La caída
Por Sergio González Levet
Es una bola de nieve que crece mientras desciende hasta el fondo, hasta el hoyo; es una estampida de bisontes imparables; es un torton de 7 toneladas, sin frenos de Perote a Xalapa; es un rinoceronte a toda velocidad, que no puede cambiar su rumbo ni detener su destino; es un miura desaforado, enderezado hacia la muleta y el estoque…
1. El impulso ciudadano en favor de Pepe Yunes está convertido en un fenómeno sociológico; en una prueba viva de que lo jarocho persiste aún en el alma del pueblo veracruzano.
La cargada está a todo lo que da y las pequeñas multitudes se siguen juntando hasta que desemboquen en la inmensa mayoría de junio que sacará a los morenos del poder y la gloria, y del goce insano de sus privilegios.
En todos los rincones de Veracruz está resonando la buena nueva de los tiempos de cambio y mejoría que vienen; del rescate de Veracruz; del regreso del estado preeminente en el país… del orgullo casi perdido que brota de las profundidades del bendito suelo que nos alienta y nos alimenta.
2. Allá en la profundidad de su cerebro, el inconsciente del Patriarca debe estar feliz de que está logrando su cometido secreto de destrozar su propia obra (después de mí, el diluvio) para que nadie la pueda gozar como él, ni aunque sea una presunta corcholata sumisa y obediente.
El plan maestro avanza y se alimenta de los efluvios del discurso mañanero, de las calumnias, las mentiras sin remedio, los exabruptos del Mesías convertido en una furia a penas contenida por el haloperidol, la risperidona, la olanzapina.
Se nutre también de todas las conductas antipopulares de las marionetas que siguen el guion sin cambiarle ni una coma: que la gobernadora de Campeche enfrentada con sus policías y su pueblo; que el jefe postizo de la CdMx peleado con sus ciudadanos por el agua absurdamente contaminada en la alcaldía mejor gobernada por la oposición, en la figura de Santiago Taboada; que los diputados y senadores impuestos por el jefe, votando y defendiendo todas las ocurrencias del señor, mientras le hacen más hoyos a los bolsillos magros de los pobres.
3. En la casa de campaña de Rocío se nota el vacío, de personas y de ideas para contrarrestar la avalancha en contra de su simpatía artificial, de su ventaja de 30 puntos inventada, de las mentiras para sustentar su inexistente austeridad.
El arcano habló y sentenció la caída de los mentirosos, los ladrones, los traidores al pueblo.
Y Pepe sigue creciendo, igual que el entusiasmo popular. Su campaña es una fiesta, un fandango para los que saben.
La vida es un carnaval.