Lo bueno del cine es que durante dos horas los problemas son de otros. Camelot.
SÁBADO Y NOS VAMOS AL CINE
Quitando Yellowstone y otras por ahí de Kevin Costner, olvidando que una de vaqueros fue extraordinaria y era italiana, El bueno, el malo y el feo, poco se filman películas de vaqueros, cuando los John Wayne eran los buenos y los indios cherokes los malos.
Hasta que un día llegó aquella batalla del General Custer, cuyo libro he leído con acuciosidad.
Wikipedia:
“La batalla de Little Bighorn fue un enfrentamiento armado entre las fuerzas combinadas de las tribus dakota, cheyennes y arapajó contra el 7.º Regimiento de Caballería del Ejército de los Estados Unidos.
La batalla tuvo lugar los días 25 y 26 de junio de 1876, cerca del río Little Bighorn, en el territorio de Montana, y fue la acción más destacada de la Guerra de Black Hills de 1876.
El enfrentamiento resultó en una victoria aplastante de la coalición india, que estuvo liderada por varios destacados jefes tribales como Caballo Loco y Jefe Gall, inspirados por las visiones de Toro Sentado.
El 7.ª de Caballería era una fuerza de unos 700 hombres liderada por el teniente coronel George Armstrong Custer que, a pesar de contar con rifles modernos, sufrió una total derrota ante un enemigo superior en número.
Cinco de las doce compañías que lo componían resultaron aniquiladas, Custer cayó muerto, así como dos de sus hermanos, un sobrino y un cuñado.
Las bajas estadounidenses fueron 268 muertos y 55 heridos, entre ellos seis exploradores indios al servicio del ejército.
Esa batalla se fue a libros y películas, a Custer le decían que no fuera por esos montes, que las cosas por allí ardían.
Y fue.
LA DE NETFLIX
Ando contando de eso porque en Netflix estrenaron una mini serie llamada American Primeval, y como hace frio hay que jalar el cobertor y taparse y disfrutar la peli con un cafecito. Una frontera en tensión. Una brutal matanza.
La nueva miniserie de éxito de Netflix, Érase una vez en el Oeste [American Primeval, por su título original], retrata la vida y la espeluznante muerte en la Utah de 1850: una mirada descarnada a la masacre de Mountain Meadows, un sórdido acto de violencia masiva que causó 120 muertes en la frontera occidental en 1857. Fin del texto.
Yo Mero he visitado alguna vez la tierra de los Mormones, su historia es muy interesante porque huyeron a esas tierras inhóspitas donde la mitad del año hay nevadas canijas, y allí se refugiaron con su líder y pastor, Brigham Young, para pelear contra el gobierno que no les permitía tener varias mujeres, y eso ellos querían gustosos.
Hoy viven en paz con una extraordinaria economía, los mormones son una gente de admirar, predican y cuidan su religión, su Libro de Mormones los guía por los buenos caminos.
Otro día les cuento mi caminar por Salt Lake City, donde viven mi sobrina Eyrita y su esposo mormón, Derek, un buen gringo, visité su Templo y Tabernáculo, la afamada universidad Brigham Young, allí estudio el orizabeño Marcos Córdova, fui a Park City, donde serían las olimpiadas de invierno, al afamado festival Sundance y al rancho del mismo nombre, que su dueño es Robert Redford, hacia un frio del carajo, pero esas montañas llenas de nieve y la gente con las botas a las rodillas pescando el salmón, solo se ven en películas.
Luego les cuento.
