Por Andrés Timoteo
UN ROTO Y UN DESCOSIDO
Los amarillos tienen la memoria enana. Acaban de nombrar a un impresentable como su dirigente en el puerto de Veracruz, Antonio del Río Argudín, un sujeto inestable y agresivo al que algunos jocosos apodan "Argüendín" por su proclividad al argüende, la camorra callejera y la maledicencia.
Del Río es un saltimbanqui, ha pasado por casi todos los partidos políticos. Fue priista, panista, del Verde Ecologista, de Podemos y hasta se postuló como candidato independiente. Intentó ingresar a Morena, pero lo rechazaron. Ahora se acomodó en el Sol Azteca.
Ahora con él negociarán los panistas para conformar la alianza que postule a los candidatos comunes al ayuntamiento de Veracruz y las diputaciones locales.
Es decir, se sentarán a partir el pastel con un golpeador y tornadizo emocional.
Y no se menciona tal condición del señor Del Río por conjetura sino por su historial.
No se olvide que en marzo del 2019 golpeó en el Café de la Parroquia al periodista jalapeño Jesús Vázquez Pino.
El tipo estaba enojado por lo que había publicado el reportero y le dio de puñetazos en el rostro.
No era la primera vez que atacaba a un periodista. Varios se quejaron de sus agresiones físicas y verbales, incluidas amenazas de atentar contra ellos.
Y nadie le puso un alto, ni la Comisión Estatal de Protección -risas- a Periodistas ni la Fiscalía estatal.
En septiembre del 2021, protagonizó una riña en el Hotel Diligencias con el entonces regidor Luis Pineda García en la que volaron puñetazos y salieron a relucir armas de fuego.
No pasó a mayores, aunque el caso llegó al ministerio público.
"Tal para cual", dijeron todos en aquel entonces pues tanto el regidor panista como el entonces dirigente municipal de Podemos son iguales de inestables en su carácter y acciones.
Del Río fue detenido en enero del 2022 y pasó algunos meses en prisión. Lo acusaron de fraude.
Por ese caso intentó hacerse pasar como "preso político" e incluso anunció denuncias a nivel internacional pues, argumentó, "me pegaron, me torturaron y me laceraron por mi ideología política".
¿Qué ideología política, la priista, la panista, la verde, la de Podemos o la independiente?
No especificó. De todos modos nadie le creyó el cuento de que era un activista político de respeto. Ahora esa confusión se agranda porque se puso la casaca amarilla y ya es dirigente municipal del PRD.
Se podría decir que los perredistas están extraviados, pero esa justificación se cae si se repara que tienen como líder estatal a otro impresentable, igual de pendenciero y agresor, y con un historial parecido.
Sergio Cadena fue priista, luego, saltó al PRD que lo postuló como alcalde en Catemaco y dos veces fue presidente municipal, en los periodos 1998-2000 y 2005-2007 durante los cuales hizo todo tipo de tropelías, desde robar y abusar del poder hasta cometer estupro contra una adolescente.
unca pisó la cárcel debido a sus "buenas relaciones" -léase complicidades- con el priismo gobernante, especialmente la fidelidad, pero las denuncias ahí están, basta consultar en los archivos hemerográficos. Además también tiene un historial de agresiones a comunicadores.
Dos veces fue denunciado por amenazar a reporteros en la región de Los Tuxtlas, una en el 2006 y otra el en el 2021, ya siendo dirigente del PRD.
Entonces se insiste: nadie se diga extrañado que Cadena haya recibido a Del Río con los brazos abiertos y la dirigencia municipal sobre la mesa pues son iguales. Un roto para un descosido.
BAJO PATRONAZGO
Por cierto, otra hilaridad más en ese partido es que ahora pretende proponer como candidatos a la gubernatura a dos fichas puramente fidelistas -y con dejos duartistas– que son Zita Pazzi Maza y Juan Bueno Torio.
La panuqueña es muy cercana a la familia Herrera Borunda.
Fue titular del DIF en aquel sexenio y desde ese cargo manipuló cifras de damnificados cuando los temporales azotaron la entidad para que el gobierno accediera a enormes recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) y se desviarán a las campañas electorales del priismo o se los robaran.
No reparó en inflar daños y retener la ayuda a los damnificados para que la embodegarán y después repartirla en tiempos electorales.
Basta recordar lo que hizo en los desastres del huracán Stan en el 2005 y el desbordamiento del río Pánuco en el 2007 pues toneladas de víveres y enseres se retuvieron y fueron a parar a las campañas del PRI en el 2006 y las del propio 2007.
De Bueno Torio todo lo que se diga se queda corto.
Vivió veinte años cobrando como legislador federa y funcionario presidencial. Su indolencia es de antología.
En julio del 2003 explotó un ducto de petróleo en La Balastrera, municipio de Nogales, matando a siete personas y quemando gravemente a 90, entre ellos 10 niños que a la fecha viven con las secuelas de las heridas.
En ese entones era director de Pemex-Refinación y cuando los afectados reclamaron la responsabilidad de la paraestatal se mofó de ellos retándolos a "que demandaran a Dios" pues el ente divino tenía la culpa de la tragedia y no Pemex.
¿A este burlón lo quieren de candidato a gobernador en el 2024? Así es.
En el 2004, Bueno Torio no apoyó a su paisano, Gerardo Buganza que denunciaba fraude electoral cometido por el innombrable y luego confió a un grupo de reporteros que el innombrable "lo había ayudado mucho" siendo senador para sacudir a Pemex del caso en La Balastrera por eso no se sumó a la denuncia del PAN veracruzano.
Y le devolvió el favor en el 2016 renunciando al blanquiazul para postularse como "candidato independiente" y tratar de quitarle votos a Miguel Ángel Yunes.
Obviamente fue financiado por el innombrable y el duartismo. Y cobró muy bien.
Lo confirmó el mismo innombrable quien reveló en una entrevista que Bueno Torio se había vendido muy caro.
"Le pagamos en euros", dijo. Tales son los personajes que el PRD impulsa para la gubernatura. ¿Memoria enana?
No, más bien son mañosos y continúan sometidos al mismo patronazgo fidelista, aunque sea por añoranza.
*Envoyé depuis Paris, France.