gobierno puede proponer una legislación de emergencia que extendería los límites de gasto y las disposiciones fiscales de 2024, a la espera de la instalación de un nuevo gabinete y un nuevo proyecto de ley de presupuesto para 2025.

Los 63 mil millones de dólares de ahorro mediante recortes de gasto y aumentos de impuestos planeados por la Administración de Michel Barnier -bien recibidos por los inversores y las agencias de calificación- quedarían estancados.

El partido de Marine Le Pen ha señalado que los hogares estarían mejor en este escenario, algo que el Gobierno de Barnier niega y afirma que más personas terminarán pagando impuestos o impuestos adicionales si los umbrales no se pueden ajustar a la inflación.

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¿Por qué el gobierno de Barnier fue censurado?

Las dos fuerzas de oposición cumplieron su amenaza de presentar las mociones de censura después de que el lunes 2 de diciembre el primer ministro, Michel Barnier, activara el artículo 49.3 de la Constitución que le permite aprobar un proyecto de ley sin votación.

En este caso, el presupuesto de la Seguridad Social.

Barnier tomó la arriesgada decisión tras semanas de profundos desacuerdos para aprobar los fondos para 2025.

Pese a que el premier hizo algunas concesiones en su propuesta, incluida una de último minuto, el lunes, con la que prometió la eliminación de un aumento planificado del impuesto a la electricidad, la ultraderecha insistió hasta el final en que no era suficiente.

El impasse en torno a este proyecto proviene del intento del Gobierno de reducir el creciente déficit público de Francia mediante la recaudación de 60.000 millones de euros en aumentos de impuestos y recortes de gasto en su presupuesto de 2025.

Pero las fricciones y las dificultades para gobernar ya se preveían desde las elecciones legislativas anticipadas de mitad de año.

Tras los comicios, ninguna bancada política obtuvo la mayoría absoluta de la Asamblea, lo que siguió a meses de complejas negociaciones para formar una Administración y la designación de Barnier por parte de Macron no dejó satisfecho a todo el espectro político.

Entre ellos, el NFP, que remarcó que el primer ministro debió provenir de sus filas debido a que ocupó el primer lugar en las votaciones.

Ahora, Francia parece volver a estancarse en el mismo escenario de desacuerdos y complejidades para designar un nuevo primer ministro que sea aceptado, al menos, por la mayor parte del espectro político.

Una encrucijada que Macron deberá intentar desenredar antes de las elecciones legislativas de julio de 2025.

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