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TEXTO IRREVERENTE | ADIÓS AL COLUMNISTA - El miércoles de la semana pasada falleció el periodista Miguel Ángel Gómez Ruiz en Coatepec. Su deceso se conoció en la comunidad reporteril varios días después, algunos espacios publicaron la noticia...

El miércoles de la semana pasada falleció el periodista Miguel Ángel Gómez Ruiz en Coatepec. Su deceso se conoció en la comunidad reporteril varios días después, algunos espacios publicaron la noticia hasta el viernes...

ADIÓS AL COLUMNISTA

Por Andrés Timoteo

El miércoles de la semana pasada falleció el periodista Miguel Ángel Gómez Ruiz en Coatepec.

Su deceso se conoció en la comunidad reporteril varios días después, algunos espacios publicaron la noticia hasta el viernes.

Este redactor recuerda a Miguel Ángel como un reportero siempre crítico e informado.

No se arrendaba pese a que -en el periodo que lo trató en Jalapa- era acosado por algunos del mismo gremio que le servían a los gobernantes en turno.

Sí, en el gremio hay caníbales descocados.

Fue a finales de la fidelidad e inicios del duartismo cuando un par de comunicadores se decían 'dueños de la plaza' -la misma jerga del crimen organizado- y amedrentaban a los demás reporteros, sobre todo a los novatos y los incautos, para manejar u omitir cierto tipo de información que les convenía a sus jefes o sea a los funcionarios estatales.

Estos tipos llegaron a amenazar a varios colegas y en algunos casos, como el de Miguel Ángel, hasta agredirlos verbal y físicamente.

La periodista Eirinet Gómez quién fue corresponsal de La Jornada puede dar testimonio de eso.

Cuando se trasladó del puerto de Veracruz a Jalapa, a ella uno de los tipos, el cabecilla que además se ostenta corresponsal de un periódico capitalino, le advirtió que no podía publicar determinada información si él no la autorizaba.

¿Cómo la ven?

De ese tamaño la osadía.

Por cierto, ambos tenían una agencia informativa local -no se recuerda el nombre- que todos en el gremio la llamaban "Seguridad Pública Informa" -risas- pues inicialmente la costeaba el exsecretario del ramo durante el alemanato Alejandro Montano y luego la siguieron subsidiando funcionarios fidelistas.

Pues Eirinet Gómez los mandó al carajo igual que Miguel Ángel, aunque a él uno de los tipos al que apodan "La Mole" llegó a agredirlo.

Ambos imitaban a los cobradores de piso' de la mafia usando motocicletas, chamarras de cuero y cascos de diseñador.

Todo pagado desde el erario.

Gómez Ruiz contó a todos los compañeros que pudo de la extorsión y amenazas.

No se dobló, siguió publicando a su libre albedrío y ejerciendo un periodismo crítico.

En aquel tiempo no existía la Comisión de Protección - más risas- a Periodistas, pero aunque la hubiese nada habría hecho -como la actual que tampoco hace nada- pues su creadora, la exvocera duartista Gina Domínguez, también fue protectora de esos que se comportaban como sicarios.

Durante el cuitlahuato también estuvieron protegidos y financiados por la cercanía con bajacaliforniano Patrocinio Cisneros a través de la pareja sentimental de uno de ellos y que continúa como funcionaria en el nahlismo.

Y ellos al parecer también siguen cobrando en la nómina de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) con plazas magisteriales, pero sin presentarse en el aula.

Están vigentes aunque ya sin la audacia y tolerancia que tuvieron en los sexenios anteriores.

En años recientes, Gómez Ruiz publicaba en varios espacios digitales su columna "Contrapunto".

La última fue el primero de abril con el título "Sin freno" en la que aborda la apología al crimen organizado, su inmenso poder en el país y en el gobierno de la morenista Claudia Sheinbaum.

En fin, es una historia que debía contarse y se contó.

Va nuestra solidaridad para con su esposa Magda y sus hijas Diana y Dafne.

Y para el colega Miguel Ángel un adiós afectuoso.

LAS COMPLACENCIAS

Con la desaparición forzada del periodista panuquense Miguel Ángel Castillo Anaya sucedida hace diez días y quien sigue sin ser localizado, suman tres los informadores agredidos en el norte del estado bajo el mandato de la zacatecana Rocío Nahle.

Por no buscarlo, ella ahora pretende culpar los familiares de Castillo ya que, dice, no presentaron denuncia y no se les localizaba.

¡Vaya pretexto para escurrir la responsabilidad!

Castillo es el segundo periodista víctima de desaparición.

Antes, el 22 de enero fue plagiado el reportero pozarricense Alan García quien permaneció doce días cautivo, aunque fue liberado con vida.

Y como se informó en su momento, a Alan tampoco lo buscó ni lo rescató el gobierno nahlista.

La semana pasada, al reportero Eduardo Segura de Tantoyuca le incendiaron su camioneta con bombas 'Molotov' y él mismo señaló a un candidato a la alcaldía como el autor del ataque.

¿Quién?

No lo dijo, pero todos en aquel municipio lo saben: el morenista-cuitlahuista Roberto San Román Solana.

A San Román lo conocen como "El Metralla" pues presume fotografías en las redes sociales posando con armas largas y haciendo apología de la violencia.

En enero del año pasado amenazó de muerte al panista Miguel Hermida en plena sesión del congreso local cuando ambos eran diputados.

El reportero Castillo Anaya también había denunciado desde hace meses las amenazas e intentos de coacción del alcalde morenista de Pánuco, Oscar Guzmán, protegido por el gobierno estatal igual que San Román.

Claro, en todo el estado hay más los reporteros agredidos por alcaldes, policías, candidatos y hasta funcionarios estatales, pero la percepción es que a Nahle esos ataques más que preocuparla le complacen pues es conocida su animadversión hacia la prensa.

Envoyé depuis Paris, France.