**Un jarocho en Nicaragua
**La niña con chanclitas
**Famosa raza de oro…
**La Interpol y las colombianas
 
Ricardo Rubín, su amistad, un privilegio
 
BANDERAZO DE SALIDA: En 1979, el grupo guerrillero de Nicaragua, los sandinistas, derrocaron al dictador Anastasio Somoza… Y durante once años, hasta, 1990, ejercieron el poder en un país analfabeta, pobre, en la miseria, jodido… Entonces, del puerto de Veracruz, el abogado y maestro, Miguel Ángel Montoya, echó sus muditas de ropa y ropa interior al morral y lo encaramó al hombro y se fue a Nicaragua para participar en aquel movimiento socialista “con rostro humano”… Montoya fue profesor enseñando a leer y escribir a indígena y campesinos nicas… Pero también fue cronista en un periódico… Entregó su energía y vitalidad a aquel movimiento, digamos de igual modo como el escritor José Agustín, menor de edad, casó con una chica, y se fueron a Cuba al triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro y “Los barbudos” y también fue alfabetizador…

 
CURVA PELIGROSA: Miguel Ángel Montoya dejó todo en la ciudad jarocha y partió atrás de su legítimo sueño social… Era joven y soltero… En tanto, su amigo, el también abogado Martín Manuel Chávez Mengelle, QEPD, agarraba camino a Moscú para estudiar a Carlos Marx y Federico Engels en la Universidad Patrice Lumumba y de donde volvió convertido en otro guerrillero… Era el tiempo de los ideales consagrados en el altar y cuyo heroísmo superior fue alcanzado por Ernesto El Che Guevara, el médico argentino que entregara su vida a la revolución cubana… Y de paso soñara con otros Vietnam en América Latina… Pero en Bolivia fue detectado, detenido y asesinado por la tropa militar… Muchos años después, quizá Miguel Ángel Montoya se habría desencantado cuando el jefe sandinista, Daniel Ortega, se convirtió (como está todavía) en el nuevo Anastasio Somoza de Nicaragua…
 
AUTOPISTA DEL SUR: En el crucero de la avenida Adolfo Ruiz Cortines, en Boca del Río, una niña indígena de unos diez años se desliza en medio de los automóviles ofreciendo a los conductores bolsitas de diez pesos con unas cacalitas… Ella viste ropita sencilla con una chanclitas más sencillas y frágiles… Y es flaquita, flaquita… Y se mueve sin descanso ni tregua… Y, caray, nadie, absolutamente nadie, le compra… Entonces, una señora se detiene y la llama y le pregunta por qué sigue vendiendo si nadie adquiere su producto… Y la niña queda perpleja y demora unos segundos en contestar… Y dice con su experiencia de niña indígena: “Sigo vendiendo porque vivo de la esperanza”… Ella es originaria de Chiapas y llegó a la ciudad jarocha con su señora madre y una hermana… Y viven amontonadas en un cuartito donde las asignó un hombre que las reclutara… Y a quien rinden cuentas… Caray, frase bíblica el 1 de octubre en la Ciudad de México: “Si una llegó… llegamos todas”…
 
AUTOPISTA DEL NORTE: Entre otros de los deliciosos placeres del olfato, el olor a humedad de un cuerpo senil… El perfume a tierra mojada… El aroma de los crisantemos en el jardín del barrio… La esencia de las flores de muertos… El efluvio de la panadería hacia las 4, 5 de la mañana, recién salidos los pancitos del horno… La emanación de los tamalitos pescados en la gigantesca paila humeante… El olor a vaporub a las tres, cuatro de la mañana untado en el pecho cuando una tos de perro no deja dormir en casa… Unos besitos de lengua con sabor a vaporub, que tan excitante es según aseguran en el pueblo… La fragancia de los cuerpos humanos en “el reposo del guerrero”… Enloquecedora, la gotita de Chanel 5 que Marilyn Monroe solía aplicarse para esperar a John F. Kennedy en el tálamo…
 
RECTA FINAL: Una lectura social más de la película “El infierno” del cineasta Luis Estrada: si Adolf Hitler soñó con la raza pura… Y José Vasconcelos Calderón con la raza cósmica… Un corrido sobre los narcos en la frontera norte de México preconiza la raza de oro… Es aquella que nacida en México está arraigada por cuestiones laborales en Estados Unidos… Una raza de oro que, por ejemplo, se asienta en el país vecino y en automático olvida a la familia (la esposa y los hijos) dejados en el suelo patrio… Y en veinte años (como Damián Alcázar, el Benny migrante) nunca envía un centavo a su señora madre y ni siquiera una postal… Y cuando fracasado vuelve al pueblo se topa con que por todos lados suenan los disparos de las ametralladoras con un tiradero de cadáveres en las calles… Una lectura sicológica, digamos, del filme es que el hermano se casa con la esposa del hermano muerto…
 
META: En el filme “El infierno”, además, queda resumido el triángulo de los más graves pendientes de México… Uno, la crisis económica… Dos, el desempleo… Y tres, el tsunami de violencia descarrilada… Lo dice el padrino de “El Benny” describiendo el pueblo en manos de un par de hermanos narcos… Y quienes, caray, hasta presidentes municipales llegan… Lo dice un cónsul de Colombia en México: en Veracruz hay trata de blancas… Y lo expresa a propósito de las seis colombianas desaparecidas en Boca del Río durante seis días… Y si fueron liberadas por los malandros se debió al reality show en Colombia repercutida en Veracruz que originó singular operativo… Hasta la Interpol intervino… Los carteles, dueños del día y de la noche y del destino individual, familiar y colectivo en el Estado jarocho… Digamos, el balance del primer sexenio guinda y marrón de cara al Golfo de México… (lv)