Por Andrés Timoteo
CORDÓN SANITARIO
Funcionó el miedo y la unión de los improbables.
Los franceses ayer le cerraron el paso a la ultraderecha pro-nazi al Palacio del Elíseo y le impidieron cogobernar con el presidente Emmanuel Macron.
El sistema de gobierno en Francia establece que el partido político que obtenga el mayor número de escaños en la Asamblea Nacional -la cámara de diputados- coloca al primer ministro.
Dicho cargo no decorativo sino efectivo.
El primer ministro prácticamente gobierna el país pues coordina el resto de los ministerios -secretarías de Estado- y las políticas públicas.
En el protocolo, el presidente instruye al primer ministro para integrar un gabinete y él solo lo ratifica.
Por eso, de haber ganado ayer las elecciones el partido Reagrupamiento Nacional (RN), el próximo primer ministro hubiera sido Jordan Bardella, su dirigente e instrumento de la familia Le Pen que es dueña de dicha organización política.
Marine Le Pen es la gran decisora en RN, el poder tras bambalinas y quien en los últimos años ha tratado de 'desatanizar' al partido cuyas ideologías fundamentales son el racismo, el antisemitismo, la islamofobia y la cruzada por una Francia blanca, católica y nacionalista, de fronteras cerradas a la migración y antieuropeísta.
Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional (FN) en los años setenta -luego se lo heredó a su hija Marine en el 2011 quien le cambió el nombre por Reagrupamiento Nacional- niega el holocausto diciendo que las cámaras de gases de Adolfo Hitler son "detalles" -cosas menores- de la historia.
También, ante las oleadas de migrantes africanos hacia Europa, Le Pen padre sostiene que "Monsieur Ébola tiene la solución" o sea que el ébola los maté antes de que emigren.
Esa es la filosofía la fuerza política que anticipaba que cogobernaría Francia tras salir como puntera en la primera vuelta del 30 de junio.
Pero los galos les espantaron el sueño triunfalista y ayer, en la segunda vuelta de las elecciones legislativas, los mandaron al tercer lugar.
El segundo fue para 'Ensemble' -Juntos- el partido de Macron mientras que el gran triunfador 'Nouveau Front Populaire' -Nuevo Frente Popular- (NFP).
Ese resultado es ilustrativo para Francia y el resto del orbe pues ante el crecimiento de la extrema derecha en muchas partes de Europa se necesitan valladares para atajarla.
Para aislara, acá se construyó una gran coalición, el NFP, con las fuerzas centristas, socialistas, ecologistas y de la izquierda radical.
La estrategia: en las demarcaciones donde se estimaba un triunfo de los ultraconservadores, los candidatos liberales menos votados en la primera vuelta renunciaran dejaran pasar a los más votados llamando a sus simpatizantes para sufragarlos.
Fueron más de 200 candidaturas reestructuradas y adheridas al NFP, además de las independientes de cada partido original -el Socialista, Los Verdes o ecologistas y La Francia Insumisa, de la izquierda más ideológica-.
Así se construyó el 'cordón sanitario', empujado, paradójica y extraordinariamente, por el oficialismo, de ahí la unión de los improbables.
Anoche mismo, el primer ministro macronista Gabriel Attal presentó su renuncia y ahora su relevo saldrá del Nuevo Frente Popular.
Es, por supuesto, un hito histórico que Macron deba cogobernar con la izquierda.
URGE UNO 'ANTICHAIROS'
En Francia, los partidos políticos hicieron su parte al presentar las ofertas electorales y los ciudadanos la suya al votarlas.
Y hubo una asistencia importante en las urnas, del 60 por ciento, lo que no se veía desde 1981.
Ayer por la tarde, 'París era una fiesta' tal como la novela de Ernest Hemingway pues la gente desbordo las plazas públicas celebrando el repudio a la ultraderecha.
Fue una cátedra más al mundo, se insiste.
¿Se imaginan si en México se hubiera dado un 'cordón higiénico' contra la 'chairada'?
Los ignorantes, imbañables y populistas de la "cuarta transformación" son igual de perniciosos que los de la ultraderecha, nadie olvide eso.
Si los líderes opositores y los electores mexicanos hubiesen interpuesto los intereses de la patria a los personales ahora no se tuviera a Claudia Sheinbaum como próxima gobernante utilitaria para el 'maximato' del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.
Ni en Veracruz se tuviera a la zacatecana Rocío Nahle como gobernadora en ciernes ni a macarrónicos como José Ruiz, Dorotea García Cayetano, Miriam Ferráez, Rafael Fararoni -al que apodan FaraNiNi-, la comapeña Rosa Hernández como diputados, solo por citar a algunos de esa ralea.
Tampoco a Manuel Huerta como senador electo.
Cuánta falta hace una barrera higiénica en el ámbito político-electoral de México y Veracruz para atajar a los insalubres.
Urge mirar hacia las democracias maduras y copiarles los valladares profilácticos para proteger a la nación de esos inefables.
LA TRIVIA
A propósito de impresentables, van dos preguntas para los buenos observadores, cuya respuesta se dará en el próximo texto.
¿Quién es el politiquillo local, y morenista, y en decadencia, que repartió dinero y amenazas para que 'bajaran' una caricatura suya en un portal informativo? y, ¿quién el monero censurado?
*Envoyé depuis Paris, France.