De Rafa Nadal: “Nadie se acuerda de las victorias, sólo de las derrotas”. Camelot.

MUNDIAL DE TENIS

Están en Cancún las 8 mejores y, aparte, más bellas tenistas del mundo. Las ranqueadas de la Uno a la Diez. Todas iluminan Cancún con su tenis, unos juegos que sirven para tener puntos y para que el mundo mexicano de los ancestros yucatecos, vea el esplendor de ese juego, donde las 8 son una maravilla.

Por las tardes, después de las 4 ESPN tiene todos los juegos con sus grandes cronistas José Luis ‘Batata’ Clerc, La bella tenista Puig y nuestro orgullo, Leo Lavalle. Véanlo, es buen tenis de nivel.

EL TRAIDOR FAYAD

Uno puede ser traidor y no pasa nada. La historia ha registrado a grandes traidores, como aquel que traicionó a Jesús, Judas Iscariote y el término ha servido de identificar a un gacho traidor como un Judas. Julio César, que fue traicionado, llegó a decir: “Amo la traición, pero odio al traidor”.

Pero hay traidores sinvergüenzas, gachos, intrascendentes.

Uno de ellos es Omar Fayad. Cuando Morena y AMLO comenzaron a ganar las elecciones, los exgobernadores se iban con miedo, temblando por la Auditoria Superior de la Federación, y por la mano pesada del presidente que, cuando la mete vaya que pega, pregúntenle a Rosario Robles.

Omar Fayad a sus 61 años se convirtió en traidor, dicen sus antiguos correligionarios políticos.

Mamó toda su vida en el PRI y se arrastraba a los pies de Peña Nieto.

Está bien que se haya ido al PVEM, que agarra todos los desechos que lleguen. Lo que no estuvo bien que, por quedar bien con AMLO, denostara a Xóchitl Gálvez expresando en su tuiter que él le ha ganado dos veces en Hidalgo.

Como si eso fuera una hazaña, cuando tenía la maquinaria del PRI a su lado. Qué se la rife hoy con ella a ver cómo le va.

El asunto es que este indeseable de Fayad quiere algo en lo electoral, o ir al senado o diputado o una embajada.

El PVEM le diría: “Un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro.

Un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro”.

La traición la emplean únicamente aquellos que no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura.

Uno debe ser agradecido con el partido que te dio todo: poder, dinero, bienestar familiar.

Y está bien si se va uno, en la vida se cambia de camiseta, pero qué necesidad, diría Juan Gabriel, de querer quedar bien con la Sheinbaum y AMLO y tiene que denostar y ofender a Xóchitl, que no tenía vela en ese entierro. Vaya tipo indeseable, de esos que La Biblia vomita.

CANIBAL Y EL POZOLERO

México está lleno de tragedias de crímenes, desde aquel Goyo Cárdenas, el Estrangulador de Tacuba, que se volvió famoso porque mató a cuatro mujeres, aunque aseguran que fueron más, y las enterró en el jardín de su casa.

Fue a la cárcel y 30 años después el presidente Echeverría lo indultó por buen comportamiento y, para Ripley, fue a la Cámara de Diputados (ya saben ustedes cómo son los diputados) y le aplaudieron de pie, dizque porque se había rehabilitado.

Eso era pecata minuta, tiempo después llegó gente criminal que asesinó 20 mujeres, y la Mata Viejitas, sentenciada a 759 años de prisión por el asesinato de 16 personas adultas mayores. Sobera de la Flor fue otro de esa galería infame.

Las Poquianchis, a esas les atribuyen 150 personas. Y una joya de la maldad fue El Pozolero, ese trabajaba para los narcos y llegó a declarar el muy cínico que deshizo en un bote de ácido a 300 cadáveres, que le llevaban.

El mas reciente, El Caníbal de Atizapán, este homicida serial mataba y enterraba a sus víctimas en su patio, y echaba cemento al lugar.

Comento esto de estos sátrapas, porque en Europa premian el documental ‘Caníbal: indignación total’.

La película ganó el premio europeo al mejor documental sobre temas policiacos y de crimen.

El retrato de quien probablemente sea el mayor asesino serial del mundo impactó en Europa y el trato que se da a las víctimas le valió el codiciado galardón Apoxiomeno.

La cinta fue producida por el columnista Javier Tejado, con la ayuda de la Suprema Corte, durante la presidencia de Arturo Zaldívar.

La serie del mismo tema logró cambiar las leyes sobre feminicidios en México y la película, que está por exhibirse en nuestro país, es un “true crime” único, al narrar los crímenes del llamado Caníbal de Atizapán a lo largo de 31 años, dos feminicidios por semana.

Algo nunca documentado en el mundo.