* El ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006, fue autor de la celebrada 'Trilogía de Nueva York'
WASHINGTON.- La noticia de la muerte del narrador y poeta estadunidense Paul Auster (1947-2024), anoche en su casa de Brooklyn por complicaciones de un cáncer de pulmón, a los 77 años, atravesó “como una daga helada” y pegó “como un tren” a la comunidad literaria mexicana.
Considerado una luminaria de las letras estadunidenses, el también guionista de cine y traductor del francés publicó en noviembre pasado su novela Baumgartner mientras afrontaba el cáncer, padecimiento que hizo público su mujer, la escritora Siri Hustvedt, en marzo de 2023.
Quien saltó a la fama en los años 80 del siglo pasado, con su revitalización posmoderna de la novela negra, deja un legado de 18 novelas, entre las que destaca La llama inmortal de Stephen Crane.
“La noticia me atraviesa como una daga helada. La invención de la soledad. La trilogía de Nueva York. Brooklyn Follies. Duele. Una voz que me ha acompañado se apaga. Triste”, comentó la escritora Monica Lavín en su cuenta de X.
“Esta noticia me pega como un tren. Ha muerto un autor fundamental para mi formación como lector y escritor. Su obra me ha marcado de maneras muy distintas y profundas. Lo echaré de menos”, agregó el escritor Mauricio Montiel Figueiras.
Marisol Schulz, directora de la FIL Guadalajara, señaló que con el fallecimiento del Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006 “se apaga una de las mejores voces de nuestro tiempo”.
Para Ricardo Raphael, “hay escritores que te constituyen como el ser humano que eres. Auster fue sin duda uno de ellos para mí. Me entristece mucho saber que ya no estará”.
Y la editora Consuelo Sáizar agradeció al autor de 4 3 2 1 “por el mundo de letras y de imaginación que nos invitaste a habitar”.
En 2020, en una charla virtual con la escritora Valeria Luiselli, en el marco del Hay Festival Querétaro, Auster admitió que “Los mexicanos se han visto ridiculizados a lo largo de la historia de Estados Unidos de formas muy deplorables. Revisé el siglo XIX, para hacer una novela, y desde entonces las cosas no han cambiado. Es un lugar tan contradictorio que pocas personas son bienvenidas”.