Por Andrés Timoteo

SIMULACROS

Como marca la regla no escrita pero sí vivida, ayer tembló. No podían faltar las sacudidas del 19 de septiembre, diecisiete temblores repartidos en Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Baja California, Chiapas, Sinaloa y Veracruz, aunque todos de baja intensidad. El más fuerte alcanzó los 4.4 grados en la escala de Ritcher y fue en Guerrero.

El de Veracruz fue de 3.3 grados y se dio por la madrugada en Las Choapas, al sur. Ninguno pasó a mayores, al menos hasta el cierre de este texto.

Nada que ver con aquellos terremotos de 1985 y del 2017 que registraron magnitudes de 8.1 y 7.1 grados, y dejaron 10 mil y 300 víctimas mortales, respectivamente.

No, ayer fue día de recordatorios luctuosos y preparativos para futuros temblores porque también fue el día de los simulacros.

En todo el país sonaron las alarmas para que la gente, sobre todo los estudiantes y servidores públicos evacuaran edificios a fin de prepararse para posibles eventualidades.

Es un ejercicio que los mexicanos aprendieron a hacer a golpes telúricos.

Sin embargo, también la proximidad de la data se prestó para otros simulacros en el terreno político-electoral.

Uno es el recordatorio sobre la farsa que hicieron militantes y líderes del partido que hoy gobierna, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) para ayudar a los damnificados del sismo del 2017.

Ellos montaron un simulacro que en realidad fue para evadir la ley y transar varios millones de pesos a través del fideicomiso llamado "Por los demás", creado por el entonces dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador bajo el argumento de que la mitad de las prerrogativas del partido serían destinadas para ayudar a las víctimas del temblor.

Pero se trató de una engañifa para que los morenistas depositaran y retiraran inmediatamente poco más de 78 millones de pesos que luego fueron a parar al mismo partido para costear la promoción electoral en los comicios locales de ese año y la nacional en el 2018.

Ayer, López Obrador encabezó la ceremonia luctuosa para recordar a las víctimas de los temblores, entre ellas a las del 2017 pese a que él y su partido les robaron la ayuda. Gran simulador.

Por ese fraude, el INE multó al partido guinda con 197 millones de pesos, aunque fue la única sanción porque todos los que participaron en el mismo siguen impunes.

Un personaje ligado a Veracruz -ojo, ligados que no nativo- que tuvo papel activo en esa estafa es la zacatecana Rocío Nahle, entonces diputada federal y coordinadora de la bancada marrón en San Lázaro.

Sí, esa misma que ahora se dice presta a participar en otro simulacro: el proceso interno de Morena para seleccionar al candidato a la gubernatura de Veracruz.

La zacatecana fue personalmente a sucursales bancarias a depositar y retirar diversas cantidades de dinero para simular que serían destinadas a los damnificados.

UNA REFINERÍA POR AÑO

¿Lo imaginan? Si no tuvo compasión para robarle el dinero de las víctimas del terremoto, a poco alguien creen que la tendrá para meterle la mano al cajón de los veracruzanos.

Sus enjuagues financieros se potencializaron cuando llegó a la Secretaría de Energía, en diciembre del 2018.

El más grande está en la inacabada refinería de Dos Bocas que se anuncio con un costo de 8 mil millones de dólares y que ya oscila en los 20 mil millones de dólares, y sin producir un solo litro de gasolina. ¿Cuánto de ese dinero habrá ido a parar a sus bolsillos?

Ahora la misma zacatecana va por otra tajada monumental: el presupuesto anual de Veracruz que supera los 148 mil millones de pesos -8 mil 600 millones de dólares, algo así como el costo prometido para Dos Bocas-.

Vaya, si logra convertirse en gobernadora tendrá a su disposición el dinero para construir una refinería como la de Tabasco.

Bueno, eso al precio simulado de de Dos Bocas pues a costo real la zacatecana le echará el guante al equivalente de una refinería cada dos años o sea 3 refinerías por el sexenio estatal.

Tanto dinero en unas manos con un rastro enorme de corrupción será como poner a la comadreja a cuidar los nidales del gallinero.

En fin, volviendo a los simulacros, por estas fechas -el mes de los simulacros pues -el lopezobradorismo practica dos de ellos. Uno ya lo hizo hace dos semanas -aunque duró casi tres meses – para seleccionar al candidato presidencial de Morena y oficializar el 'dedazo' a favor de la exregenta capitalina, Claudia Sheinbaum.

Y el segundo está por ejecutarse con el mismo método para elegir a los que serán abanderados por las nueve gubernaturas a renovarse también en el 2024 -Chiapas, Tabasco, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Veracruz, Yucatán y la Jefatura de Gobierno en la Ciudad de México-.

La convocatoria emitida la noche del lunes marca el arranque del segundo gran simulacro después del realizado el pasado 6 de septiembre con la unción de Sheinbaum y la entrega del "bastón de mando".

Y en el nuevo fingimiento hay casi todos los ingredientes simuladores que en el anterior:

Registro múltiple de aspirantes, aunque ya estén decididos los ganadores, así como encuestas para medir su popularidad y falsas prohibiciones de "campañas dispendiosas" con anuncios espectaculares, uso de recursos públicos, la intervención de funcionarios para apoyar determinados precandidatos y la utilización de programas sociales.

EL CARCAJEADOR

Claro, todo es una pantomima de democracia y austeridad internas. Es una gran estafa, el simulacro de los cínicos pues en todos los estados eso ya se está dando y ya se dio para ayudar a Sheinbaum. ¡Ea!, que se lo digan a los veracruzanos que vieron al gobierno cuitlahuista usar todo el aparato estatal y los fondos públicos para eso.

Y otro ¡ea! para que se lo digan también al secretario de Gobierno, Patrocinio Cisneros que lleva meses publicitándose con todas esas prohibiciones.

Los que tienen el ojo matemático calculan en casi mil millones de pesos lo que ha gastado en su promoción personal.

El bajacaliforniano se debe estar carcajeando de las reglas internas -léase simulacros – de Morena.

*Envoyé depuis Paris, France.