**De moda los Museos de Ancianos
**Maratones de intrigas y envidias
**“Golpes bajos de los pigmeos”
**Mujeres y hombres de lágrima fácil
 
Luis Velázquez
¡Un privilegio la amistad de Ricardo Rubín!
 
BANDERAZO DE SALIDA
: La vida económica y social en Veracruz es dura y ruda… Muy canija… Por ejemplo: los trabajos de los hijos de una familia son los siguientes… Una hija se sostiene vendiendo tamales… Otra, vendiendo garnachas… Otra, vendiendo buñuelos… Otra, como trabajadora doméstica… Un hijo, es carpintero y con frecuencia las semanas sin “dar un golpe”… Y otro hijo, es trailero… Y en cada viaje, la esposa y los hijos “con el alma en un hilo”, primero, por un accidente, y segundo, un asalto en las carreteras y caminos de Dios… Simplemente, es la calidad de vida, digamos, que pudieron alcanzar en un Veracruz incapaz de recuperar los miles y miles de empleos perdidos en el par de años del COVID… Y en un Veracruz con un millón de paisanos como migrantes sin papeles la mayoría en Estados Unidos… ¡Vaya Veracruz pródigo en recursos naturales y habitado por gente en la jodidez!...
 
CURVA PELIGROSA: Cosas de la vida: los periodistas y políticos Ignacio Ramírez El Nigromante, Ignacio Manuel Altamirano y Manuel María de Zamacona, fueron juaristas leales, eficaces, eficientes y fieles… Pero cuando a Benito Juárez García entró la locura de la reelección (quince años que lo fue), el trío le renunció… Y en su lucha política y periodística se cobijaron con Porfirio Díaz Mori, el héroe militar con Ignacio Zaragoza de la batalla de Puebla luchando contra los franceses… Tiempo aquel cuando a Porfirio Díaz le decía que “era la más grande esperanza de la patria” y a Benito Juárez que “su único gran negocio era asegurar la silla presidencial camino a la dictadura”… El Nigromante y Altamirano fueron, incluso, ministros de Estado con Juárez… Pero Juárez traía clavado en el tuétano desde su tiempo cuando adolescente la pobreza y la jodidez… Tanta que, por ejemplo, como un adolescente descalzo, sin zapatos ni huaraches, fue habilitado como mesero en una hacienda para servir el café a Antonio López de Santa Anna…
 
AUTOPISTA DEL SUR: Durante muchos años, el político jarocho, Luis Mier y Terán sirvió “hasta la ignominia” a Porfirio Díaz Mori… Incluso, se convirtió en la pesadilla de Benito Juárez García a quien cuestionada “a tiro por viaje”… Y cuando don Porfi ascendió el poder lo impuso como gobernador… Ya se sabe, “el presidente da y quita” decía el viejo dictador… Una mujer casada dice a su pareja: “Te odio cuando estás conmigo”… Y tiempecito después, ni modo, se divorciaron… Está probado y comprobado que “amigo político que se encumbra es amigo que se pierde”… Y es que el poder público marea, enferma, alucina, perturba, vuelve mesiánico al jefe y lo hace levitar… Más, cuando alrededor los subalternos “le tiran incienso a su paso”… Incluso, compitiendo entre ellos de modo feroz y radical…
 
AUTOPISTA DEL NORTE: Si en las tribus indígenas florecieron los Consejos de Ancianos que para asesorar en materia social y política a las elites gobernantes en turno, desde hace ratito se ha integrado una especie de Museo de Ancianos… Los padres fundadores fueron los ancianos que suelen tomar café en gran tertulia en el café varias ocasiones a la semana y en donde (claro, lógico, obvio) componen y recomponen el mundo… Y al día siguiente lo vuelven a componer… Museo de Ancianos, también, jugando futbol en la playa y/o en un campo llanero… Museo de Ancianos tomando cervecita y saboreando botanita en la cantina, el bar, el antro… Incluso, hasta frecuentando los table-dance… Museo de Ancianos caminando y trotando en el bulevar… El escritor japonés, Yasunari Kawabata, premio Nobel de Literatura, escribió una novela donde los ancianos pasan la noche con una geisha pero únicamente mirándola y admirándola, sin tocarla, mientras ella duerme bocabajo en el colchón…

RECTA FINAL: Lo escribió Julio Cortázar: “Lo bueno es que los males están por debajo de los bienes… Y se pueden la dicha y la felicidad”… En paralelo, entre las cosas y los hechos escabrosos de la vida están los maratones de intrigas, envidias, conspiraciones, deslealtades, ingratitudes y traiciones… Y que florecen en la familia, entre los amigos, con los compadres y vecinos y en el trabajo, el taller, la oficina y el surco… Son los “golpes bajos de los pigmeos” (Mario Vargas Llosa) y que han de enfrentarse, pues escribió Ernest Hemingway en “El viejo y el mar”, “un hombre puede ser destruido, pero nunca derrotado”… Y un segundo antes de morir (si tiene una muerte tranquila) necesitará seguir luchando contra todos…
 
META: Hay muchas mujeres (y también hombres) de lágrima fácil… Lloran por cualquier cosa y hecho… Y lo impresionante, “en un dos por tres” se les escurren las lágrimas… Y son capaces de un diluvio pronto rápido y expedito… Incluso, fingen taparse los ojos con una mano, pero entreabren los dedos y espían y calculan y calibran el efecto de las lágrimas en el interlocutor… En el cine mexicano, quizá doña Prudencia Griffel era espléndida llorando… Y hasta Dolores del Río… Nunca un llanto de Lily Collins en el filme “Emily en París” por más adversidad enfrentada… Ni tampoco en Catherine Deneuve en la película sobre Indochina… En el siglo pasado, la apuesta fílmica en el país era llorar y llorar y llorar… Elsa Cárdenas, en “Rosita” con Agustín Lara, solo finge llorar… Nunca lloró María Félix en su filmoteca… Mujer bragada, fuerte y luchona… “Yo tengo corazón de hombre” alardeaba…