*México se ha convertido en “uno de los países con el mayor número de nuevas solicitudes de asilo en el mundo”, afirma el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
BRUSELAS. (Agencias).- México se ha convertido en uno de los refugios predilectos de las personas que están abandonando sus países de origen en busca de un “lugar seguro” para rehacer su vida, afirma el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
De acuerdo con el reporte de marzo divulgado por la agencia encabezada por el Alto Comisionado Filippo Grandi, México ha recibido en lo que va del año más de 16 mil 100 solicitudes de asilo.
El monto se suma a las más de 78 mil 900 registradas el año pasado, siendo la comunidad de origen hondureña la más representativa, seguida por los cubanos y haitianos.
En 2023, el país contabilizó más de 140 mil peticiones de 110 nacionalidades, lo que representó una cifra récord y un incremento de 17% en comparación con el año previo.
En 2022 casi hubo 120 mil peticiones de protección, mientras que en 2021 fueron más de 130 mil.
Estas cifras hacen de México “uno de los países con el mayor número de nuevas solicitudes de asilo en todo el mundo”, al tiempo que certifica su evolución de una nación casi exclusivamente de origen y tránsito a una de destino.
Los datos, además, “suponen presión adicional sobre el ya de por sí sobrecargado sistema de asilo”.
Si bien el organismo con sede en Ginebra reconoce que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ha cuadruplicado su capacidad de tramitación desde 2018, “sigue siendo insuficiente para satisfacer las necesidades actuales, en un contexto de falta de alternativas de estancia legal al asilo”.
Entre los principales retos a los que se enfrentan los solicitantes de asilo, el reporte destaca la falta de acceso a documentación oficial, como la Tarjeta Temporal por Razones Humanitarias, lo cual aumenta la vulnerabilidad al impedir el uso de servicios esenciales y deja a las personas sin otra opción que continuar el viaje hacia Estados Unidos.
La frontera sur es la puerta de acceso por excelencia: allí se registraron tres cuartas partes de las peticiones de asilo en 2024, concretamente en Chiapas, Tabasco y Veracruz.
“La frontera sur de México ha visto un incremento constante de llegadas, reflejado en el alto número de personas que buscan preinscribirse en la Comar”.
La Ciudad de México es otro foco de atención: ha visto un aumento constante de las aplicaciones, 18% del total el año pasado.
“Los centros de acogida suelen estar abarrotados, lo que ha provocado que un número creciente de personas, sobre todo familias con niños, duerman en la calle, exponiéndose a graves riesgos de protección, como la violencia contra las mujeres y las niñas. Esta situación ha provocado, en algunos casos, tensiones con la población local, dando lugar a expresiones de xenofobia y discriminación”.
Miles de personas en movimiento también viven en refugios formales e improvisados en el norte del país.
“Las condiciones meteorológicas extremas, los incidentes de seguridad, incluidos secuestros y extorsiones, así como los deficientes servicios sanitarios e de higiene, crean importantes riesgos de protección”.
Sostiene que las capacidades de acogida ofrecidas por el gobierno mexicano sufren la presión adicional generada por los desplazamientos internos provocados por la violencia; en 2024 el 55% de los lugares de acogida en el norte del país estaban ocupados por mexicanos.
En lo que va del presente año, el desplazamiento interno ha aumentado notablemente en los estados de Chiapas y Sinaloa, mientras que continúa en Michoacán y Oaxaca.
Sostiene que el censo nacional contabilizó más de 262 mil 400 personas desplazadas entre 2015 y 2020 a causa de la inseguridad y la violencia, “pero este número es ampliamente reconocido como una subestimación de la verdadera magnitud del desplazamiento interno en el país”.
Según la declaración colectiva de las ONG, entregada por escrito al Comité Ejecutivo del Alto Comisionado de ACNUR con motivo de su reunión celebrada en Ginebra del 11 al 13 de marzo, México, al igual que Colombia, Ecuador, Venezuela, Haití, Nicaragua, Guatemala y Honduras, se encuentra en el epicentro de una serie de crisis superpuestas que perpetúan los ciclos de angustia tanto para los desplazados internos como para las personas que buscan refugio.
Las ONG anticipan un empeoramiento de la situación como resultado de los cambios en las políticas migratorias en Estados Unidos.
“Las ONG prevén que una vez que estas políticas se apliquen plenamente en la frontera entre EU y México, miles de personas enfrentarán mayores riesgos y falta de servicios esenciales, con repercusiones más amplias en toda la región”.