Por Andrés Timoteo

CACERÍA HUMANA

Es una historia suficiente para una novela negra, aunque a diferencia de lo que establece ese género literario en esta todavía no hay desenlace.

La víctima no ha sido hallada y se desconoce si está viva o ya no.

Eso sí, los responsables materiales y sus protectores están plenamente identificados.

¿Feminicidio, trata de blancas, la mafia o un crimen de Estado? Todavía no se sabe, pero todas las sospechas caben y todos en el gobierno de Cuitláhuac García estarían involucrados en lo que le pasó a la universitaria Cynthia González, desaparecida desde el 12 de junio.

Su caso es la historia de una cacería humana porque la acecharon y acorralaron policías estatales.

Y cada dato que se conoce es terrorífico, apunta a un crimen de lesa humanidad en el que funcionarios de todos los niveles son cómplices ya sea por acción o por omisión.

Todo comenzó el 30 de enero cuando la estudiante de Ingeniería Petrolera en la Universidad Veracruzana (UV) fue detenida con lujo de violencia por efectivos de la SSPE en Poza Rica y la llevaron a los separos de la policía donde la retuvieron ¡7 horas!

Ingresó a las diez de la noche y la presentaron ante un juez hasta las 5 de la mañana.

Durante ese tiempo la torturaron y amenazaron, y hay la versión soterrada -no confirmada- de que la agredieron sexualmente.

Le exigían que revelara nombres de presuntos narcomenudistas y capos de los cuales no tenía idea.

También le robaron su teléfono celular y le 'sembraron' marihuana y bolsitas con polvo blanco.

Después, una jueza le dictó la vinculación a proceso.

¿Adivinen por qué delito?

Por atentar contra las instituciones de seguridad, el que sustituyó al derogado "ultrajes contra la autoridad", pues los policías la acusaron de atacarlos físicamente y de forma violenta.

Pero la estudiante era asmática y no podía realizar esfuerzos bruscos, y a parte usaba plantillas especiales por un problema ortopédico, por lo que no pudo cometer la "agresiva agresión", como declararon. Tras mes y medio de permanecer presa, otro juez le dictó libertad condicional.

Y entonces vino la cacería abierta. Durante tres meses Cynthia fue vigilada, acechada, aterrorizada y finalmente atrapada y desaparecida.

Los mismos policías que la detuvieron en enero le pusieron "cola" o sea que la vigilaban a donde fuera, con quien fuera y a la hora que fuera.

CAUSA PROBABLE

Una patrulla se estacionaba cerca de su domicilio o de la facultad y los acosadores se dejaban ver porque eso es parte de la estrategia para aterrorizar a la víctima.

Ella vivió encerrada y apanicada hasta que un abogado la convenció de interponer una denuncia penal contra los policías bajo el mando del oaxaqueño Cuauhtémoc Zúñiga.

Y fue cuando la desparecieron.

El 12 de junio por la mañana, Cynthia se comunicó con su madre avisándole que acudiría a la Fiscalía Regional.

"A mí me están persiguiendo como si fuera un vil delincuente", le dijo y fue la última vez que supo de ella.

No llegó a la Fiscalía, la policía la habría interceptado antes de ingresar a la misma y no se le volvió a ver.

Y hay forma de identificar a los policías acosadores porque fueron los mismos que la detuvieron en enero y que viajaban en la patrulla SP-3994, pero en lugar de proceder a una investigación interna, el secretario Zúñiga ordenó un comunicado para enlodar a la víctima.

La difunde como una convicta y descalifica las denuncias de su madre así como las publicaciones periodísticas sobre el caso alegando que son "tergiversaciones y falsas versiones mediáticas".

Por supuesto que hay causa probable para investigar a los policías cuitlahuistas por un delito de lesa humanidad, pero difícilmente estos pisarán un tribunal y la prisión porque la cadena de complicidades embarrada a todos.

TODOS ESTÁN ADENTRO

En el caso de Cynthia hay responsabilidad en escalera comenzando por los policías rasos y su jefe el Cuauhtémoc Zúñiga, pasando por los fiscales regionales y su jefa Verónica Hernández hasta llegar a los jueces que intervinieron.

O como dijera el extrañado Milo Vela: todos están adentro.

A la estudiante la desparecieron con la complacencia del gobernante Cuitláhuac García que presume que en Veracruz "las mujeres pueden soñar" y donde no es necesaria una tercera alerta de género por desaparición de féminas.

Y el colmo es que a la cacería de la chica ayudaron tres mujeres: la jueza que la procesó, la fiscala Hernández que permitió que le fabricaran delitos y una policía que estuvo entre los que la detuvieron en enero, luego en el acecho y finalmente en la desaparición forzada.

Pero ayer mismo, el gobernante García soltó una 'perla' en el caso.

Dijo que la joven no está desaparecida sino detenida y sujeta a proceso judicial.

¿Cómo es eso? ¿sin avisarle a su familia por más de un mes, incomunicada y sin acceder a una defensa abogadil?

Eso se llama secuestro.

Suena a disparate y a una confesión de abuso de autoridad y violación a los derechos constitucionales de una persona.

Y se parece a la declaración que emitió en mayo del 2022 cuando aseguró que Viridiana Morena "no estaba desaparecida sino resguardada".

Y en realidad estaba muerta.

¡Lo volvió a hacer!

*Envoyé depuis Paris, France.


¡SÍ LA DETUVIERON! - *Madre de Cynthia dijo que los policías habrían sembrado droga a la estudiante
En un comunicado la Secretaría de Seguridad Pública, confirmó acusaciones en el caso de Cinthya, la joven desaparecida en Poza Rica al norte del estado y en dónde se involucra a policías en su desaparición por parte de su familia…