**49 años de NOTIVER
**Más leído y confiable
**Pluralidad total
Luis Velázquez
11 de diciembre de 2023
ESCALERAS: NOTIVER está a un año de cumplir el tostón. Por ahora, 49 (cuarenta y nueve) años. Sin duda, el periódico con mayor circulación de cara al Golfo de México.
El más leído.
El más confiable.
Y confiable, además de contar las historias de cada día como son, sin maquillaje ni marquesinas, con la pluralidad periodística.
Digamos, el ejercicio de la libertad a plenitud.
Todos los días unos veinte columnistas se expresan y, con frecuencia, unos y otros encontrados, pues la vida es así.
Disímbola. Polémica. Diferente.
Además, y más allá de ideologías (que tan dañinas suelen volverse), unos rojos, otros azules, otros amarillos, otros guinda, anexos y conexos.
PASAMANOS: El tiempo del COVID fue duro para todos y en los cinco continentes.
El peor saldo de la muerte durante dos años.
Y como fue lógico y natural, incidiendo en el periodismo.
Por ejemplo, montón de medios escritos transfigurados en periódicos digitales.
Los periódicos, flaquitos. Incluso, caray (¡cuánto se sintió!) desaparecidos.
Notiver se mantuvo. Cierto, adelgazó, pero sostuvo la pluralidad informativa y opinativa.
En su caso, y parafraseando a Benito Juárez, “para los amigos, justicia y gracia”. Y para los enemigos, también “justicia y gracia”.
CORREDORES: Un deleite, un gozo, el ejercicio del humor y la ironía respetuosa y la gracia, por ejemplo, en los titulares.
Digamos, una prolongación de la identidad del jefe Alfonso Salces Fernández.
Aquella picardía y pitorreo que siempre tuvo y expresó desde su tiempo laborando al lado de sus tíos en el “Café de La Parroquia”, y en donde, por cierto (bendición superior), afianzó la amistad con par de amigos y sus mecenas.
Uno, don Elías Exsome. Y dos, don Francisco Castro, aquel que en una noche ante un lechero le ofreció su imprenta para imprimir Notiver.
“Y ahí me vas pagando cuando puedas”.
BALCONES: Desde sus orígenes (nunca ha de olvidarse), Notiver (mejor dicho, el Jefe) luchó “contra los molinos de viento”.
Por ejemplo, el entonces llamado decano de la prensa nacional. Un gigante.
El Diario de Xalapa en la capital. La Opinión de los Gibb Quintero en Poza Rica.
Y con un periodismo irreverente (irreverente en los titulares y en la redacción de las notas, rompiendo tabúes y prohibiciones en leyes no escritas) fue desplazando a todos.
PASILLOS: Primero, publicando, por ejemplo, las noticias ocurridas en la madrugada de cada día.
Insólito: con frecuencia, hechos policiacos sucedidos a las cuatro, cinco y hasta seis de la mañana, y los voceadores, fieles y leales como nunca en la historia, esperando la edición con una profecía: “De seguro viene muy bueno”.
Además, y dado el arraigo informativo y la autoridad moral, exclusivas, incluso, políticas.
Caray, los reporteros de información general compitiendo entre sí para ganar la exclusiva. Incluso, hasta entregando la misma nota a la sala de Redacción, pero alguien por ahí mejor informado, más documentado y mejor escrito el texto.
VENTANAS: La fama y el prestigio merecido de Rosario Ramírez de Salces como una gran administradora. Y siempre mirando lejos, varios pasos delante de la competencia.
Aquellas ocasiones cuando en la madrugada, por ejemplo, ella misma ofrecía el cafecito y el pancito (y hasta la torta) a los voceadores esperando la edición.
Los hijos de la pareja, incorporados al periodismo.
Y sin andar por ahí muestreándose. Centrados en la tarea.
De aquella generación (entre otros, Ignacio Oropeza, José Murillo, los Haaz, Bartolomé Padilla, incluso, don Alfonso Valencia Ríos), Alfonso Salces fue quien más y mejor miró lejos.
Y creó y recreó un gran imperio periodístico.
Siempre pensando en el día y en los años siguientes.
Caray, amigo de Jacobo Zabludovsky y José Pagés Llergo.
Y también, del poeta español León Felipe, aquel para quien lo importante en la vida “era llegar a tiempo y todos juntos”.