Por Andrés Timoteo

DESDE MULEGÉ

Pide que se le refiera como Marcos X pues sigue laborando en el mismo ayuntamiento. Es un empleado veterano de Mulegé, Baja California, que al paso de las décadas ha acumulado la sapiencia de la burocracia media, esa que se mantiene sobre el desfile de alcaldes y funcionarios de la cúpula. Y los ve, oye, conoce y escudriña.

Marcos X se divierte recordando. A sus casi 60 años está convertido -dice- en un “costal de anécdotas”. ¿El periodo de Guillermo Santillán?, se le pregunta. “El Profe Santi”, aclara y prosigue: “Sí, un ladrón en toda regla y desde antes. Cuando llegó a la alcaldía ya arrastraba sus raterías”, afirma.

“Siendo notario público número 20 se coludió con el entonces alcalde Pedro Graciano Osuna, por allá del 2006, para perpetrar un fraude con unos terrenos ubicados en una zona llamada Llanos del Gallito de alta vocación turística y alta plusvalía, aunque en ese tiempo sus dueños no lo sabían y se aprovecharon de eso”.

“El notario falsificó documentos de cesiones, compra-venta, herencias y después las escrituras para robarse esos terrenos. El escándalo fue enorme, llegó hasta El Noticiero de Televisa. Pero no fueron castigados y siguieron en la política. El alcalde Osuna terminó su periodo en el 2008, luego vino otro, y en el 2011 el PRD y el PT postularon a Santillán y ganó. Fue presidente municipal hasta el 2015”, relata.

¿Recuerda a Patrocino Cisneros?, se le pregunta. “¿Patrocinio?, No”. Trabajó en ese periodo con Santillán, fue su tesorero, se le acota. “¡Ah!”, exclama en la línea. “Sí, ya se de quién habla usted, del tesorero Erick Cisneros. No lo conocemos acá como Patrocinio, con ese nombre. Le decíamos el tesorero Cisneros, creo que era ingeniero o profesor, no contador”. En Veracruz tampoco le gusta que le digan Patrocinio, se le comenta. Y deja escapar la risilla. “Quien odia su nombre, odia su parroquia”, recita Marcos X.

¿Qué recuerda de él?, dicen que lo corrieron de la tesorería, ahora en Veracruz presume de tener poder y sometidos a todos, hasta el mismo gobernador Cuitláhuac García. Es el secretario de Gobierno y quiere ser candidato en el 2024. Al entrevistado se le atiborra de preguntas y referencias.

“Bueno, acá no destacó mucho. Era más bien gris. En el 2013, en mayo o junio, no recuerdo bien, fue obligado a renunciar. Ya era mucho el relajo. Las cuentas no cuadraban y en la prensa y la oposición hablaban de eso casi siempre. Dicen que la puntilla fue que el tesorero le ‘bailó’ un negocio al propio Santillán y eso lo enojó mucho”.

“Cheque el dato, los periódicos decían que el tesorero ‘rasguñaba el presupuesto”, agrega Marcos. Efectivamente, la prensa en ese tiempo manejaba tal descripción metafórica. El periodista Jesús Ojeda en su columna “Escaparate Político” así lo exponía exactamente: que “rasguñaba” el erario.

¿Se le investigó? “No, solo lo echaron, no pasó a mayores. Tampoco al alcalde. Nunca se supo cuánto se robó de la tesorería, algunos decían que 5 millones, otros que 8 y otros hablaban hasta 20 millones, todo quedó en secreto. Eso sí, luego se supo que tenían -Cisneros y Santillán – más de mil ‘aviadores’ en la nómina”.

Es cierto. En marzo del 2016, la entonces alcaldesa, la panista Cecilia López González, informó que a su antecesor le habían detectado una “nómina inflada” con 1,575 empleados de más. Mulegé tiene 60 mil habitantes y La Paz, capital del estado, 250 mil, pero el número de burócratas en sus ayuntamientos era casi el mismo, algo inaudito.

“El caso es que a esos trabajadores que pagaba Cisneros nunca los vimos trabajando en las oficinas ni siquiera los conocimos. No existieron, no eran ‘aviadores’ sino ‘fantasmas’, se pagaban sueldos a entes de humo”, sostiene Marcos X.

La corrupción fue tan grande con Santillán que la gente lo odiaba y el PRD terminó perdiendo las elecciones del 2015 frente a la panista López González. Desde el periodo Santillán-Cisneros, la “izquierda” no volvió a gobernar Mulegé. Luego de López, asumió la alcaldía el panalista Felipe Prado y en el 2021 regresó el PAN con Edith Aguilar. “El recuerdo de aquel mal gobierno condiciona todavía el voto de los mulegeños”, asegura el entrevistado.

SADOMASOQUISMO

Sobre la relación entre el alcalde Guillermo Santillán y su tesorero Patrocinio Cisneros, la fuente afirma que eran “cómplices más que amigos, los dos hicieron negocios juntos hasta que ocurrió lo de siempre: al ladrón no le gusta que otro ladrón le robe el botín”. A Cisneros lo echaron, nunca lo castigaron

¿Lo sabían poderoso?, se le pregunta a Marcos X. “Más bien él sabía los secretos oscuros, los negocios sucios, si lo procesaban hablaría y sería un embarradero, no convenía”. Además si bien Cisneros Burgos no brillaba sí indagaba e intrigaba. No solo encubría y procesaba las pillerías financieras sino los chismes de palacio.

“Llevaba y traía el chisme al alcalde, en cierta forma lo dominaba así pues Santillán era un personaje apocado, timorato, hasta tartamudeaba a veces, tenía muy mala dicción y muy baja estima, de eso se aprovechaba el tesorero, lo nutría de negocios, robadera y seguramente de halagos e intrigas”, menciona.

¡Igual que sucede en Veracruz en esa relación casi sadomasoquista -políticamente hablando – entre Patrocinio Cisneros y Cuitláhuac García! “Ah, está repitiendo la receta de su librito”, dice Marcos X riéndose al otro lado de la línea. “Es su modo de sostenerse”, adiciona y termina la llamada.

En Veracruz, Cisneros continúa en promoción electoral. No importa que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo haya reconvenido dos veces. Sorprendentemente, García Jiménez desacata al mismo tabasqueño y sigue tolerando al bajacaliforniano en el cargo y en la precampaña.

¿Por qué? Tal vez lo sucedido en Mulegé ayude a explicarlo. Lo tiene bajo su dominio, le sabe información, sus negocios, sus horas bajas. Pero en Mulegé lo corrieron a pesar de eso y no pasó nada. ¿Será tan grave lo que Patrocinio Cisneros le conoce a Cuitláhuac García para mantener esa relación sadomasoquista?. ¿Es inconmensurable el miedo del dominado? Vaya relación enfermiza, tóxica. Risas.

*Envoyé depuis Paris, France.