Por Andrés Timoteo

CORRIDOS TUMBADOS

La música es un hecho social y las canciones son la voz del pueblo en determinado momento y circunstancia. Cierto, la gente canta sus pesares y alegrías, y esas canciones - en todas sus modalidades y géneros: corridos, cumbias, óperas, jazz, folclórico, tangos, rock, etcétera- son un registro histórico de la época y de quienes la viven.

Son un vehículo de comunicación que trasciende el tiempo. Por ejemplo, La Iliada que narra la guerra de Troya, escrita por el poeta Homero hace 2 mil 800 años, primero se cantó y luego se plasmó en letras. La música y las canciones guardan la memoria episódica, son la crónica de uno o varios episodios.

Para saber qué está pasando en el mundo o en la aldea más remota de la tierra basta escuchar lo que se canta, así de simple. Esta disertación viene al caso por lo que está sucediendo en México y otros países de América Latina con algunos géneros musicales disruptores.

En México son los "corridos tumbados" y el "reggaetón tiraera". En Argentina, la "cumbia villera" o "cumbia 420", un género que alude a la clave que en el argot de los toxicómanos le dan a la mariguana por el 20 de abril – cuarto mes del año-, Día Mundial de la Cannabis en el calendario 'yonki' o sea de los consumidores.

Así es, ahora esa yerba ¡ya tiene su propio género musical!

Lo mismo el "reggaetón RKT" o "perreo RKT" que alaba el flirteo y las prácticas sexuales sean o no menores de edad sus practicantes, la drogadicción y el hacerse de dinero sin importar delinquir para ello, entre otros comportamientos desafiantes de los convencionalismos vigentes.

Lgante (Elian Ángel Valenzuela, nombre real) es un cantante surgido de las barriadas bonaerenses -y que en su estilo, vestimenta y tatuajes es muy parecido al rapero mexicano Santa Fe Klan (Ángel Jair Quezada Jasso)-, que llama en sus cumbias villeras a estar "ATR", acrónimo de "A todo ritmo" pero que en ciertos ambientes se entiende como "bien drogados" o "bien grifos".

El antiguo y común denominador de todo lo anterior es la apología del crimen organizado, del consumo de estupefacientes, de la actividad sexual a temprana edad y sin restricciones, y de tener a los capos de la mafia y su estilo de vida como modelos a alcanzar. Y tampoco es algo nuevo en el ejercicio musical.

Los narco-corridos es una de sus raíces y vaya que en México se practican desde hace décadas, así como el rock pesado o 'heavy metal' en las que se encomia la drogadicción como estado ideal del ser humano y se preconiza la muerte provocada como fin ideal de las personas, incluido el suicidio y el asesinato, además del satanismo.

Y no todo se queda en el escenario ni en un 'podcast' o un archivo MP3 -vaya añoranza, antes eran los referentes eran "disco sencillo", "LP" o "CD"– ya que combinar la música con el hampa organizada llega a ser mortal. Hay cantantes que han sido asesinados porque no agradaron, desairaron o exhibieron a los capos del narcotráfico.

EL VAMPIRO INVITADO

Ahora mismo dos interpretes de "corridos tumbados" en México están en la mira de los cárteles de la droga por sus canciones que hacen referencia a ellos.

Uno es Natanael Cano quien en un concierto dado en Hermosillo, dijo al público que si cantaba el corrido "Cuerno azulado" lo iban a matar.

¿Pues qué dice ese corrido? Habla de la convivencia de Cartel de Sinaloa "con el gobierno pacta'o" y que la familia Guzmán es la que verdaderamente manda en el país. Recuerda el 'Culiacanazo': "Delincuencia organizada,/ ya saben que pedo./ Tocan al Ratón/ y un desmadré le hacemo'".

El 'Ratón" es el sobrenombre de Ovidio Guzmán.

"Se me abre el camino / y no es que hable de brujos,/ santos son Iván, Archivaldo y los botones./ Voten por Joaquín en las elecciones".

Y machaca: "La montaña patrocina, siempre./ En el rancho, JGL pa' presidente". JGL son las siglas de Joaquín Guzmán Loera.

A Cano lo quieren asesinar por esas loas, aunque no se sabe si las amenazas vienen del cartel al que ensalza o del gobierno al que exhibe.

Otro amenazado es Hassan Emilio Kabande Laija, conocido como "Peso Pluma", a quien el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) le habría advertido, usando narco-mantas, que si realiza su concierto del 14 de octubre en Tijuana "será tu última presentación, por irrespetuoso y lengua suelta".

Igual que en el caso anterior hay dudas sobre el autor real del amago pues aunque el narcomensaje lo firman con las siglas del grupo criminal en realidad el cantante hace un panegírico del mismo y sus capos, especialmente de Adrián Guerrero apodado el "08", ahijado de Nemesio Oseguera "El Mencho" también mencionado en el corrido que, por cierto, se titula "El 08".

"Somos ingenieros,/ nuevo cartel del sexenio,/ me gustan los arrancones/ también con mi hermano Leo. / Del dicho al hecho/ hay mucho trecho,/ y con las pruebas hablo/ pregúntenle al señor Mencho./ Soy michoacano/ pero cuido aquí en Jalisco./ Cuerno de disco,/ siempre ando arisco", dice parte de la letra.

¿Matan a sus propios aduladores? Un entresijo mafioso. La supuesta amenaza bien puede venir de un grupo rival.

Pero ambos corridos son muestras de la memoria episódica musicalizada: se canta lo que se vive, uno con el Cártel de Sinaloa y otro con el de Jalisco.

No cabe espantarse porque eso es parte del comportamiento humano.

No se puede ir contra el registro y la transmisión memorísticos de la colectividad, aunque nadie está obligado a oír ni cantar las epopeyas narcas.

Eso sí, es deber social prevenir que los niños tomen dichas pautas musicales como metas de vida. Hay que educar para que no se idealice a ídolos de charol.

Que se cante el momento, sea aceptado o rechazado, pero que nunca esos corridos tumbados se conviertan en identidad nacional ni aspiración de vida para las nuevas generaciones.

Ah, y ninguno de los cantantes aludidos son víctimas incautas pues ellos saben a lo que se exponen prestándose a la apología de los criminales.

Ya lo dijo alguien: los vampiros nunca entran a tu casa sin invitación y el narco es como ellos.

*Envoyé depuis Paris, France.