**Política y religión
**La fuerza de AMLO
**Sheinbaum, atea
**Sin AMLO, perdería
Luis Velázquez
30 de septiembre de 2023
DOMINGO
La religión por delante
Está probado que en el año 2018 Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ganó la presidencia de la república, entre otros hechos porque desde aquella famosa caminata de Tabasco a la Ciudad de México conocida como “Éxodo por la Democracia” (finales de 1991) su discurso político ha girado alrededor de la religión.
Y la religión católica en un país con mayoría de feligreses de la iglesia católica.
Y aun cuando otros políticos (desde Miguel Hidalgo y José María Morelos hasta Vicente Fox Quesada) han utilizado los símbolos religiosos en su vida pública, nunca en la historia, un político como AMLO con estrategia intensa y volcánica.
La religión, pues (Dios y Luzbel, Dios y el diablo, la Virgencita de Guadalupe, el Antiguo y Nuevo Testamento, los profetas, los mesías, los salmos, las citas y referencias bíblicas, las estampitas de la Morenita del Tepeyac en la cartera, escapularios colgando del pecho, “las limpias”, etcétera) predicados por AMLO en todos lados.
Desde el discurso público hasta “La mañanera”. Desde la declaración mediática hasta las pláticas en corto y largo.
Así se fue metiendo “poco a poco” hasta el tuétano, las neuronas, el corazón y el hígado de la población electoral.
Y todos ellos se desbordaron en las urnas con un total de treinta millones de sufragios.
Pero… nunca en su vida pública, Claudia Sheinbaum Pardo, la candidata presidencial, se ha sustentado en la religión.
Y por eso mismo, la única posibilidad de que a mediados del año entrante pudiera ganar la elección presidencial será con AMLO operando como el topo marxista.
Y, claro, con la religión por delante.
LUNES
Rezar en la Basílica
En 1991, AMLO al frente de indígenas y campesinos en caminata de Villahermosa al viejo Distrito Federal con el “Éxodo por la Democracia” y en 1995 con la “Caravana por la Democracia”, luego del mitin en el zócalo, López Obrador se fue con todos ellos a la Basílica a rezar a la Virgencita de Guadalupe.
Y con el estandarte de la Morenita del Tepeyac en la mano como Hidalgo, Morelos y Fox.
Primero, a rezar a la Virgencita, arrodillados todos, para proteger a cada indígena y campesino.
Y segundo, a rezar para proteger a AMLO.
En el año 2011, el presidente de la república fundó su Movimiento de Regeneración Moral, cuyas siglas son MORENA.
La morenita del Tepeyac.
La imagen religiosa para ultra contra súper posicionarse en las creencias y la fe y la esperanza y las oraciones de los feligreses católicos.
MARTES
El bienestar del alma
La historia está contada en el último libro del periodista y escritor de la revista Proceso, José Gil Olmos, intitulado “El pastor de masas. AMLO, una religión populista”, de editorial Grijalbo.
Líder social, dirigente político, jefe de Gobierno en la Ciudad de México, presidente de la república, la filosofía política y social (y religiosa) del tabasqueño ha girado alrededor de dos brújulas:
Una, el bienestar material.
Y dos, el bienestar del alma.
El bienestar del alma, caray, que siempre ha sido considerado parcela religiosa, llámase Dios, Yahvé, Cristo, Buda, Mahoma, etcétera.
Y que, sin duda, AMLO ha expropiado a la iglesia sin que ningún sacerdote, obispo, arzobispo, cardenal, pusiera un alto.
Quizá, claro, valores entendidos.
Con todo, el presidente ha ido más lejos vendiendo la esperanza (burda, ramplona, barata, demagógica y populista) de que bastaría su sexenio para que los ciento veinte millones de mexicanos alcanzaran la dicha y la felicidad en su periodo constitucional.
La felicidad, claro, en un país con más de ciento veinte mil desaparecidos, además de una república feminicida.
MIÉRCOLES
“Nada de odios, nada de rencores”
En campaña presidencial en el año 2018, en Aguascalientes, y en nombre de la religión, una vez más AMLO repitió el estribillo.
Por ejemplo, dijo que “la Cuarta Transformación (4T) es la reconciliación de los mexicanos, el amor al prójimo, nada de odios, nada de rencores. Vamos a unirnos”.
Luego, recordó a la población la filosofía religiosa la verdad histórica:
“Yo no dijo mentiras. La mentira es del demonio. La verdad es cristiana”.
Pero… por aquí ascendió al poder de “Las mañaneras” el único discurso predominando ha sido en los últimos cuatro años y diez meses la discordia.
Uno, el resentimiento. Dos, la venganza. Tres, el ajuste de cuentas.
Digamos “a tiro por viaje” en contra de los enemigos, adversarios, opositores, conservadores y neoliberales y a quienes ha revolcado en el estercolero de la traición y la corrupción.
“¡Corruptazos!” incluso ha llamado a ex presidentes de la república y ex secretarios de Estado y exgobernadores, historiadores, intelectuales, medios, reporteros y columnistas.
Caray, es el jefe del Poder Ejecutivo federal. El comandante en jefe de las fuerzas armadas. El dueño del día y de la noche.
El jefe máximo del dinero público. El jefe de veintitrés gobernadores. El jefe de parte del Poder Legislativo y Judicial.
Y con tanto poder multiplicando la soberbia en vez de aquella máxima del “amor al prójimo, con nada de odios y nada de rencores”.
La religión, utilizada como instrumento del poder.
JUEVES
Buscar la felicidad, ajá
Una de las peores ventas idílicas de esperanzas de AMLO, el presidente, ha sido, a tono, digamos, con la religión, la búsqueda de la felicidad.
De entrada, el sicólogo del barrio asegura que nunca en la historia han existido la felicidad y la dicha total y absoluta.
En todo caso, la felicidad se trata de ratitos (efímeros siempre) de dicha.
Y, que bueno, convienen guardarse para recordarse en los momentos de nostalgia.
Bastaría referir el siguiente dato: hacia el final del quinto año del sexenio obradorista, seis de cada diez habitantes de la república siguen viviendo en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los pichurrientos salarios de hambre.
Además, tocando puertas (la mayoría cerradas) para obtener un empleo digno y mejorar la calidad de vida.
Y en ningún lado del mundo una persona, un ser humano, un ciudadano, una familia, son felices viviendo en tales circunstancias.
La patraña. La estafa. La gran estafa.
VIERNES
Aura de AMLO para Sheinbaum
Lector de la Biblia, devoto confeso de Jesús, AMLO ganó 2018 por su estrategia religiosa.
Pero… Claudia Sheinbaum Pardo, todo indica, parece, ¿es?, atea.
Y por añadidura, necesitará la fe obradorista en la religión.
Ni siquiera la ex jefa de Gobierno en la ciudad de México tiene, vaya, panteón de héroes civiles como AMLO.
Menos, mucho menos, altar de santos y vírgenes.
La hazaña electoral y social de la 4T con la política religiosa con mensajes bíblicos y el Evangélico, únicamente se la dará AMLO.
AMLO, el coordinador de su campaña electoral.
El aura del presidente tabasqueño como una iluminación.
El Mesías.
El Profeta… Edén.
El personaje místico.
San Andrés Manuel.
Casi casi Moisés guiando al pueblo judío camino a Egipto en el relato bíblico.
Únicamente así, Sheinbaum podría desembarcar en puerto seguro.
En la tierra prometida.
En el paraíso terrenal.
Las religiones católica, protestante y cristiana de AMLO… al servicio de Sheinbaum.
Y de Rocío Norma Nahle García en Veracruz, desde luego.