**Agustín Lara, dama con las mujeres
**Vigente José José con “40 y 20”
**Nunca León Tolstói fue infiel
**Venden figuritas de embolsados
 
Luis Velázquez
Ricardo Rubín, un ejemplo
 
BANDERAZO DE SALIDA
: Fueron (y son memorables) las fiestas de Agustín Lara en su Casita Blanca de Boca del Río… Entonces, y como siempre, se vestía de manera impecable de guayabera larga y pantalón blanco… Ropa interior blanca… Zapatos blancos… Paliacate rojo… Y solía esperar a los invitados en la puerta… Y a cada uno, cuenta la leyenda, entregaba una botella de champaña para el consumo personal… Y la luna de octubre se había esfumado y el sol titilaba sobre el Golfo de México y la fiesta continuaba… En gran banquetazo de picadas y gordas todos… Otras veces, el músico poeta se hospedaba en el hotel Mocambo en la suite nupcial donde le instalaban un piano para tocar a María Félix durmiendo en el tálamo y la brisa marina entrando por la ventana gigantesca… Además de pianista y sus canciones, Agustín Lara era famoso por tratar a las mujeres con delicadeza… Como si él mismo fuera una dama…

CURVA PELIGROSA: La felicidad y la dicha del escritor Carlos Fuentes Macías era cuando lo comparaban con el actor árabe, Omar Shariff y sus grandes ojeras… Pero, bueno, dama dama en el trato a las mujeres fue el magnate griego, Aristóteles Onassis… Por ejemplo, así sedujo a la viuda Jackie Kennedy… Pura faramalla del actor Mauricio Garcés alardeando traerlas “locas”… Y más reality-show del actor Andrés García con su famosa “Bombita”… Galanes de galanes, Richard Gere y Michael Douglas… Y ni se diga Allan Delon… Por cierto, antes de descubrirse su potencial artístico en un festival de cine trabajaba en una carnicería en su pueblo haciendo bisteces… Y antes del estrellato, Pedro Infante era modesto y sencillo carpintero… Toña la negra cantaba en los autobuses urbanos de pasajeros en la ciudad jarocha… Cuando su hermano era famoso como “El negro Peregrino”…
 
AUTOPISTA DEL SUR: Una vez más, la canción de José José, “40 y 20” tan vigente como siempre… En la película “El maestro la música azul” (Netflix), una alumna encantada por el profe de música… La chica, con cuerpo insolente y cara bonita y ojos verdes, enamorada del mentor, un hombre llegando al pueblo para integrar una orquesta municipal… El profe la elude y elude… Pero ella, tenaz y tozuda, insiste… Y lo sigue y persigue… Y aun cuando se da por ahí un encuentro, el maestro se sostiene… Un tema eterno… A prueba las tentaciones corpóreas… Los placeres diría el arzobispo de Xalapa… Sodoma y Gomorra consumidas por el fuego bíblico ante los festines de la carne… Incluso, las hijas de Lot lo hacen su amante…
 
AUTOPISTA DEL NORTE:
Del escritor ruso León Tolstói dirán muchas cositas… Pero nadie lo señala de un marido infiel… Despilfarró parte de su fortuna en el juego de naipes y barajas… Incluso, en el alcohol… Luego, se volvió un místico… Y extendió la mano a los campesinos, sus esposas y sus hijos… Incluso, hasta les regaló parte de su hacienda latifundista… Y puso una escuela para los niños… Pero nunca se conocieron ni trascendieron aventuras descarriladas… Su esposa, Sofía Andreyevna, madre de sus trece hijos, se opuso a la realidad socialista de Tolstói y simplemente, harto de tantos reproches, la abandonó… Y ni siquiera en el lecho de muerte la deseó perdonar… Es más, ni siquiera la recibió en su aposento… En el caso, la incompatibilidad social entre ambos… El escritor ruso siguió creciendo, pero ella quedó estacionada en los bienes materiales…
 
RECTA FINAL: Cositas y hechos de la vida: en los mercados populares de la Ciudad de México venden adornos para el “Día de Muertos”… Y en el aparador, figuritas alusivas a la república ensangrentada de la 4T… Por ejemplo, cadáveres tirados en las calles y avenidas… Embolsados… Cercenados… Decapitados… Y hasta fosas clandestinas… Bien escribió Octavio Paz Lozano, Nobel de Literatura: los mexicanos somos los únicos habitantes del mundo pitorreándose de la muerte… Categórico el título de una novela de Edmundo Valadés: “La muerte tiene permiso”… Ignacio López Tarso en la novela hecha polícula, “Macario”: negociando con la muerte la vida de los humanos… El México de los carteles, sicarios y malosos, como parte, digamos, de los símbolos en el “Día de Muertos”… Los íconos sustituyendo a las estampitas religiosas… En vez del altar a los muertos, el altar a la Santa Muerte…
 
META: Verdad histórica: en el filme “El maestro y la música azul” (en Netflix), un hombre, respetado padre de familia, casado y con par de hijos, es candidato a presidente municipal y al mismo tiempo, narcotraficante… Y en vez de guardar el dinerito mal habido en el banco lo esconde en su casa en una especie de sótano donde únicamente él tiene la llave… Lo dice el adagio popular: “Todo toma su tiempo”… Encantador, fascinante, cuando los políticos pelean como perros y gatos en un costal sobre los cargos públicos… Por ejemplo, el último dime y direte de Manuel Huerta, ex delegado federal de la 4T, llamando “palero, palero, palero” a Zenyazen Escobar, ex titular de la SEV, por declinar a favor de la zacatecana Rocío Norma Nahle García… Huerta, el político guinda y marrón contestatario, como Amlo en su tiempo contra la llamada mafia priista…