En el corazón de un asentamiento israelí en Cisjordania ocupada, la "Academia Israelí de Antiterrorismo y Seguridad" resuena con disparos y el aroma de la pólvora. Incluso aquellos que nunca habían sostenido una pistola en su vida, como Moria, madre de seis hijos, no titubean al aprender a disparar. Durante una clase de tiro, apuntan a blancos con imágenes de milicianos palestinos armados.

Moria, una mujer de 39 años que vive cerca de la Franja de Gaza, explica su motivación: "Quiero saber cómo usar esto, aunque espero no tener que hacerlo. Mi esposo está en el Ejército, y estoy sola con los niños en casa. Debo protegerlos".

El contexto de violencia en la Franja de Gaza ha llevado a estos civiles a prepararse para su autodefensa en un momento de incertidumbre y temor, mientras el conflicto entre Israel y Hamás sigue cobrando un alto precio en vidas humanas y seguridad.