TIENEN MELLO AL PARTIDO DE MARINE LE PEN

* Connacionales muestran preocupación por la probabilidad de negar la reunificación familiar de los migrantes, anular el derecho de suelo, es decir, a ser galo por nacer en el país y acabar con doble nacionalidad

PARÍS.-En el célebre café Le Rostand, frente a los emblemáticos Jardines de Luxemburgo, en el corazón de París, entre los mexicanos reunidos hay inquietud, preocupación y desilusión por la situación de su patria adoptiva.

Desencanto porque la clase gobernante ha sido incapaz de escuchar a quienes no les alcanza para llegar a fin de mes y reclaman mejores condiciones y un reparto más equitativo de la riqueza.

El sufrimiento se ha recrudecido por la erosión del Estado de bienestar y el abandono de los servicios públicos, en la salud, la educación y la cultura.

Preocupación por la polarización, la tolerancia hacia el discurso de odio y porque hay una parte importante de la población que cree que la solución a los problemas nacionales es abrir la puerta del poder a la extrema derecha.

Nerviosismo por lo que pudiera avecinarse si en segunda vuelta de las legislativas triunfa Rassemblement National (RN), de Marine Le Pen, hija del antisemita Jean-Marie Le Pen y fundador del movimiento.

Entre sus miedos existe la posibilidad de que a sus hijos, por tener padres extranjeros, les nieguen el derecho a contender por un cargo de elección popular; hay la probabilidad de negar la reunificación familiar de migrantes, anular el derecho de suelo, a ser galo por nacer en el país, y acabar con la doble nacionalidad.

Sentados frente a pinturas orientalistas y decoración Art Deco, los mexicanos dicen al unísono que la abstención no es opción:

“Hay que votar contra la extrema derecha”, afirman a tono de coro.
“Es necesario votar para salvar la imagen internacional que tiene Francia de fraternidad, de respeto a los derechos del hombre. De ganar la extrema derecha la imagen se va a evaporar”, dice la aguascalentense Ana Cecilia Hornedo, docente en la Gran Escuela de Ingeniería Civil de París.

Teme por la normalización del discurso racista y xenófobo.

“El triunfo en las urnas los empoderará aún más. Macron se precipitó [disolviendo la Asamblea Nacional], y de paso echó a perder los Juegos Olímpicos, aguó la fiesta”.
“Hay que pararlos, hay crisis que deben atenderse de manera urgente, como la climática. Hoy la acción climática no es prioridad con el actual gobierno, si gana la extrema derecha los esfuerzos contra el calentamiento global quedarán en el olvido”, sostiene la artista del collage nacida en Pachuca, Indra Pacheco.

Para Sergio Ávalos, profesor de la Université de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines (UVSQ), hay que resistir el embate de los radicales de derecha, porque suponen un peligro para los derechos de los migrantes, la mujer, la comunidad LGBT y de personas con discapacidad, entre otras.

Aunque para el catedrático tabasqueño “desafortunadamente creo que el domingo vamos a salir a votar para retrasar su llegada al poder. Me voy a ver pesimista, pero es así, van a llegar con todo en las presidenciales de 2027”.

Los compatriotas coinciden en que Francia sólo se salvará del abismo si Macron acepta que el voto que ha obtenido desde 2017 no es a favor de él y su proyecto, sino para evitar que llegue al Palacio del Elíseo la ultraderecha y atienda las exigencias de la ciudadanía.

El rescate de Francia es posible si el tiempo de aquí a las presidenciales es usado por la izquierda para lanzar un proyecto alternativo que entusiasme.

Consideran que es posible lograrlo, está el ejemplo de los laboristas de Keir Starmer en el Reino Unido.

“Si Macron vuelve a ignorar que el voto fue de salvación, nos llevará la tostada. No hay que olvidar que cuando Francia arde, arde”, advierte Pacheco.

Reflexionan los connacionales José Manuel Aguirre, Leticia Clouthier y Bárbara Peón.

Si bien no hay afinidad política, en esta elección todos se alinean contra la derecha radical.

Estoy preocupado por la situación, estamos haciendo todo lo posible por minimizar los daños tratando de tumbarle diputados a la extrema derecha”, dice José Manuel Aguirre, quien ha trascendido de las palabras a la acción con un grupo de acción de la Francia Insumisa, tocando puertas, repartiendo volantes, hablando en tianguis, propagando un análisis crítico sobre los ultras.

“Hay que evitar que logren la mayoría absoluta, porque el primer ministro será de la extrema derecha y las políticas de base serán dictadas por ellos. Es preferible la ingobernabilidad en lo que resta del gobierno de Macron”.

Para el profesor de español en la Universidad Paris 2, la única diferencia entre la derecha y los ultras, es que en los últimos hay además racismo y xenofobia; ante la situación, admite que probablemente “contra el fuerte dolor que me causa en el corazón” y “en un acto de desesperación” votará por el candidato macronista.

Leticia Clouthier, impulsora de artistas y escritores, antigua directora del Centro Cultural de México en París, primera de 11 hijos del candidato a la presidencia por el PAN en 1988, Manuel Clouthier, y hermana de Tatiana Clouthier, exsecretaria de Economía, afirma que votará este domingo aterrada porque el mundo se está volviendo ultra a los extremos y en un contexto de profunda polarización.

“Me chocan las radicalizaciones, no entiendo que en México la gente haya votado para que les quitaran la democracia y ahora en Francia quieran votar para quitar la pluralidad, la cual enriquece a todos”.
“Pienso que Macron ha hecho las cosas bien, lo que pasa es que los franceses les gusta renegar de todo (…) siempre quieren que papá Dios les resuelva todo, no quieren soltar sus derechos adquiridos y no entienden que el mundo ha cambiado”.
“Mi papá decía que Francia es el país de los tuvos, tuvo un castillo, un rey, esto y el otro, pero ya no. Creo que Macron está tratando que Francia vuelva a ponerse al nivel de los grandes países”.

Afirma que de vencer la derecha de Le Pen, ya no podrá poner de ejemplo a Francia en derechos civiles y fundamentales, cuando hable con los jóvenes que tratan de tener una formación crítica en la Casa del Maquío, un proyecto que desarrolla en Culiacán, Sinaloa.

La fotógrafa queretana Bárbara Peón finaliza la charla con este diario y dice que la atmósfera es de tensión y temor; enfatiza que el voto puede resultar en una Francia mejor si se traduce en una reflexión sobre a dónde conducen los extremos.

“Lo que Francia necesita es equilibrio, una fuerza de centro, ojalá y se pueda encontrar. Todo ha sido muy difícil, todo se ha vuelto muy caótico, en todos los sentidos, todo está de cabeza. Sentimos que la Francia no es la de antes, la de los derechos humanos, sentimos que todo se está tambaleando”.
“Pero tampoco hay que ver todo negro, todavía no estamos del otro lado del puente. Esto nos tiene que llevar a la reflexión sobre el porqué la gente vota por la extrema derecha, si es por enojo, lavado de coco o convicción. A partir de ahí se puede revertir el proceso”
, puntualiza.