SUPER MAMÁS
Luis Antonio Pérez Fraga
El viernes de la semana que pasó se celebró la fecha, tal vez más significativa que conmemoramos en México y en el mundo; el día de las madres.
Es un día en el que dejamos cualquier tipo de compromiso atrás por celebrar a nuestra mamá.
Mis hijos me preguntaron que ahora qué íbamos a hacer el día de las madres, ya que mi mamá acaba de fallecer hace unos meses y estos últimos tres años lo pasábamos con ella y mis hermanos con sus familias, y la mamá de ellos, también hace tres años falleció, por lo que se me ocurrió la idea de celebrarlas a amas los 4 juntos pero conviviendo nosotros y recordarlas con un pequeño viaje y nos fuimos a Cancún, (les recomiendo a los jarochos aprovechar un vuelo que hay de Viva Aerobús de Veracruz a Cancún que cuesta $1200 la ida y el de regreso $1080, y hacer lo que nosotros hicimos; rentar en un hotel todo incluido en donde el desayuno, la comida y las cenas están incluidas y no tiene uno que pagar ya nada, es más, casi ni salir del hotel tiene caso pues ya ven que las distancias en Cancún son tremendas y los taxis cuestan más que el vuelo jajaja.
Se trata fundamentalmente de aprovechar la playita, las albercas, pero sobre todo convivir, pues un viaje acerca a todos, no hay otra cosa que hacer más que platicar la familia unida de sus problemas, alegrías, temores y planes como pocas veces lo hacemos todos en casa pues cada uno tiene sus propios compromisos siempre.
Este pasado 10 de mayo hubo 3 tipos de celebraciones: la feliz, la triste y la terrible; la feliz ,es la que todos quienes tienen el privilegio de tener a su mamá viva la puedan abrazar y besar mucho y decirle cuánto la quieren disfrutando ese y muchos días más con ella pues uno nunca sabe cuándo será el último día que lo podamos hacer, pues, por ejemplo, en el caso de mi mamá, un día antes de morir, me estuvo contando muchos chistes, me pidió dinero para ir al bingo y se estuvo todo el día ahí y por la tarde noche la llevé a unos estudios de tomografía de cabeza pues le había salido una bolita como un absceso en la cara y queríamos descartar la posibilidad de que fuera cáncer.
Ella iba echando su desmadre, como siempre, pues era muy alegre como buena jarocha, después de los estudios, cerca de las 10 pm todo se veía perfecto.
En la mañana siguiente, cerca de las 8 am me llamó mi hermana Carmelita para decirme alarmada que mi mamá no respiraba, le dije que corriera por un espejo y se lo pusiera en la nariz para ver si se empañaba, lo hizo y me dijo que no, inmediatamente pensé lo peor y le dije voy para allá.
En efecto, mi José, mi mamita adorada ya había cerrado sus ojitos para siempre a la edad de 93 años, y lejos de que nos invadiera la tristeza les dije que le deberíamos dar muchas gracias a Dios ya que nos la prestó por tantos años y que además había sido “la muerte de los justos” que es cuando te duermes y ya no despiertas, sin tener molestias ni dolores.
Por eso, no hay que desperdiciar nunca la oportunidad de abrazarlas, besarlas y decirles cuánto se les quiere muchas veces, eso lo pueden hacer, en el primer caso que les comento, todos los que tengan la dicha y la fortuna de conservarlas, el segundo, que es el triste, corresponde a todos los que ya no la tenemos y que ese día la sentimos y la pensamos mucho o lloramos por su recuerdo.
Pero hay una tercera, les decía, que es la terrible: y esa es la del sufrimiento de ellas, la celebración en la que no hay nada que celebrar, la de las madres, que a la inversa, han perdido a uno o varios de sus hijos, debe de ser un sentimiento y una angustia permanente e indescriptible para ellas que buscan a sus hijos desaparecidos, el no saber si están vivos y algún día los puedan volver a ver, o peor, que estén muertos y no tengan su cuerpo para abrazarlos por última vez y llorarles, esa incertidumbre es la que las mata en vida.
