* Indy Gregory padece una rara enfermedad mitocondrial; será desconectada de los soportes vitales que la mantienen con vida tras la negativa de los jueces ingleses a trasladarla a Italia

Indi Gregory, de ocho meses, sufre una rara enfermedad mitocondrial que significa que sus células no producen suficiente energía y ha estado recibiendo soporte vital completo desde principios de septiembre.


Sus médicos dicen que sufre mucho dolor y angustia y que no tiene sentido continuar el tratamiento. 

El miércoles, un juez dictaminó que se le debía retirar el soporte vital, ya sea en el hospital o en un hospicio. 

Sus padres cuestionaron esto, diciendo que se le debería permitir que le retiraran el tratamiento en casa, algo que el tribunal había dictaminado que ya no era posible debido al deterioro de su condición, ya que esa opción se había discutido previamente.


El Tribunal de Apelaciones del Reino Unido desestimó su impugnación en una audiencia remota el viernes. 

Los jueces británicos se han puesto repetidamente del lado de los médicos en tales casos, donde el interés superior del niño tiene prioridad, incluso si los padres se oponen al tratamiento propuesto.

"Los motivos de apelación carecen totalmente de fundamento", dijo el juez Peter Jackson al pronunciar el fallo. "Aunque se trata de una decisión legal, se toma con plena conciencia de la cuestión profundamente sensible que se encuentra en el centro del proceso".


Jackson dijo que una suspensión que impedía a los médicos retirarle el tratamiento, que fue concedida para permitir que se llevara a cabo la apelación, había llegado a su fin.

"(La madre de Indi) Claire y yo estamos nuevamente disgustados por otra decisión unilateral de los jueces", dijo el padre del bebé, Dean Gregory, en un comunicado proporcionado por Christian Concern, un grupo que apoya a la familia. "Esto parece la última patada en el diente y no dejaremos de luchar por la oportunidad de que nuestra hija viva hasta el final", añadió.


El mes pasado, el Tribunal Superior de Inglaterra dictaminó que lo mejor para el bebé era retirarle el soporte vital, rechazando una solicitud de sus padres para que se le permitiera llevarla al hospital infantil del Vaticano en Roma.