**De nuevo, “El gallo de oro”
**Señora rica atrás de un pobre
**Madrugadas, mejores horas para crear
**Escritores echados a perder por el trago

 
Luis Velázquez
Ricardo Rubín, el profe/ta


BANDERAZO DE SALIDA: El cuento de Juan Rulfo, “El gallo de oro” fue filmado en 1964… Entonces, y con el guión cinematográfico de los escritores Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes Macías, tuvo en papel estelar a Lucha Villa como “La Caponera”, Narciso Busquets como el gallero estrella, Lorenzo Benavides, y a Ignacio López Tarso como el pregonero convertido por azares de la vida en el dueño del “Gallo de oro”, obsequiado por el patrón cuando estaba moribundo y se lo lleva a su casa en el campo y resucita… Y lo enriquece jugando en los palenques… Fue tremendo éxito en el cine nacional… Ahora, 57 (cincuenta y siete) años después otra vez lo estrenan… En el papel de “La Caponera”, Lucero, recién separada de su última pareja… Y, bueno, un mano a mano en la historia cinematográfica entre Lucero y Lucha Villa…
 
CURVA PELIGROSA: La expresión más alta del amor se celebra en el filme “El amante de Lady Chatterley” donde una joven señora rica (Emma Corrin) se divorcia de su marido millonario para irse con el guarda de coto, un hombre totalmente pobre, sin trabajo, desempleado, sin casa propia y sin destino económico y social… Incluso, condenada por su hermana pudiente… El filme está en Netflix… Pocos lo saben, pero recién llegada a Estados Unidos, la exitosa actriz canadiense, Rachel Mc Adams, igual, igualita como Salma Hayek, participó en marchas de migrantes en Washington para merecer la Tarjeta de Residencia Permanente y trabajar en Hollywood… Ahora, tiene varios Oscares y ha filmado con los actores más renombrados del país más poderoso de la tierra…
 
AUTOPISTA DEL SUR: Recordatorio: si una persona aprende a leer las miradas de los demás habrá ganado la mitad del terreno… Las horas de la madrugada son las mejores del día para crear y recrear literatura, música, pintura y escultura… Pero también, para estudiar y carburar… Y de igual modo, para hacer ejercicio como, por ejemplo, el famoso triatlón consistente en correr, nadar y andar en bicicleta y en largas distancias… Desde luego, la hora más propicia para hacer el amor… Y más, mucho más, cuando está lloviendo y mientras los cuerpos de las parejas renuevan la arquitectura humana escuchan las gotas de la lluvia caer en el tejado… Y quizá por ahí escuchando los gemidos de unos gatitos en trance erótico… La hora ideal para estudiar en víspera de un examen escolar porque el cerebro y las neuronas están fresquecitas…
 
AUTOPISTA DEL NORTE: Está comprobado que la pelea estelar entre los consuegros suele darse cuando nace el primer nieto pues las partes desean se parezca a sus familias… Luego, las abuelas exclamarán festivas: “¡Ganamos!”… Y de paso, hasta desean invertir los apellidos del nieto para primero registrar el apellido de la madre… La segunda guerra mundial es para definir el nombre del recién nacido… Garantizado: las manchas de lápiz labial en el cuello y la camisa del hombre se quitan con acetona… Infalible… Y si la pareja deja ex profeso manchado el pañuelo, entonces, simplemente, tirarlo en la esquina… Desde luego, siempre conviene revisar la ropa interior por si las dudas quedaron manchitas labiales… Más, cuando la pareja es una mujer manipuladora y calculadora… Lo decía Jackie Kennedy: hay mujeres buscando ganar la guerra en la cama…
 
RECTA FINAL: Un trío de escritores de Estados Unidos entró a la historia literaria como grandes alcohólicos… Uno, William Styron, y quien en un viaje depresivo a la oscuridad se quitó la vida… Dos, Francis Scott Fitzgerald, quien en viaje etílico terminaba gateando entre las mesas de los invitados a una reunión… Y tres, Malcolm Lowry, el famoso autor de la novela “Bajo el volcán”, más famoso “por empinar el codo”… En México, quizá el más intenso y volcánico para el trago era Parménides García Saldaña, originario de Orizaba, y quien en las grandes ligas de la Ciudad de México solía empeñar sus novelas y cuentos en los bares y cantinas para seguir libando… El alcohol y la droga se tragaron a un escritor excepcional… Casi casi como las drogas (y la depresión) a Marilyn Monroe… Ernest Hemingway era bueno para la bebida, pero sabía controlarse…
 
META: Otro escritor de Veracruz famoso para el trago fue Juan Vicente Melo… Su novela cumbre, “La obediencia nocturna”… Fue contemporáneo de Carlos Monsiváis Aceves, José Emilio Pacheco y Juan García Ponce, por cierto, el único amigo de Gabriel García Márquez cuando llegara a México en el año 1962… Melo era famoso en Xalapa, por ejemplo, cuando llegaba a un antro, “El barón rojo” (tan de moda en el centro urbano) apoyándose en un bastón listo para el jelengue etílico… En la ciudad jarocha alquilaba departamento en el edificio Galdi frente al parque Zamora, famoso por los aquelarres… Por desgracia para sus lectores, en los últimos años dejó de escribir y sus amigos y contemporáneos escritores lo rebasaron por la izquierda, el centro y la derecha… Ni modo, con el trago, la vida es así… Y apenas, apenitas, bien pueden redimir los grupos de AA…