Por Andrés Timoteo

CONDOLENCIA

Un abrazo solidario para los hijos y demás familiares así como para la comunidad carnavalesca, sus lectores y la familia notiveriana por la marcha de lo terrenal de Luis Antonio "El Pollo" Pérez Fraga quien ya se reencontró con Dorita, el amor de su vida, y a su lado goza del Cielo.

¡Que arme la fiesta allá arriba!

IRRÉVÉRENCE

Aquí todos caben, hasta los malportados y atrevidos.

La otra palabra que define al espectáculo de apertura de los Juegos Olímpicos de París es 'irrévérence', algo que no es nuevo en la Ciudad Luz ni en el 'savoir-faire- francés.

Los mustios se están quejando por el 'performance' musical del cuadro "La Última Cena" de Leonardo Da Vinci en el cual Jesús es una mujer con sobrepeso y algunos de sus apóstoles son travestis.

A la escena se sumó el pagano Dionisio, dios griego del vino, representado por el cantante Philippe Katerine.

Es decir, hibridaron la comida bíblica con un bacanal. Y los persignados gritan coléricos.

Todo comenzó por la crítica de la vocera de la cancillería de Rusia, Maria Zajárova, quien acusó a París de "burlarse de la historia sagrada para los cristianos", convertirse en un "gueto de indigentes" y estar "inundada de ratas".

El pronunciamiento de la funcionaria rusa es un plan con maña y trasfondo político.

El autócrata Vladimir Putin está enojado porque su nación es la apestada del evento debido a la guerra contra Ucrania.

El Comité Olímpico Internacional (COI) solo permitió la acreditación de 15 atletas soviéticos y con la condición de no portar los colores de la bandera rusa lo que lo tiene furioso a Putin quien agitó una ola de supuesto repudio contra el evento a fin de desacreditarlo.

La extrema derecha de Francia y de otros países, y hasta algunos del clero cayeron en el garlito agregándose contra dicho 'performance'.

Vaya, por ahí un obispo de Veracruz hasta pidió orar por las almas casi condenadas al infierno de esos que acudieron a París y vieron tal espectáculo.

¡Buuu! Y risas.

Hablan desde su ignorancia sobre la libertad e irreverencia francesas a lo largo de la historia.

El acto musical criticado es parodia de una pintura, no de un hecho histórico ni religioso y sirvió de muletilla para pugnar por la diversidad como ya lo aclararon los organizadores.

Además no es la primera vez que en París se hace burla mordaz de los credos.

Los que leen la prensa y ven las expresiones artísticas galas dan cuenta de ello.

Solo hay que revisar a varias publicaciones irreverentes como Charlie Hebdo.

Ahí se han mostrado viñetas del profeta Mahoma con una bomba como turbante o exhibiendo el trasero con la frase: "el santo culo peludo de Mahoma".

También a un imán -sacerdote- utilizando el libro sagrado del Islam para cubrirse de las balas y el cabezal: "El Corán es una mierda".

O la fila de mulás -predicadores musulmanes- saliendo una la vagina expuesta para mofarse de su incongruente odio a las mujeres.

Ahora le tocó a los cristianos con su "Última Cena" davinciana. ¡Aguanten vara!

COCO Y MOULIN ROUGE

Y, se repite, no es novedad ese alboroto hipócrita hacia a lo que se expone París.

Hace exactamente un siglo, en las Olimpiadas de 1924 realizadas también en la Ciudad Luz, muchos se escandalizaron porque se aceptó a más de un centenar de mujeres en la competencia -135 frente a los 2 mil 954 varones- y la exigencia conservadora fue apartarlas de ellos.

Por vez primera construyeron Villas Olímpicas para hospedar a los participantes, pero a las damas las ubicaron en la periferia la ciudad a fin de que no 'causaran tentación' a los atletas hombres.

Pero estos no querían conquistar a sus colegas sino irse al Moulin Rouge a ver a las bailarinas semidesnudas y tratar de enamorarlas.

El famoso cabaret acaba de ser reinaugurado tras la Primera Guerra Mundial y ofrecía un 'show' burlesque con mujeres mostrando los pechos al aire y elevando las piernas a guisa de sensual sugerencia.

Eso sí era tentación.

Otra mujer que causaba escándalo en aquel momento fue Coco Chanel quien conquistaba el mundo de la alta costura, había creado -en 1921- el segundo perfume más famoso de la historia, Chanel No. 5 -el primero es el que usó María Magdalena para enjugar los pies de Jesús-, y sostenía públicos romances con aristócratas y empresarios.

A Coco no la soportaban los mustios, pero triunfó a pesar de ellos. París la arropó y se convirtió en uno de los íconos del 'savoir-faire' galo y de la moda global.

También en aquellos años veinte las parisinas se quitaron por fin los 'corsets' que aprisionaban sus caderas y senos, y comenzaron a usar el pelo corto.

Todo una inmoralidad para la época, aunque solo para los persignados pues la mayoría hizo fiesta con tales atrevimientos.

Eran 'Les Années Folles' -'Los Años Locos'- en la Ciudad Luz que no son muy diferentes a los vemos transcurrir.

A propósito, ahora mismo se celebra en París la muestra de alta costura "Vogue World 2024" muy 'ad hoc' a la justa olímpica y con pasarelas frente a la Torre Eiffel.

Para el centenario, la Casa Chanel exhibió los tres modelos diseñados por Coco en aquel 1924 cuando escandalizaba por ser mujer libre, creativa, atrevida y empoderada.


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