*Los cambios demográficos en las entidades y el creciente interés de latinos en participar pueden inclinar la balanza este 5 de noviembre

MIAMI.- Las elecciones presidenciales en Estados Unidos presentan un panorama electoral más polarizado y diverso, con transformaciones profundas en la composición del electorado y en las dinámicas geográficas de poder.

Kamala Harris, la primera mujer afroestadounidense y asiática en encabezar una candidatura presidencial por el Partido Demócrata, frente a Donald Trump, el aspirante republicano, se enfrentan en un contexto marcado por cambios demográficos que afectan las tendencias de voto, especialmente en estados clave donde la raza, la etnicidad, la educación, el género y la geografía están moldeando las votaciones presidenciales.

Aunque los votantes blancos continúan representando el mayor grupo demográfico, su influencia ha disminuido en comparación con décadas anteriores a medida que las minorías, particularmente los latinos, afroestadounidenses y asiáticos, han crecido en número y participación política.

De acuerdo con estudios del Pew Research Center consultados por EL UNIVERSAL, los votantes blancos siguen siendo el bloque más grande del electorado, con 68% en 2024, aunque su proporción ha disminuido paulatinamente.

El apoyo de los votantes blancos se inclina mayoritariamente hacia Trump, con 56% que respalda al expresidente, en comparación con 41% para Harris.

Esta inclinación es más pronunciada entre hombres blancos, quienes ven en Trump un defensor de sus valores tradicionales y conservadores.

Las mujeres blancas presentan una división más marcada; aquellas sin educación universitaria continúan apoyando a Trump, mientras que Harris ha logrado atraer a mujeres blancas con estudios superiores, quienes favorecen las políticas progresistas sobre igualdad de género y derechos reproductivos.

El electorado latino es uno de los que más rápido crece en EU, representando casi 19% de la población total.

Harris lidera este sector con 52% de apoyo, mientras que Trump cuenta con el respaldo de 35%; sin embargo, el voto latino se ha caracterizado por ser muy variable.

Mientras que los latinos de origen mexicano, centroamericano y puertorriqueño tienden a apoyar más a los demócratas, los cubanoestadounidenses en Florida son tradicionalmente más conservadores y favorecen a Trump.

Este bloque será crucial en estados inestables electoralmente como Arizona, Texas y Florida.

De acuerdo con la Fundación Unidos US, “una mayoría de latinos que encuestamos en todo el país planea votar en las elecciones, con más de 60% de los latinos en Arizona, California, Colorado, Florida, Georgia y Pennsylvania afirmando que están completamente seguros de que votarán”, sin aclarar por cuál candidato.

El electorado afroestadounidense ha sido históricamente leal al Partido Demócrata y en 2024, Harris cuenta con un respaldo de 84% entre ellos.

No obstante, hay una clara división generacional.

Los votantes mayores de 50 años son más propensos a apoyar a Harris, en 86%, en comparación con los votantes jóvenes, quienes muestran un menor entusiasmo.

Las mujeres afroestadounidenses representan el grupo demográfico más leal, en especial en temas como la justicia racial y la atención médica.

Los hombres afroestadounidenses muestran un apoyo más moderado, aunque aún muy amplio hacia Harris.

El voto asiático aumentó su influencia en los últimos comicios y este año electoral Harris cuenta con 61% de apoyo, mientras que Trump tiene 28%.

Este grupo, aunque más pequeño en comparación con los latinos o afroestadounidenses, es cada vez más decisivo en estados como California, Nevada y Nueva York.

Las políticas de Harris sobre justicia racial y atención médica resuenan entre los votantes asiáticos, lo que le ha permitido aumentar su apoyo en comparación con elecciones anteriores.

Desde una perspectiva geopolítica y siguiendo con los estudios del Pew Research Center, varios estados experimentaron cambios demográficos que tendrán un impacto trascendental.

De entre todos, los considerados péndulo, debido a su fluctuación histórica entre votar por candidatos republicanos o demócratas y sus cambios demográficos recientes, los convierten en áreas clave: Michigan, Wisconsin y Pennsylvania.

Estos fueron cruciales en las elecciones de 2016 y 2020.

En 2016, Trump ganó en gran parte debido a su atractivo entre los votantes blancos de clase trabajadora sin título universitario; un grupo demográfico de enorme importancia en estos estados, aunque en 2020 Biden los recuperó.

Las áreas suburbanas, especialmente alrededor de Detroit, Philadelphia y Milwaukee, se han vuelto más diversas y progresistas.

Arizona ha visto un aumento considerable en su población latina, que ahora representa 30% de la población total.

Este grupo tiende a inclinarse hacia el Partido Demócrata; además, ha experimentado una afluencia de migrantes de otros estados, en particular de California, que tienden a ser más progresistas.