gilberto haaz
Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla. Camelot.
LOS QUE VIENEN Y SE VAN
La corcholata favorita del presidente pisó tierra mendocina, la semana pasada. Le fue bien, dicen los que fueron. Claudia Sheinbaum llegó, vio y se fue, y se marchó. Andan muy activos porque les quedan pocos días, para que la madre de todas las encuestas diga quién va a liderar esa pelea donde enfrentarán a Xóchitl o a Quique de la Madrid o a Creel. Entre las corcholatas, según decires, solo hay tres: Claudia, Ebrard y Adán Augusto. Entre estos está la pelea interna. Adán Augusto abarrotó Veracruz, con 20 mil fervientes apoyadores y el Cheko Gutiérrez, a su lado. La alianza opositora tiene que recomponer eso de haber dejado fuera al PRD, qué les costaba llevar de candidato a Mancera, nada perderían. Ahora llega el día de definiciones. No se hagan bolas, diría el ínclito cuando tiempos de Colosio. Y también definir bien, no vaya a ocurrir con aquella anécdota cuando eligieron al Papa polaco.
UN POLACO QUE TERMINO DE PAPA
Es conocida esta anécdota:
El peso de los cardenales centroeuropeos se sabía que era importante, por su prestigio en los Sínodos de los Obispos, frente a los cardenales latinos o italianos. Así, el cardenal vienés Knig al entrar en el Cónclave el 14 de octubre, preguntó al Primado de Polonia, cardenal Stefan Wyszynski:
“¿Y si el próximo Papa fuera un polaco?” A lo mejor Polonia tendría algún candidato…. A lo que el Primado respondió: “¡Dios mío! Te parece que yo debería acabar en Roma… bueno, esto supondría un triunfo sobre los comunistas”.
Knig dijo entonces, “No, no me refiero a ti, pero hay un segundo hombre polaco…”. “¡Ah!”, replicó Wyszynski, “es demasiado joven Karol, es desconocido… nunca podría ser Papa”, aseguró.
Pocas horas después, el Primado de Polonia se acercó a su pupilo y le dijo: “Si te eligen, ¡acéptalo!”.
Así fue. O sea, que a estos cardenales en aprietos, no se apenen, la vida así ha sido. Y las corcholatas que no les toque, a apretar aquellito.
EL BUKELE QUE MUCHOS QUIEREN (O ALGUNOS NECESITAN)
Al Salvador le llegó un salvador. Un presidente llamado por sus votantes el gran Bukele, en su país no hay reelección, pero se postulará a otro mandato. El Salvador vivía bajo el terror de los Mara Salvatruchas. Una vez de una mañana se levantó todo enojado y comenzó a encarcelarlos. Metió 80 mil a la cárcel, sin comprobar si eran o no culpables de lo que pasaba en El Salvador. Es el único país en el mundo que tiene el nombre del patrón, de Jesús, El Salvador. Bukele se trepó a los cuernos de la luna, puso en cero crímenes a sus ciudades, la gente volvió a salir a las calles, las cárceles se construían para detener a todo aquel que fuera sospechoso de ser Mar Salvatrucha o llevara algún tatuaje. Tiene el nivel de aprobación más alto que ningún mandatario en el mundo, entre el 80 o 90 por ciento. Bukele saltó a la palestra por un caso mexicano, una mujer, Milagros, que falleció tras ser apuñalada por un rufián y el presidente de El Salvador, escribió un mensaje en el que acusó que las organizaciones de defensa de los derechos humanos “no dirán nada” en torno al caso y que incluso, saldrán en defensa del asesino. Afirmó que en caso de que sea encarcelado, las organizaciones pedirán que se le dé un “buen trato” y “reinserción”. “Pero las ONGs de “derechos humanos” no dirán nada, a ellos no les importa la muerte de la gente honrada. Ellos solo saldrían en defensa del asesino, si el Estado hace su trabajo y lo saca de las calles. Ahí sí saldrán a pedir buen trato y “reinserción” para esa rata asquerosa”, escribió en la publicación donde retuiteó el video del ataque a Milagros. AMLO capoteó el comentario, de presidente a presidente dijo que las condiciones son diferentes. Ya detuvieron al rufián, ahora a esperar que le den sus 50 años por este feminicidio. O llamaremos a Bukele.