Por Andrés Timoteo
PERDIENDO FUELLE
Algo anómalo ha sucedido que desajusta con la ortodoxia lopezobradorista: no hubo concentración apoteósica el primero de septiembre para el quinto informe de gobierno. Bueno, sería como el noveno o décimo porque el mandatario Andrés Manuel López Obrador es dado a las plazas llenas y a dar informes por todo.
Que se cumplieron los primeros cien días de su gobierno y convocó a una asamblea en el zócalo capitalino. Que el primer aniversario de su triunfo en julio del 2018 y otra vez la plancha llena. Que en diciembre a conmemorar su toma del poder y nuevamente el gentío. Que esto y que aquello, y miles de acarreados de todo el país.
¿Por qué no lo hizo el viernes? Algo raro sucedió. Se llevó su informe al sureste, a Campeche gobernado por una morenista y con público controlado ya que los asistentes fueron en su mayoría militantes del partido de Estado y simpatizantes de su persona.
¿Por qué no volver a llenar el zócalo de la Ciudad de México como tanto le gusta?, ¿porque no podía placear a los precandidatos presidenciales de Morena -sus “corcholatas”- y en especial a la preferida, Claudia Sheinbaum? Pues en Campeche tampoco lo hizo. ¿Le teme a un abucheo ya a 14 meses de entregar la presidencia? No se cree.
¿Miedo a que se le aparecieran los simpatizantes de su pesadilla Xóchitl Gálvez? Tampoco es creíble. ¿Ya no hay dinero para costear el acarreo masivo? Argumento sin sentido. ¿O está ahorrando recursos públicos para la campaña electoral del 2024? Hum, tampoco convence. Algo extraño pasó que no se sabe aún, solo se especula.
Eso sí y como siempre hubo símbolos que en política son importantes y hasta premonitorios. Uno fue que, como ya lo citaron algunos analistas, en su mensaje dado en Campeche López Obrador pareció más un coordinador de campaña electoral que un jefe de Estado rindiendo cuentas a la nación.
Y el segundo que se cumplió lo que él mismo había advertido. ¿Se acuerdan que hace una semana en una de sus conferencias mañaneras retiró la invitación a los reporteros para acompañarlo en los primeros recorridos del Tren Maya alegando que si había un fallo serviría para que los medios conservadores y opositores arremetieran contra la obra?
¡Pues eso mismo pasó! No fue el viernes cuando viajó en un vagón acompañado de empresarios sino el sábado durante la segunda prueba en la que el tren se detuvo por casi una hora al llegar al municipio yucateco de Yaxcabá, y los viajantes, entre ellos el presidente y los gobernadores de Yucatán, Mauricio Vila, panista, y de Quintana Roo, Mara Lezama, perredista, tuvieron que esperar hasta que repararán la máquina.
¿Pero cómo si los aparatos son nuevos? Una de las obras faraónicas que López Obrador ha inaugurado y reinaugurado como tres veces, falla en sus primeros recorridos. Se repite, en política los símbolos son fuertes y hasta auguradores. La locomotora de la “cuarta transformación” se estropeó en plena muestra de que iba a todo motor.
Ahí se cumplió la Ley de Murphy: cuando algo puede salir mal pues sale mal. Eso mismo anticipó el tabasqueño y eso mismo sucedió. ¿Qué sabía el presidente sobre su tren para anticipar el ‘desconchiflamiento’? Todo.
Por si fuera poco, está el poquísimo interés que generó el quinto informe. Transcurrió desapercibido para la mayoría de la población. Para los que se ocuparon del mismo, políticos y prensa, simplemente fue más de lo mismo, una “mañanera más larga” según los foros de análisis. ¿Ya no entusiasma escuchar a López Obrador?, ¿está perdiendo fuelle? Otra vez los signos.
LA CONTESTONA
Tampoco fue el “Día del Presidente” como marcaba la tradición política. Las multitudes no se volcaron sobre él. La nación no se paralizó para oírlo. Ya no hubo la salutación generalizada, de simpatizantes y oponentes, solo celebró con los suyos en una entidad alejada del centro del poder.
Y no tuvo los espacios mediáticos para él solo como en los cuatro años precedentes en los que a pesar de los discursos críticos de la oposición partidista estos no tenían la fuerza suficiente para arrebatarle los titulares. Ahora sí y lo hizo la ya candidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez, quien en su papel de senadora desde la tribuna le contestó el quinto informe.
Pero lo que más se difundió y más dolió en López Obrador -no tanto el discurso desde el recinto parlamentario- fue el mensaje sardónico que la hidalguense colgó en las redes sociales: “Les resumo el informe: Bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira, bla, bla, bla, bla, mentira. #SíHayQuintoMalo”.
Este se volvió tendencia y titulares de la prensa con más gravedad que cualquier otro discurso cuestionador de la diatriba presidencial que se haya hecho en los informes anteriores. Signo de que hay candidata opositora y esta salió contestona y echada para adelante frente al caudillo.
Los tiempos se encajan y al menos en este evento le jugaron en contra a López Obrador pues sus ‘corcholatas’ están en veda de mensajes, es decir que no pudieron salir a la palestra para defenderlo en su quinto informe ni para replicar a Xóchitl Gálvez. A estas alturas todavía no hay candidato del régimen guinda y la panista tuvo todo el escenario para ella sola.
EL INTRAMUSCULAR
Volviendo a los símbolos que son poderosos en política, hay que reparar en la ausencia del gobernante veracruzano, Cuitláhuac García en el quinto informe presidencial. Es más, no ha tenido eventos locales y hasta ayer domingo seguía ‘desaparecido’ en la aldea.
¿Andará deprimido y se tiró a la ‘peda’ porque no fue requerido en Campeche? ¿No lo convocaron por el desastre que tiene en Veracruz? No es creíble pues hasta allá acudió Cuauhtémoc Blanco que tiene un tiradero igual en Morelos.
¿Que ya perdió la venia del tabasqueño? ¿Qué otra cosa sería más importante para García Jiménez que ir al besarle la mano a su protector? Mucha especulación, aunque solo para el morbo político porque a los veracruzanos de a pie les da igual si el gobernante aparece o no en público. Ya les es intramuscular.
*Envoyé depuis Paris, France.