gilberto haaz

Un cuarto de litro de cerveza equivale al platillo de un Rey. Camelot.

LA SURADA Y LA CHELA
Este fin de semana pegó una surada del demonio, en este Pueblo Mágico llamado Orizaba. Peor que el viento del Guadarrama, que hasta poemas le han hecho.

Un viento que pega duro a Madrid y viene desde la parte del Monasterio del Escorial: "El viento del Guadarrama deja sus antros obscuros, y estrellándose en los muros del templo, se agita y brama.

Fugaz y rojiza llama surca el ancho firmamento, y a veces, como un lamento, resuena el lúgubre son con que llama a la oración la campana del convento".

Aquí nos maltrató una madrugada, tiró techos de lámina, que luego, al volar, hay que andar a las vivas no lo vayan a degollarlo a uno, tejas de las casas, carpas y lonas que se habían tendido, porque al otro día comenzaba el festival de la cerveza. Paréntesis.

Orizaba es cuna no solo del futbol mexicano, es cuna de una de las mejores cerveceras del mundo, la antigua Cervecería Moctezuma, que en sus tiempos dio trabajo a casi 6 mil trabajadores, cheleros todos.

Esta ciudad vivía al ritmo de la familia Suberbie, los creadores de la planta, con grandes catadores y trabajadores, que a las cuatro o cinco de la madrugada caminaban con su lonchera en la mano rumbo a la Alameda para cruzarla y llegar al destino donde siempre ha estado la cervecera, en los rumbos de Sur 10 y Poniente 9.

Aquí nació la XX, la Superior, la Sol, que un tiempo fue chela de albañiles y, al paso del tiempo, era cerveza de las elites de los mejores restaurantes parisinos y londinenses.

Cuando comenzaban a exportarse en forma, a mí mero me dio mucho gusto encontrar un anuncio y pedir una en Texas, en un restaurante de Brian, cuando le pedí al mesero una, más gusto me dio que en la etiqueta traía la siguiente leyenda: 'Hechas con el agua y el clima de Orizaba'.

Ahora creo que ya no lo tienen, aunque siguen siendo hechas igual.

Lo que ocurre es que llegaron los holandeses de Heineken y la compraron, como una vez compraron la isla de Manhattan a los indios Canarsie, por algo así como 25 dólares de aquel tiempo.

Antes la había comprado un tal Bailleres y le había puesto adelante el nombre de otro indio, Cuauhtémoc-Moctezuma, y nos relegó al segundo lugar. Llegaron los holandeses y todavía la siguen llamando así, legalmente.

EMPRESA CHELERA
Esta empresa orizabeña nació en 1896, según Wikipedia, y en 1985 se fusionó con la otra. Luego pasó a ser Heineken. Signos del modernismo y del billete grande.

Por años Orizaba se conoció por la grandeza de sus cervezas y su cervecera.

Era también un punto importante en el paso de las mercancías que llegaban al Puerto de Veracruz y pasaban por este pueblo rumbo a la capital, donde estaban los grandes compradores y vendedores.

Con buen clima, como dice su lema, aquí, dicen los historiadores, era el último pueblo donde llegaba Maximiliano en sus tiempos de Emperador, y ya no bajaba a Córdoba por el calor y los mosquitos.

En 1865 llegó por segunda visita a Orizaba, duró 21 días: dos de ellos estuvo hospedado en la fábrica de Cocolapam por el afecto que lo ligaba con los hermanos Escandón; los que hicieron los ferrocarriles, orizabeños puros, y 19 días pasó en su sitio preferido: la Hacienda de Jalapilla de los señores Bringas.

Aquí quedaron haciendas en ruinas, donde lo hospedaban y también casas antiguas donde hay placas, aunque algunas las han borrado y dejado solo a los próceres de la patria, desde Benito Juárez hasta Francisco I. Madero, pero ninguna de Porfirio Díaz, solo la estatua que le hizo el ayuntamiento de Orizaba y allí permanece.

Impertérrito y Xingón, según lenguaje de Xóchitl.

Toco el tema porque el alcalde y su equipo de Protección Civil trabajaron horas extras en la madrugada, porque ese canijo viento del sur tiró las carpas y las lonas donde se inauguraba la Feria de la Cerveza, un evento anual cuya sede es Casavegas.

Lograron ponerla en pie y lograron inaugurarla y ayer mismo yo mero allí anduve y quedó de primera, son pocos días, del 12 al 15 de octubre, pero deben ir los que aquí viven y los turistas que nos visitan cada fin de semana.