Aquí y en Roma, el tren pasa primero, diría Elena Poniatowska. Camelot

LOS TRENES DE CLAUDIA SHEINBAUM

Uno, que viene de pasados y antepasados del riel, en aquella vieja estación ferrocarrilera de Tierra Blanca que, en sus tiempos de grandeza contó con Taller y Casa Redonda, que eso no lo tenía cualquier estación, solo ellos y Matías Romero y, también al parecer tuvo a 4 mil ferrocarrileros laborando entre maquinistas, fogoneros y gente de la administración, ve con satisfacción la medida de la presidente Claudia Sheinbaum, de que en México volverán a habilitar los trenes de pasajeros, porque las vías existen, algunas muy viejitas pero otras, como la que sube de Orizaba a Maltrata, hace años le hicieron túneles para que las máquinas nuevas no pujaran ante tanta carga que llevaban.

Digo, alguna vez en mi pueblo pasaban dos de pasajeros, consulto ahora con Tomás Ramón, que de estas cosas del pueblo sabe, eran el tren del Amor, a este le llamaban así porque iban temprano las parejas a echar novio a Veracruz, tenía paradas en Joachin, Estanzuela, Jícaro y otras más.

El Mérida, que venía de México y llegaba a Coatza y Mérida boshito lindo. Era muy común ver a las canasteras vendiendo sus tacos de canasta, huevos duros y enchiladas.

Yo Mero me subí una vez a uno de Veracruz a México, que salía en la tarde-noche y llegaba a Buenavista en CDMX, ese llevaba camarotes para dormir, otro que me trepé fue al Regiomontano, alguna vez que fui a Monterrey y de allí a Mac Allen, Texas, por carretera.

He andado en trenes donde puedo, en Europa a los maravillosos trenes de Alta Velocidad Española (AVE), que son una joya y hasta los árabes le compraron al Rey Juan Carlos un gran tramo de vía en su pueblo ensabanado, otra vez en Japón me subí a uno de esos que van a 350 kilómetros por hora y parece que vuelan, y en Estados Unidos ni se diga al famoso Amtrak, cuando conocí las bellas estaciones de Filadelfia (Gray de la 30 street) y la de Nueva York (Grand Central Station) y la de Washington (Union Station), que son una reliquia de belleza con restaurantes y comercios, construidas en 1933, cuando el auge ferrocarrilero, de allí inició el progreso de esa nación.

Voy con Sheinbaum. Con 472 votos a favor y ninguno en contra, la Cámara de Diputados aprobó elevar a rango constitucional que las vías férreas se usen para trenes de pasajeros.

Muchos se oponen, porque dicen que no son rentables, son bellos y hermosos porque ahora las cabinas son perronas, pero incosteables como el Tren Maya.

Cito a Emilio Lezama de El Universal:

“Por otro lado, hay muchos empresarios que siguen criticando la idea de los trenes bajo el argumento de que ‘Los trenes de pasajeros no son rentables’.
En la mayoría de los casos tienen razón, aunque hay excepciones como el Eurostar que reportó ganancias de 2 mil millones de euros en 2023, o rutas de tren como París-Lyon y el Tokyo-Osaka.
Aun así muchos trenes de pasajeros no son rentables y aún así son necesarios.
Al igual que los metros en las ciudades, los trenes son formas de transporte que representan un beneficio social y deben ser subsidiados.
Los trenes de pasajeros son una forma de conectar al país de manera más eficiente, segura y democrática.
Además, son un transporte digno y seguro para el usuario, que conecta regiones económicas y permiten la movilidad de forma más eficiente.
No solo proveen movilidad y transporte, sino que son mucho más ecológicos que las carreteras y más seguros para los usuarios.
En un país que se ha negado a regular el doble remolque en carreteras por la presión de Pemex, que no ha garantizado la seguridad de los automovilistas y que no puede ordenar el desarrollo urbano a lo largo de sus carreteras esto se vuelve crucial.”.

Por todo eso, bienvenidos esos trenes, serán necesarios para el desarrollo del país.