Luis Antonio Pérez Fraga
 
Cada día vivimos una mayor sociedad de consumo, no tan solo en México sino en todo el mundo.

La mayoría de las personas quieren traer el mejor carro, una pantalla más grande, el último iPhone, la ropa de diseñador más cara, etcétera, y paradójicamente, esas mismas sociedades, cada año qué pasa… son más infelices. 

A pesar de los avances de la ciencia, la tecnología y la medicina, no han logrado curar de la infelicidad a cada día más personas en todo el mundo.

El director de Gallup, esa famosa encuestadora mundial, lleva un registro de la felicidad en 120 países desde hace 20 años, y los resultados son sorprendentes: la línea de la infelicidad, en ¡todos! va como si fuera un crack de la bolsa, de manera vertiginosa… hacia abajo. 
 
Acaba de presentar un nuevo libro Andrés Oppenheimer que se llama “COMO SALIR DEL POZO las nuevas estrategias de los países, las empresas y las personas en busca de la felicidad”, como anda promoviendo su libro, está dando muchas entrevistas y tuve la oportunidad de ver una extraordinaria donde dice que uno de los ingredientes secretos que provocan felicidad en las personas, se llama… OPTIMISMO.
 
Por eso, me puse a investigar acerca del optimismo y encontré que es una perspectiva positiva y esperanzada del futuro de sí mismo y del mundo que lo rodea a uno.

Que es una parte clave de la resistencia, o resiliencia -la fortaleza interior que ayuda a atravesar momentos difíciles y superarlos- por definición, el optimismo ayuda a ver, sentir y pensar en forma positiva, también a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo en cada momento.

Que siempre hay que mantener una actitud positiva y optimista confiando en que cada situación adversa pasará y saldremos más fortalecidos.

Es un rasgo de la personalidad que hace referencia a la capacidad de ver y vivir los acontecimientos de la vida de un modo positivo o lo que es lo mismo, ver la botella medio llena.
 
Oppenheimer dice en su libro al respecto que la gente optimista vive entre 6 y 10 años más que las pesimistas, y cita un estudio de la Academia Nacional de Ciencia de los Estados Unidos hecho con 101,000 personas, que lo demuestra, y otro estudio que es más interesante aún; el de las monjitas de la Orden de Notre Dame en Estados Unidos.

En los últimos 100 años, cuando las monjitas entraron en el convento  tenían que hacer un ensayo de sobre porqué querían ser novicias y entrar ahí, las pesimistas querían entrar en el convento “porque el mundo afuera es horrible, es un espanto, pasan cosas espantosas por eso yo quiero entrar aquí y refugiarme de las barbaridades que están pasando afuera”, y las optimistas escribían; “yo quiero entrar aquí porque el mundo es maravilloso, aquí voy a encontrar a Dios, voy a hacer el bien”; 100 años después, los académicos de Stanford estudiaron todos esos ensayos y separaron los ensayos optimistas de los pesimistas, y se fijaron cuando murió cada una de las monjas, y se encontraron con que las monjas que habían escrito los ensayos optimistas habían vivido un promedio de ¡10 años más que las pesimistas! Entonces en el libro -relata Oppenheimer- cómo los países, las empresas y las personas pueden ser más felices ejercitando los músculos del optimismo, porque el optimismo no es algo genético, es algo que podemos aprender y ejercitar.
 
“Un ejemplo que cuento en el capítulo sobre cómo las empresas pueden ser más felices, más innovadoras, más creativas y más productivas con el optimismo es el cuento de los 2 ejecutivos ingleses que fueron a África a principios del siglo pasado, año 1900, van dos ejecutivos de una fábrica de zapatos inglesa a buscar oportunidades de negocio a África, llega el primero, mira, y le manda un telegrama a su jefe: “malas noticias, acá todo el mundo anda descalzo me regreso a Londres la semana que entra”.

