Por Andrés Timoteo

TAL PARA CUAL

“Dios los hace y ellos se juntan”, según el refranero. Esto aplica a la situación del PRI en Veracruz con el espuriato en su dirigencia. Marlon Ramírez no se quiere ir a pesar de que ya terminó su periodo estatutario de representar -que no dirigir – al partido.


Pretende alargarse en el cargo partidista hasta el 2024 para sacar rédito de las candidaturas a las diputaciones por la vía plurinominal y a las regidurías pues no le da para más. En las últimas elecciones -bajo su conducción- el tricolor no ha ganado por voto directo ni una diputación, federal o local, ni un escaño en el Senado. Ramírez se ha dedicado a administrar las boronas del cascarón.

Pero su afán perpetuista tuvo un apoyo el fin de semana con la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Carolina Viggiano Austria, quien estuvo en la entidad y confirmó que el juchiqueco no se va a pesar de que su estadía es ilegal. Lo anunció recurriendo a falacias.

Dijo, por ejemplo, que legalmente no se puede renovar una dirigencia partidista en medio de un proceso electoral. Falso. Ni en el país ni en Veracruz ha iniciado el proceso electoral 2023-2024, lo hará hasta la primera semana de septiembre. Tuvieron mas de tres meses para corregir el espuriato veracruzano pues el 14 de mayo terminó el periodo directivo de Ramírez, pero no lo hicieron por intereses alevosos.

Viggiano también acusó de “traidores” y “tránsfugas” a los priistas que exigen la renovación del comité estatal, una muletilla que ya se le conoce para descalificar a la militancia que cuestiona los chanchullos. Dijo exactamente lo mismo de los priistas hidalguenses en junio del año pasado cuando perdió los comicios por la gubernatura por más de 30 puntos abajo del morenista Julio Menchaca.

Fúrica, se negaba a reconocer los resultados y hasta se quejaba de violencia de género porque “le impedían ser gobernadora solo por ser mujer”. Al final tuvo que aceptar la derrota no sin antes arremeter contra la militancia de Hidalgo responsabilizándola de su fracaso. Ni Viggiano ni Ramírez dan votos, y así el poema político está dado: una perdedora respaldando a otro perdedor. Tal para cual.

LAS VENENO

Las hermanas Nellyda y Yareth Bárcenas Vitte -la primera es funcionaria municipal– son de cuidado. Si no lo creen pregunten a los habitantes de Miahuatlán. Y su belicosidad y ordinariez no son de ahora sino de siempre. Los miahuatecos más moderados las llaman “Las Hermanas Veneno” y los insidiosos las apodan “Nacasia” y “Nacaranda”.

Ambas son liosas y por algo están en Morena, comentan en su pueblo. Se dicen feministas, como ya lo documentó NOTIVER en su edición de ayer, pero no son pocas las mujeres de aquel municipio que han sido agredidas por ellas. Se amparan en el dicho de que son influyentes en la política y en el partido guinda.

Hace un año, en julio del 2022, las Bárcenas operaron desde el ayuntamiento la elección de los consejeros de Morena y con el furor que las caracteriza acometieron a varios lugareños, incluidas mujeres, que apoyaban a candidatos contrarios. Su feminismo es una falsa bandera. Si una mujer se les pone en frente no dudan en arañarle la cara.

Nada de sororidad ni de guardar las formas, cuentan quienes las conocen. Eso lo comprobó en carne propia la reportera Verónica Huerta el domingo cuando fue agredida por “Las Veneno” cuando documentaba el uso de recursos públicos para asuntos partidistas.

Aunque una denuncia penal contra ellas no prosperará porque, efectivamente, -como dicen las Bárcenas- tienen inmunidad e impunidad del gobierno cuitlahuista, la periodista debe proceder legalmente para al menos dejar un registro y atajar -si prospera la queja por violencia de género – que esas tipas continúen en cargos públicos. Ambas han dicho a sus cercanos que buscarán cargos de elección popular en el 2025.

Al alcalde miahuteco, Óscar Suárez no se le puede pedir ninguna acción correctiva contra su síndica porque la que manda en el ayuntamiento es ella -según lo presume la misma morenista-. Tampoco hay nada que esperar de la Comisión Estatal de Protección -risas – a Periodistas pues su presidente es promotor abierto de la zacatecana Rocío Nahle al igual que otros comisionados.

Entonces, ¿cómo los comisionados nahlistas van a proceder contra una de sus camaradas de promoción y afinidad política? Ni pensarlo, se arriesgan a una reprimenda. En fin, desde este espacio nos solidarizamos con la periodista Huerta y se repudio la agresión de la que fue blanco.

No hay que callar sobre los viles porque es una forma de avalarlos ni dejar sin denuncia sus abyecciones porque es facilitarles la juerga. Ah, pero ¡cuidado! porque la fiscala Verónica Hernández es capaz de proceder en contra de la periodista en lugar de las hermanas mitoteras. Así se las gasta y hay antecedentes.

SUPERACIÓN PERSONAL

El gobernante en turno Cuitláhuac García retó -porque esa fue su intención- a “los que se sientan agraviados” porque desde su oficina se operó el acarreo de gente al evento de la exjefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, a que presenten la denuncia correspondiente. Claro, lo hizo a sabiendas que la Fiscalía estatal no hará nada y la federal tampoco.

Pero, ¿quiénes son los agraviados? Lo que hizo su coordinadora de Documentación -un cargo rimbombante para decir secretaria – Consuelo Thomas no es un asunto de particulares sino de estado de derecho. La agraviada es la ley y directamente la Constitución que desde marzo del 2022 tiene a los delitos electorales clasificados como graves y merecedores de la prisión forzosa.

¿Y quién juró cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen? Pues él. ¿Quién está obligado a gestionar la querella?. Él en primer lugar. No lo hará porque sería un ‘harakiri’. Orondo, pretende trasladar la responsabilidad de velar porque se cumpla la ley a los ciudadanos y partidos de oposición. García Jiménez cada día se supera a sí mismo: ya no solo es cochino y trompudo sino además cachetón, diría la plebe que lo alucina.

*Envoyé depuis Paris, France.