* En el barrio mexicano de Milwaukee cuyo epicentro es la calle César Chávez, cuenta también con una iglesia, la de San Josafat, en donde junto al altar hay una imagen de la Virgen de Guadalupe
MILWAUKEE (Agencias).- “Somos trabajadores, no le robamos a nadie su empleo”, comentó una señora empleada en la zona de comida del supermercado mexicano, “El Rey”, que se encuentra a unos 5 kilómetros de distante del Foro Fiserv; sede de la Convención Nacional del Partido Republicano.
La señora que platicó con Proceso que no quiso dar su nombre porque dice tiene miedo de los republicanos la busquen, es apenas una pequeña muestra del pánico y la indignación que le causa a los migrantes mexicanos las acusaciones infundadas y ofensas que les hace Trump.
El exmandatario y Vance, su compañero de fórmula y candidato a la vicepresidencia, aquí en Milwaukee han remachado la retórica del discurso segregacionista y la criminalización de los inmigrantes.
La señora mexicana que trabaja en El Rey, preparando comida, al igual que otros clientes que se encontraban en el súper mercado, comentaron a Proceso que además de que están trabajando en Estados Unidos, también aportan al desarrollo económico del país en el que los criminalizan.
“A mí no me gusta la política ni la sigo ni la veo, pero sí sé que Trump no nos quiere y que dice que somos unos pinches asesinos y rateros, da miedo, y si gana (la presidencia) y nos persigue, que nos agarre, ya que me tendré que ir. ¡Vale madres!”, dijo otro mexicanos cliente del Rey.
Claudia Franco, embajadora y cónsul de México en Milwaukee, explicó al reportero de Proceso que en el estado de Wisconsin la población de mexicanos es de alrededor de 300 mil personas.
“Aquí en Milwaukee los mexicanos están muy bien integrados, trabajan en la construcción, en los supermercados, en la agricultura, en las manufacturas y la producción de lácteos, son como unos 100 mil”, explicó la embajadora Franco.
En el barrio mexicano de Milwaukee cuyo epicentro es la calle César Chávez, cuenta también con una iglesia, la de San Josafat, en donde junto al altar hay una imagen de la Virgen de Guadalupe.
En el barrio, se puede palpara que la economía de los Estados Unidos en su región del medio oeste es pujante, sobre el camellón de la calle César Chávez, hay pancartas solicitando trabajadores y anuncios sobre la impartición de talleres para los llamados empleados esenciales.
Ninguna de las ofertas de trabajo en el barrio mexicano de Milwaukee, encajaría en la narrativa racista de Trump y de los republicanos, como los puestos de labor que les están robando los inmigrantes.
La bonanza del barrio también se percibe en las varias agencias transferencia de dinero que en entre cuadra y cuadra, la publicidad que hacen estas son atractivas y muy creativas: “Pedro Infante te envía tu dinero”, se lee en uno de esos cárteles.
A la par, hay líneas de autobuses privadas que salen de Milwaukee a San Luis Potosí, Guadalajara, Morelia y Ciudad de México.
El boleto de ida de Milwaukee a la capital mexicano cuesta 330 dólares y se hace en 40 horas con algunas paradas de descanso el camino.
¿Qué mensaje le enviaría Trump?, pregunto el reportero a la señora que trabaja en la sección de comida de El Rey.
“¡Qué chingue a su madre Trump!”, respondió otra señora empleada del supermercado y comadre de la señora a quien se le formuló la pregunta.