Cuando el cine te lleva a la realidad de los crímenes. Camelot.

LAS CINTAS DE TRAGEDIAS.

Uno puede, cuando no hay nada de eventos deportivos en la tele, husmear en las series de Netflix o Roku.

Las series tienen un inconveniente, son por lo regular de 10 episodios, cuando podían hacerlas más cortas.

Porque te tienen pegado para conocer el desenlace de esas que son tragedias, como dos que ahora se exhiben en Netflix.

Una de ellas es “El asesino oculto. En la mente de Aarón Hernández”, un futbolista de élite de Los Patriotas de Nueva Inglaterra que, al firmar un contrato por 40 millones de dólares, esos días le dio por matar gente, ya se había escabechado a un par y terminó por matar a uno de sus amigos.

La serie te lleva por los derroteros de este hombre que, desde su pobreza, se aupó a ser uno de los privilegiados del futbol americano.

Detenido no soportó la cárcel, y allí mismo se ahorcó.

Está buena.

La otra es “Monstruos. La historia de los hermanos Menéndez”, que ahora revive el diario El País, porque están a punto de pedir nuevo juicio que los lleve a la libertad, después de haber matado salvajemente a sus padres.

DIARIO EL PAIS

“Las expectativas son evidentes: hay hasta una lotería para poder ver en vivo y en directo a los hermanos Menéndez.
Lyle, de 56 años, y Erik, de 53, comparecerán en la corte de Van Nuys, una ciudad al noroeste de Los Ángeles, California, y perteneciente al mismo condado, este lunes 25 de noviembre a las 10.30 de la mañana hora local.
Será la primera vez que aparezcan en público en 28 años.
La prensa local lleva semanas anunciando su visita a la corte, por lo que decenas de personas se han acumulado a las puertas del juzgado desde las cuatro de la mañana para poder ver a los asesinos más mediáticos del momento.
Sin embargo, parece que aparecerán por videoconferencia y no de manera presencial.
Lyle y Erik mataron a sus padres, José y Kitty Menéndez, el 20 de agosto de 1989 en su mansión de la calle Elm de Beverly Hills, en California.
Fueron detenidos en marzo de 1990 y, tras dos juicios, condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional en 1996.
Sin embargo, sus abogados llevan años —incluso antes de que apareciera la mediática serie de Netflix que ha vuelto a ponerles en la palestra— dándole vueltas al caso.
De ahí que ahora busquen, a través de dos vías diferentes, dejarles en libertad, ya sea a partir de una petición de habeas corpus que contemple nuevas pruebas o de una nueva sentencia que les dejaría en libertad.
El fiscal general de Los Ángeles, George Gascón, dio su visto bueno a esta segunda opción a finales de octubre, recomendándole al juez esa nueva sentencia.
Sin embargo, ahora que ha perdido la reelección contra Nathan Hochman, todo está en pausa, a la espera de ver qué ocurre.
El público ha recibido un boleto entre las ocho y las nueve de la mañana y a las 9.30 se sortean 16 plazas para poder sentarse en la sala, más otras dos para seguir la jornada de pie.”