* Las autoridades israelíes dicen que terminar la guerra ahora supondría una victoria para Hamás, una postura compartida por el gobierno de Joe Biden, que al mismo tiempo ha pedido a su aliado que haga más para evitar daños a la población civil palestina.

DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza — Los aviones de guerra israelíes atacaron el sábado dos campos de refugiados urbanos en el centro de la Franja de Gaza, mientras el gobierno de Estados Unidos aprobó una nueva venta urgente de armas a Israel a pesar de los insistentes llamados internacionales a un alto el fuego ante el aumento de las víctimas civiles y los desplazamientos masivos en el enclave.


Israel sostiene que está decidido a seguir adelante con su campaña aérea y terrestre sin precedentes hasta desmantelar a Hamás, un objetivo que algunos consideran inalcanzable por el fuerte arraigo del grupo insurgente en la sociedad palestina. Washington ha blindado diplomáticamente a Israel y ha seguido proporcionándole armas.

Las autoridades israelíes dicen que terminar la guerra ahora supondría una victoria para Hamás, una postura compartida por el gobierno de Joe Biden, que al mismo tiempo ha pedido a su aliado que haga más para evitar daños a la población civil palestina.

La guerra, provocada por el letal ataque de Hamás sobre el sur de Israel el pasado 7 de octubre, ha desplazado a alrededor del 85% de los 2,3 millones de habitantes de la Franja y llevó a oleadas de personas a refugiarse en zonas designadas por Israel como seguras, que han sido bombardeadas igual por el ejército. Esto ha dejado a los palestinos con la angustiosa sensación de que no hay lugares seguros en el pequeño territorio.

Los residentes en los campos de refugiados urbanos de Nuseirat y Bureij, que recientemente se han convertido en foco de combates, reportaron ataques aéreos israelíes durante la noche y la mañana del sábado.

Mustafa Abu Wawee, que vive en Nuseirat, dijo que uno de los ataques alcanzó la casa de uno de sus familiares y mató a dos personas.

“La ocupación (israelí) está haciendo todo lo posible para obligar a la gente a marcharse”, contó por teléfono mientras buscaba, junto a otros, a cuatro desaparecidos bajo los escombros.
“Quieren doblegar nuestro espíritu y voluntad pero fracasarán. Estamos aquí para quedarnos”.

Un segundo ataque sobre Nuseirat alcanzó el viernes en la noche la casa de un periodista de Al-Quds TV, una televisora vinculada al grupo insurgente Yihad Islámica, que también participó en el asalto de octubre.

Según la cadena, el reportero, Jaber Abu Hadros, falleció junto a seis miembros de su familia.

Un residente en Bureij, Rami Abu Mosab, indicó que durante la noche escucharon disparos en el campo, seguidos de intensos ataques aéreos el sábado.

Con las fuerzas israelíes avanzando cada vez más en Jan Younis y en los campos del centro de Gaza, decenas de miles de palestinos se marcharon en los últimos días a la ya abarrotada ciudad de Rafah, en el extremo sur del sitiado territorio.

Imágenes tomadas con drones mostraron un vasto campamento con miles de tiendas y chozas improvisadas en un terreno hasta ahora vacío en el extremo occidental de Rafah, junto a los almacenes de Naciones Unidas.

Los desplazados llegaron a la zona en camionetas, carros y, muchos de ellos, a pie.

Quienes no encontraron hueco en los ya desbordados albergues, levantaron tiendas al borde las carreteras, llenas de lodo tras las recientes lluvias.

AUMENTAN LOS MUERTOS


La guerra se ha cobrado ya la vida de más de 21.500 palestinos, en su mayoría mujeres y menores, según el Ministerio de Salud del territorio gobernador por Hamás, que no diferencia entre víctimas civiles y combatientes.

Israel responsabiliza al grupo insurgente de las muertes y los heridos civiles alegando que los combatientes se infiltran en la infraestructura civil.

Las autoridades israelíes se han comprometido a llevar de vuelta a casa a los más de 100 rehenes que siguen retenidos por los insurgentes desde su ataque del 7 de octubre.

El asalto dejó unos 1.200 muertos, en su mayoría civiles.

El ejército israelí indicó que 168 de sus soldados han muerto desde el inicio de la ofensiva terrestre.