El otro ve la misma realidad y le manda un telegrama a su jefe diciendo: “¡buenísimas noticias! acá todo mundo está descalzo así es que ¡tenemos una oportunidad fantástica!” Las empresas que ven la vida, el mundo con optimismo, son mucho más creativas, productivas e innovadoras y ganan mucho más que las que ven el vaso medio vacío.

Nada de esto es genético, ni los países ni las empresas ni las personas están genéticamente condenadas a ser pesimistas.

Todo esto se puede aprender, se puede ejercitar, así como ejercitamos los músculos de los brazos haciendo pesas, se puede ejercitar el músculo de la cabeza para ser más optimistas, porque los seres humanos venimos de las cavernas y somos naturalmente catastróficos, tenemos naturalmente pensamientos catastróficos desde que pensamos que nos iba a comer un león si salíamos de la caverna.

Nuestro primer instinto es catastrófico, pero eso lo podemos cambiar si hacemos ejercicios positivos, lo que los psicólogos llaman ejercicios de optimismo, uno de los tantos que cita mi libro es: todas las noches antes de dormir piensa o escríbete tres cosas buenas que te pasaron durante el día; si tú haces esto sistemáticamente vas a ejercitar el músculo del optimismo que existe en tu cerebro (si es que existe tal cosa) y vas a empezar a ver el mundo de otra manera, o por lo menos no lo vas a ver instintivamente, catastróficamente, como estamos condicionados a hacerlo y eso se puede hacer a nivel personal, es una de tantas formas de hacerlo, puede ser a nivel de empresa, ahí cito ejemplos de cómo las empresas pueden convertirse en más optimistas, más innovadoras, más creativas y a nivel de país, obvio tiene que ser un optimismo realista, no se trata de decir hay que ver todo bien, por eso el libro se llama “cómo salir del pozo” porque estamos en el pozo, hay que tener un optimismo realista pero hay que ver las cosas con optimismo porque se puede salir del pozo, yo por lo menos en este viaje alrededor del mundo vi muchísimas manera en que otros países están saliendo del pozo”. 
 
Por eso, como dice Oppenheimer que el optimismo es un músculo que se debe de ejercitar pues nadie nace siendo optimista, así hágalo usted apreciado lectora o lector del NOTIVER, porque, para empezar, vivirá más años, tendrá una vida más tranquila, será más feliz y vivirá con alegría.


Encontré unas recetas en internet para practicar el optimismo que le comparto a usted. Pasos para ser optimista:
            1.        Dedícate tiempo por la mañana. 
            2.        Rodéate de gente con una actitud positiva.
            3.        Escribe un diario de gratitud. 
            4.        Expresa pensamientos positivos. 
            5.        Comparte tus experiencias positivas. 
            6.        Cultiva pensamientos positivos para creer más en ti.

 
Los optimistas ven el lado positivo de las cosas.

Creen que las cosas van a salir bien. Creen que tienen la capacidad y la habilidad de hacer que las cosas vayan bien. Seguramente haya usted escuchado que la gente que ve problemas en todo, se llama "pesimista", no sea usted de ese bando.

Y para finalizar les pongo un ejemplo de optimismo; Leo Messi en el mundial de Qatar, llegó al mundial con 33 partidos invictos, llega al mundial de Qatar y pierden los argentinos contra Arabia Saudita, un equipo de troncos seamos sinceros, gran fracaso, gran derrota, y esto los deportistas lo practican mucho más que el común de la gente, porque los coachean, el coach se los enseña.

Messi sale a la conferencia de prensa y dice: “hemos fracasado, derrota durísima, pero ya dimos vuelta a la página, ahora somos un buen equipo, tenemos buena onda y vamos a ganar” y terminaron… ganando el mundial.
 
P.D.- La prestigiada empresa encuestadora Mitofsky de Roy Campos, en su medición de la semana pasada, publica que la alcaldesa mejor evaluada de México fue Paty Lobeira de Yunes nuestra alcaldesa de Veracruz, yo que estoy cerca, sé que es muy bien merecido pues su trabajo diario es muy entusiasta, incansable y agotador ¡Muchas felicidades a Paty por este gran reconocimiento!
 
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