Por Andrés Timoteo

LA PIFIADORA

No sabe cuántos municipios hay en la entidad, tampoco que José Azueta -quien a pesar de que nació en Guerrero se hizo héroe patrio en Veracruz- murió hace 110 años o sea que ya no vive.

Tampoco conoce los nombres de los alcaldes en funciones, ni siquiera de los morenistas, y les endilga nominativos que se saca de la manga. Ergo, ignora quienes son sus operadores en tierra.


Igualmente confunde la geografía de Colipa con la de José Azueta, ese sí es un municipio del sur que lleva el nombre del general que defendió Veracruz de la invasión estadounidense de 1914.

Ya antes había trastocado la ubicación de la laguna de Catemaco y la clasificó en el litoral costero.

Y para completar los deslices otra vez ordenó impedir el acceso a la prensa a un encuentro que sostuvo con productores cañeros colocando a sus guaruras y operadores mediáticos en la puerta para atajar de mala manera a los comunicadores.

Esas pifias marcaron la cuarta semana de precampaña -la antepenúltima antes de concluir el periodo que termina el 10 de febrero- de la zacatecana Rocío Nahle.

Los puntos en común de este mes de proselitismo interno son las pifias.

A la de Río Grande, Zacatecas, si no la pescan con los acarreados y usando fondos públicos, la exhiben en su camioneta blindada de 2 millones de pesos y rodeada de un numeroso séquito de guaruras.

Todo con cargo al erario o a los financiadores de esquinas muy oscuras.

Hubo quien ya le sacó las cuentas de los primeros quince días de precampaña en los que se habría gastado al menos 200 millones de pesos.

O sea, son 400 millones por mes. ¿Quién soporta tanto gasto?

Ella porque al parecer el dinero no es lo que le preocupa pues tiene de dónde y por dónde.

Por supuesto que tales recursos no saldrían de su peculio. Así que el dinero no es obstáculo.

La contradicción es que si bien le sobra el dinero para hacer la precampaña este no se ver reflejado en la aceptación ciudadana.

Además, todos los exabruptos arriba enumerados confirman el señalamiento que le hizo su competidor, el peroteño José Yunes Zorrilla, desde antes de comenzar el proselitismo: que su problema no solo es de nacencia, es decir no es originaria de Veracruz, sino de arraigo.

La zacatecana es lejana a Veracruz pues ni nació en el estado ni lo conoce. Y tampoco se ha preocupado de conocer a su gente, su historia y sus necesidades.

Las pifias de las cuatro semanas de precampaña tiran a la basura los millones de pesos gastados porque en la percepción pública Nahle sigue como una advenediza.
Lo anterior ya encendió las alarmas en palacio nacional y la dirigencia nacional de Morena donde se tiene el reporte de que la señora no pega en el ánimo de los jarochos, no enciende masas, no la identifican como propia y no provoca nada en el electorado más que burlas, ‘memes’ y chascarrillos.

El columnista del periódico El Universal, Mario Maldonado, acaba de publicar lo que le dijeron sus fuentes al interior de partido marón: el oficialismo ve riesgo de perder la gubernatura veracruzana por tener una mala candidata que además arrastra señalamientos de ineficacia y corrupción como servidora pública.

Por eso están sonando las sirenas en el cuartel guinda y sube el desasosiego porque la zacatecana resultó peor candidata de lo que se esperaba.

Y las fuentes del interior de la campaña en Veracruz cuentan que Nahle se carga un humor de los mil demonios derivado de la desesperación y del miedo que está en ruta de convertirse en pánico.

TIEMPO DESOCUPADO

Y mientras a la precandidata la desbordan sus torpezas, su jefa de prensa, Adriana Muñoz, no la ayuda.

Se la vive bloqueando a los reporteros y prometiendo venganzas contra ellos cuando despache en el gabinete de la “futura gobernadora”.

No son pocos a los que les ha hecho llegar su amago preferido: sabrán lo que es ‘amar a Dios en tierra de apaches’.

De ahí que muchos de los reporteros, que son ‘colmilludos pues los golpes del oficio los han hecho así, ya buscan congraciarse con los palafraneros de la juchiteca que le festejan cada vez que ella despotrica contra la prensa, sobre todo la porteña, contra la cual tiene una tirria particular.

Uno de esos corifeos ya desliza que será el próximo director de prensa en el gabinete nahlista y desde ahí azuzará o frenará los desquites contra los colegas.

A esos que ahora no hagan méritos les pegarán una corretiza nada más que lleguen al poder, advierte. Risas.

Y a parte de pelearse con los periodistas, la oaxaqueña ocupa su tiempo desocupado -que al parecer es mucho- en presumir en las redes sociales fotografías con su mascota.

Dice que apapacharla es su mejor pasatiempo. Es más, al perrito lo viste con chaleco color guinda similar a los que usan los Servidores de la Nación.

La publicación es toda una metáfora: la vocera prefiere lidiar con perros que con los periodistas y a la mascota ladradora le prodiga el mismo trato que a los operadores de Morena -más risas y al ritmo de la “Flor de Piña”-.

¿Por qué mejor no ocupa su tiempo libre en hacer un curso de redacción y ortografía para que no emita boletines tan penosos?

*Envoyé depuis Paris, France.