Nadie tiene ni la menor idea del terrible dolor y sufrimiento que sienten esas madres, que con palas y hasta a veces con sus propias manos y uñas escarban en la tierra con la esperanza de encontrar a su hija o a su hijo desaparecido.
Desgraciadamente en México, no ha existido una empatía para formar una comisión nacional de búsqueda real, que esté verdaderamente de parte de las madres y las víctimas, pues la que tenemos es solamente para tapar al gobierno y contener las expresiones de rabia o protesta de madres desesperadas que ya no encuentran que hacer para hallar a sus hijos, pues no tienen ni los recursos, ni los instrumentos necesarios como maquinaria pesada, perros entrenados etc. para poder hacerlo.
Nadie se explica por qué este gobierno ha mostrado tanta indolencia por su dolor, pues se han cansado de pedirle audiencias al presidente y éste las ha ignorado, lo mismo han realizado marchas y marchas por todas las ciudades de México, pues hasta ahorita no han sido atendidas con interés y profesionalismo, sino más bien con indolencia y desprecio.
El viernes hubo en 16 estados marchas multitudinarias de madres que buscan a sus hijos.
Es sorprendente cuántas miles y miles de ellas son. Marcharon hasta en Zacatecas donde manda la delincuencia a todo lo que da y por ende más su vida peligra, ya que en lo que va de este sexenio 16 de ellas, no tan solo no encontraron a sus hijos, sino que fueron asesinadas a balazos por intentar encontrarlos, y que poca madre de esos asesinos, que en lugar de decirle, aunque sea anónimamente a una madre buscadora con una carta o recado por abajo de su puerta, en dónde sepultaron clandestinamente a sus hijos, la silencian mejor para que ellos nunca paguen por esos terribles homicidios.
Veracruz no fue la excepción, y aquí los colectivos: “Solecito de Veracruz”, “Justicia y Dignidad Veracruz” y “Corazones Ausentes”, marcharon por varias calles de nuestras ciudades, ya no pidiendo, sino ¡exigiendo! a las autoridades que realicen su trabajo y clamando por una ayuda que ven que año tras año no llega.
Es inmenso el dolor y más el sufrimiento que estas mujeres ejemplares viven y todos quienes conocemos a alguna de ellas, debemos de tener la empatía suficiente para comprenderlas, hay que abrazarlas, darles un beso de consuelo y comprender su profundo dolor, que muchos de nosotros tal vez no aguantaríamos.
A todas las madres que ya no tengan a sus hijos les hago llegar un profundo reconocimiento y les mando mucho cariño por ser un ejemplo para nuestra sociedad, y ojalá el gobierno, en realidad, ya haga algo en serio por ayudarlas.
Ayer se me hizo un nudo en la garganta al ver la manifestación en la CDMX, que cuando llegaron al zócalo, ya estaba el palacio rodeado, no tan solo de vallas, sino de ¡cientos de granaderos!
Como si fueran a agredirlos y una de esas madres, suplicaba a todo pulmón al presidente que por favor las recibiera, que no pedían nada más, ni causarían nunca ningún destrozo, que lo único que pedían era que les diera un poco de atención y ayuda, que girara instrucciones, -con todo el poder que el representa y ostenta diariamente- a las instancias encargadas de hacerlo para que las ayudaran a tratar de encontrar a sus hijos, eso… ¿es mucho pedir?
¿Cuándo nos imaginamos que compuesta por otras circunstancias y latitudes la canción de mi muy querido y admirado Rubén Blades ajustaría tanto a nuestro México?:
… ¿A dónde van los desaparecidos? Busca en el agua y en los matorrales ¿Y por qué es que desaparecen?
Por qué no todos somos iguales ¿Y cuando vuelve el desaparecido?
Cada vez que lo trae el pensamiento ¿Como se llama al desaparecido?
P. D.- Con mi pésame más sentido a todos los familiares y amigos, por la inesperada partida de una eminencia en las leyes, un docto y valiente abogado, excelente persona como lo fue el Lic. Fidel Ordóñez Solana, que Dios lo tenga en su santa gloria.
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