El Nuevo Dólar
FÉLIX CORTÉS CAMARILLO
Acabo de ver la imagen de Vladimir Putin, el zar de todas las rusias, examinando la muestra de lo que inevitablemente será un billete de cien unidades, emitido por la entidad que se llama BRICS.
Se trata, desde luego, de la ofensiva china para acabar con el imperio americano.
BRICS es el acrónimo para la unión económica que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Evidentemente, llámese como se llame, BRICS sacará muy pronto una moneda al mundo.
Toda la actual economía mundial nació en los Estados Unidos de la posguerra, en el acuerdo de Breton Woods de 1944, en que las potencias del mundo erigieron al dólar norteamericano como la moneda que dictaba el mercado.
Y así hemos vivido setenta años.
Los chinos hoy, que ayer rechazaron la entrada de Venezuela a su exclusivo club del BRICS, están en una lucha abierta con los Estados Unidos.
No se trata de quitarle a los estadunidenses mercados o áreas de influencia.
Se trata simplemente, de tomar el mercado mundial de las divisas, esto es del dinero real, sustentado por reservas de oro y otros valuables por lo que dice el papelito que tanto apreciamos.
En otras palabras, que el billete que tenemos en las manos valdrá lo que una casa de cambio diga; pero yo no hablará de pesos o centavos.
Desde luego, no de dólares ni de las afamadas bitcoins que no son otra cosa que el esquema Ponzi de la Pirámide, para engañar a bobos con ganancias grandes inmediatas seguidas de crisis brutales. Será el nuevo dólar.
Es muy probable que estemos en el inicio de una reforma monetaria mundial de proporciones colosales.
Que los billetes verdes, tan reverenciados por los mexicanos, pasen a ser papel tapiz como fueron los billetes del Deutsche Bank en los años tardíos, cuando la debacle alemana propició el ascenso al poder de Hitler.
¡Aguas!
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO, (Mientras me definen si son peras o las mismas sámatas de los olmos de antes): Hace mucho el poeta Walt Whitman escribió que debemos siempre caminar hacia adelante, mirando al sol.
Sólo así estaremos seguros de que las sombras queden atrás.
felixcortescama@gmail.com