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TEXTO IRREVERENTE - DÍAS DE GUARDAR- 2024 SERÁ UN AÑO DIFÍCIL, YA SE HA DICHO. Y YA LA ‘CUESTA DE ENERO’ COMENZÓ. TODO VA PARA ARRIBA.

Cierto, la economía no está tan dañada como en los dos años anteriores por el golpazo de la pandemia de Covid-19, pero es la antesala de un posible desplome financiero con la trasferencia de gobierno...

Por Andrés Timoteo

DÍAS DE GUARDAR

2024 será un año difícil, ya se ha dicho. Y ya la ‘cuesta de enero’ comenzó. Todo va para arriba.

Cierto, la economía no está tan dañada como en los dos años anteriores por el golpazo de la pandemia de Covid-19, pero es la antesala de un posible desplome financiero con la trasferencia de gobierno, en octubre próximo.

Los que saben de estos tópicos sostienen que todas las carretadas de dinero que se fueron para las obras faraónicas del gobierno lopezobradorista y las pensiones a adultos mayores pasarán factura una vez que concluya el sexenio.

Hoy en día, dicen, México tiene una situación de bonanza artificial tal como la de enero de 1994, el último año del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Se vivía con la mentira de que el país estaba en el “primer mundo” y todo iba perfecto, pero apenas se fue Salinas toda la realidad se hizo presente y la barcaza de ensueño se vino a pique.

Le llamaron el “error de diciembre” y culparon al sucesor, Ernesto Zedillo, pero todo fue responsabilidad de su antecesor y la gran mentira que creó en torno a su administración.

Muchos consideran que ese escenario se repetiría y de forma anticipada pues ahora el sexenio gubernamental terminará el primero de octubre y no el primero de diciembre.

Entonces, esos diez meses serán de malabares para sostener la economía ya prendida de alfileres.

Los que recuerdan la crisis de 1994 también se saben lo que hay que hacer para que el impacto no sea demoledor: no creer eso de que todo va bien, ahorrar lo más que se pueda, no aventurarse a compromisos riesgosos y de largo plazo -préstamos bancarios, hipotecas, compra de vehículos a crédito, etcétera- y tratar de conservar el empleo que se tiene.

Vienen días de guardar, como diría Carlos Monsiváis, y el recado es simple: a cuidar su dinero, su trabajo y su voto de los ‘falsos profeta’.

PROPÓSITOS FALLIDOS

Hablando de ‘falsos profetas’, hoy, a diez meses que concluyan los gobiernos federal y estatal ya se puede dar cuenta de las engañifas del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador y el veracruzano Cuitláhuac García Jiménez.

No se pacificó al país ni a la entidad. Ambos prometieron hacerlo en los dos primeros años de gestión.

No se localizó a los desaparecidos ni se allegó justicia a las víctimas de la ola de violencia criminal. No hay economía próspera ni estabilidad social.

No se frenó la migración masiva de connacionales y se trató con la punta del pie a los migrantes extranjeros.

No se combatió la corrupción ni todos los vicios del pasado, fue todo lo contrario: la familia presidencial está llena de pillos que fueron atrapados recibiendo dinero y privilegios por el cargo o haciendo negocios al amparo del poder.

A nivel estatal lo mismo. Sin ningún pudor Cuitláhuac García conservó a su primo Eleazar Guerrero en su gabinete para que hiciera todas las transas posibles y se robara el erario.

Seguramente las familias García y Guerrero serán de las más ricas al terminar el sexenio.

Y de ahí para abajo, no hay funcionario cuitlahuista o lopezobradorista que se salve de la mancha de la corrupción.

Por cierto, en lo inmediato tampoco los acapulqueños pasaron una feliz navidad como prometió López Obrador tras el impacto del huracán Otis.

También se acabó el año sin que la refinería de Dos Bocas produjera una sola gota de gasolina -esta mentira petrolífera pega directamente a la zacatecana Rocío Nahle-.

Y todo lo que López Obrador ha inaugurado son estafas. Obras costosísimas que no están terminadas o no funcionan: el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, el tren Interoceánico, la Mega-Farmacia y otros más.

Son propósitos fallidos o mentiras consumadas, que el lector elija el nombre.

VOCERÍAS

Que la vocera de la zacatecana Rocío Nahle en su precampaña será la reportera oaxaqueña Adriana Muñoz, quien ganó las vencidas a los misóginos Iván Calderón y Guillermo Núñez que la ‘grillaron’ hasta el cansancio para que no llegara al cargo.

La ironía es que ahora son ellos los que están en la incertidumbre porque su jefe, el tuxtleco Juan Gómez, no fue admitido como coordinador de la campaña nahlista.

Que el candidato de la oposición, José Yunes tendrá tres jefes de prensa. Filiberto Vargas, exfuncionario de Comunicación Social del duartismo cuando el titular era Alberto Silva.

Sí, el mismo que impulsó campañas de ataques y desprestigios contra periodistas perseguidos como el caso de Josefina Gamboa a la que encerraron ocho meses en la cárcel.

También la panista Elizabeth Ramírez, eterna ayudante de la locutora Rosa Hernández, hoy diputada de Morena.

Y se habla de la periodista jalapeña Noemí Váldez, la única de valía de ese trío, que sacrifica su credibilidad para sumarse al mundillo de los políticos de coyuntura.

La constelación pierde una estrella por tan poco.

¿Quién le va a creer ahora sobre lo que escriba?

*Envoyé depuis Paris, France.