De Shirley Temple: "Dejé de creer en Santa Claus cuando mi madre me llevó a verlo en unos grandes almacenes y él me pidió un autógrafo". Camelot.
ESPIRITU NAVIDEÑO
El espíritu navideño invade todo. Las calles lucen repletas de compradores o de gente que camina y pasea viendo las luces navideñas y las ofertas que irrumpen en el comercio de las ciudades.
No hay como la Navidad, suelen decir algunos.
A unos, los motiva, a otros, los entristece.
El frío perrón que pega sobre nuestro estado, hace que se sienta el espíritu navideño.
Los abrigos a la mano.
Las bufandas a sacarlas del closet del olvido.
La neblina como en Londres, al piso.
Los amores idos a rememorarlos, o a olvidarlos, según decía Neruda: "es muy corto el amor y muy grande el olvido".
Otros, a renovar amores.
Como estos días hay que dejar descansar a la política y a los políticos, porque son Días de Guardar, extraigo un documento que me entregaron.
NOCHEBUENA
Un escritor famoso llegó a decir que 'la Navidad es la época del año en que se nos acaba el dinero antes que los amigos'.
Hoy es nochebuena y mañana Navidad, dice el refrán. Cantan los villancicos.
Los niños pobres llevan sus cantos de la rama a cada uno de los lugares de cafés, restaurantes y a hogares, donde algunas veces encuentran las puertas cerradas.
Una ramita de árbol adornada con papel o farola colgante da pie a que puedan ir y pedir su aguinaldo, si se lo han de dar, a cambio de su canto.
Tradición que se pierde y hay que recuperar.
O no dejar caer en el olvido. Como muchas cosas.
El año termina. Se va y, como dice aquella canción popular, yo no olvido el año viejo porque me dejó cosas muy buenas.
Y algunas malas y desagradables.
En el recuento del año uno debe tomar lo positivo y dejar lo negativo.
La depre dejó de corretearme. Me alcanzó, pero le metí un spring y hui de ella.