EN CISJORDANIA

* La directora regional de UNICEF para Oriente Próximo y Norte de África, Adele Khodr, aseguró que en las últimas 12 semanas, 83 niños y niñas han sido asesinados, más del doble de todos los niños y niñas asesinados en todo 2022

MADRID. - El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) recalcó este jueves que 2023 "ha sido el año más mortífero para la infancia" en Cisjordania y Jerusalén en la historia y reiteró que "la violencia relacionada con el conflicto alcanzó niveles sin precedentes".

"En las últimas doce semanas, 83 niños y niñas han sido asesinados, más del doble de todos los niños y niñas asesinados en todo 2022, en medio de un aumento de las operaciones militares y de las fuerzas policiales (de Israel)", según ha indicado la directora regional de UNICEF para Oriente Próximo y Norte de África, Adele Khodr.

Así, insistió que "más de 576 resultaron heridos y se ha informado de la detención de algunos otros", antes de agregar que "Cisjordania se ha visto duramente afectada por restricciones de acceso y movimiento", según un comunicado publicado por el organismo.

"Mientras el mundo mira con horror la situación en la Franja de Gaza, los niños y niñas de Cisjordania están viviendo su propia pesadilla", manifestó Khodr, que ha hecho hincapié en que "vivir con un sentimiento casi constante de miedo y dolor es, tristemente, demasiado común para los niños afectados".

"Muchos cuentan que el miedo se ha convertido en parte de su vida diaria, y que tienen miedo incluso de caminar hacia la escuela o de jugar al aire libre, debido a la amenaza de disparos y otro tipo de violencia relacionada con el conflicto", ha lamentado, al tiempo que ha mostrado la enorme preocupación de UNICEF por la situación en torno al derecho de los niños a la seguridad y la protección, así como a "su inherente derecho a la vida".

En este sentido, ha abundado en que "los niños que viven en Cisjordania, también en Jerusalén Este, han experimentado una demoledora violencia durante muchos años" y ha insistido en que "la intensidad de esa violencia ha aumentado dramáticamente desde los terribles ataques del 7 de octubre".

"La violencia relacionada con el conflicto ha matado a 124 niños y niñas palestinos y a seis niños y niñas israelíes desde comienzos de 2023", ha recordado, al tiempo que ha insistido en que "las graves violaciones contra los niños, especialmente el asesinato y la mutilación, son inaceptables".

Por ello, ha instado "a todas las partes" a "cumplir sus obligaciones bajo el derecho internacional humanitario, así como a proteger a los niños de la violencia relacionada con el conflicto y proteger su derecho más básico a, simplemente, vivir".

"Los niños nunca deberían ser objetivo de la violencia, no importa quiénes sean o dónde estén. Acabar con la violencia recurrente es la mejor manera de garantizar que los niños puedan crecer en paz y seguros", ha manifestado.

"El sufrimiento de los niños y niñas en Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este, no debe quedar en segundo plano en medio del conflicto actual. Es parte de él", ha remachado Khodr, horas después de que el Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Volker Turk, alertara del "rápido deterioro" de la situación de los Derechos Humanos en Cisjordania y Jerusalén Este desde el 7 de octubre y pidiera a Israel que "ponga fin a las ejecuciones extrajudiciales y la violencia de los colonos" contra la población palestina.

Así, destacó que hasta el momento se ha verificado la muerte de 300 palestinos, entre ellos 79 niños, entre el 7 de octubre y el 27 de diciembre en Cisjordania y Jerusalén Este.

De esta cifra, 291 palestinos murieron a manos de las fuerzas de seguridad, mientras que ocho murieron en ataques perpetrados por colonos.

Un palestino murió "a manos de las fuerzas israelíes o de colonos".

De forma previa al 7 de octubre, 200 palestinos habían muerto en esta zona en 2023, la cifra más alta en un periodo de diez meses desde que la ONU empezó a realizar registros de este tipo en 2005, reflejo del repunte de la violencia en la zona ya antes de los ataques ejecutados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contra Israel, que dejaron cerca de mil 200 muertos y unos 240 secuestrados, según los balances de las autoridades israelíes.