Recuerda que el que se va, raramente termina bien. Camelot.
EL ROMPIMIENTO (NAHLE-CUI)
En política, a través de la historia y los años, ha habido rompimientos.
Entre los que vienen y los que se van.
Es costumbre mexicana.
Rompimientos muy clásicos han existido desde que Julio César fue traicionado por Brutus.
En México, presidente que llegaba atacaba al antecesor, aunque lo hubiera puesto allí por un dedazo.
No había perdón, muchos se iban al destierro, ninguno pisó la cárcel, familiares de ellos, sí.
En Veracruz, la semana pasada acuciosos y bien informados columnistas, entre ellos, la prestigiada Claudia Guerrero Martínez, directora del periódico Veraz, Ricardo Chua, Notiver, Arturo Reyes Isidoro y Mussio Cárdenas Arellano, hablaron y escribieron en sus espacios de un rompimiento de la precandidata Rocío Nahle con Cuitláhuac García y su equipo.
El asunto es que el Cui se quería agandallar cargos a futuro de incondicionales y familiares de exsecretarios de despacho, avalados y votados en el Congreso local, con el apoyo de un tal Eleazar y del inútil del congresista Cazarín.
A la Nahle le llegó la noticia y paró el albazo, no hubo quórum y no hubo levanta-dedos. Hay un rompimiento palpable, cuenta un morenista, y pone ejemplos.
Mira, decía como maestro de política en la escuela, fíjate en el hecho de que al exsecretario, el tal Zenyazen Escobar, ahora llega a los mítines y lo ponen atrás de las vallas, como aquel grito del merolico: ‘Atrás de la raya, que estoy trabajando’, porque quienes son consentidos o consentidas, como Anilú Ingram, la suben al templete en actos partidistas y le ofrecen asiento de primera fila con la Nahle, como si estuviera en el Santiago Bernabéu viendo al Real Madrid.
Todos los demás que se acercan y se toman su selfie atrás de las vallas, son para presumir. Nahle tiene razón.
Si gana, pagará muy alto todo el sexenio de ineptitud y corrupción que vivió Veracruz.
De allí el recelo de mucha gente a votar por ella, perdonará al Cui y su pandilla, que hicieron un coto de caza de este estado muy lastimado.
Por eso el discurso de Pepe Yunes día a día, aprieta y endurece cuando habla de la corrupción y la ineptitud de este gobierno, con la consigna de que Veracruz no se merece otros años como los que aquí vivimos.
Lo que trascendió es que Nahle ya pidió información de la que aspira a reelegirse como diputada local, la tal Margarita Corro, por sus nexos con el crimen organizado, según lo publicó el periódico Veraz y la columna Entre lo utópico y verdadero, de Claudia Guerrero.
La Nahle tendrá que seguir fortaleciendo las vallas y poniendo un muro, para que los desprestigiados no se acerquen. Atrás de la raya.
EL DESTAPE DANTISTA
Tengo un amigo que está cerca en ese grupo de dantistas, anda allí en la jiribilla desde hace dos noches. Junto al equipo fosfo fosfo de Dante.
Me fue informando horas a horas de cómo iba la reunión en la Capilla Sixtina dantista, para sacar Humo Blanco y nombrar a quién sería su candidato o candidata al gobierno de Veracruz.
De Dante se desconfía mucho que se alió con la 4T, porque, primero con el chaval rajón, que salió por piernas, y luego con este Máynez, al único que le ha lanzado golpes de uper cut es a la alianza de Xóchitl Gálvez, con la Claudia no se ha metido y con el presidente, menos, de allí a que muchísimos vean con sospecha sus candidaturas.
Pues ahora sucede que una mañana el gallo cantó y quienes se esperaban llegaran, o Sergio Gil Rullán, o el encarcelado y liberado José Manuel del Rio Virgen, pues no llegaron.
Los sombrerazos y las protestas arreciaron.
Dante es unigénito (hijo único) de Movimiento Ciudadano. Allí solo sus chicharrones truenan, por eso le están abandonando gente como el pelón de Jalisco.
El Humo Blanco fue para Hipólito (Polo) Deschamps, un panista que renunció al PAN y ahora esta cobijado naranja.
La gente protestó, pero en silencio, con el capitán Kojack pocos se atreven. Uno de ellos dijo que a este Deschamps solo lo conocen en su casa y en Boca del Río y Veracruz y Medellín, si cruza la frontera con la Tinaja, no tienen ni idea de quién es.
Pero en un partido, donde el dueño tiene el balón y la cancha y al árbitro, no hay quien pueda respingar.
De cualquier manera solo van a estorbarle y quitarle votos a Pepe Yunes, porque con la Nahle no se meterán.
Si no al tiempo.