Por Andrés Timoteo

CORRIDO DE MILO

"Se alborotaron las aguas/del puerto de Veracruz. /Una noticia macabra,/ pintó de rojo su azul,/ fue en junio 20 del 11,/ sé que te acuerdas bien tú./ López Velasco, apellido,/ Miguel Ángel fue de nombre/ aquel comunicante/ que se marchó con honores,/ pero su vida arrancaron/ junto a dos de sus amores".

El pueblo también canta sus penas. La estrofa anterior abre el "Corrido de Milo Vela" compuesto por la cantante coahuilense Vivir Quintana.

Está dedicado, obviamente, al querido y extrañado periodista Miguel Ángel López Velasco que un 20 de junio fue asesinado junto con su esposa, la señora Agustina Solana Melo y su hijo, el fotoperiodista Misael López Solana.

Sucedió hace trece años -hoy se cumplen-.

El triple crimen de perpetró un lunes, tras el Día del Padre, y el escenario fue el propio hogar de la familia López Solana.

Vaya, en el lugar donde, se supone, todos deberíamos estar seguros.

Al gremio y a NOTIVER nos quitaron a balazos a Milo, a Misa y a doña Agus, lo que sigue doliendo muchísimo.

"Fue de alto riesgo su oficio/ y con pasión lo ejerció,/ para cualquier periodista/ que peligrosa es la vida/ cuando se buscan verdades/ se esconde la policía./ Fue de alto riesgo su oficio/ y con pasión lo ejerció,/ para cualquier periodista/ ay que jodida es la vida/ cuando se buscan verdades/ se esconde la policía", continúa el corrido.

En esta segunda estrofa, Quintana retrata el clima invivible para quienes ejercen el periodismo en Veracruz y el resto del país, pero hay algo discordante a la vista de este redactor y seguramente a la del resto de los colegas:

La vida del periodista no es 'jodida'.

Cierto, se pasan algunas penurias económicas, se vive contra el reloj y el quehacer ocupa las 24 horas del día robándole tiempo a la familia y a los asuntos particulares, pero se goza y mucho.

Cuando hay pasión, el oficio paga bien en satisfacciones personales.

No, la vida del periodista no es 'jodida', la hicieron así en Veracruz quienes se aliaron con el crimen organizado y quienes se aprovecharon del caos por la violencia a fin de azotar al gremio reporteril.

Ellos, los facinerosos de escopeta o corbata, provocaron que se 'jodiera' la vida de una generación de periodistas.

Se habla, por supuesto, de los que vivimos desde diferentes trincheras esos años de plomo que fueron los del sexenio duartista.

Diecinueve periodistas asesinados entre el 2010 y el 2016, y la racha sangrienta comenzó con el homicidio de Milo Vela y su familia.

Además de ocho periodistas desaparecidos.

Aquí hay que hacer una acotación. En total serían veinte los reporteros asesinados y siete los desaparecidos porque a Gabriel Manuel Fonseca Hernández, de Acayucan, lo desaparecieron en septiembre de aquel 2011 y su cadáver fue localizado siete años después, en el 2018, en una fosa clandestina, aunque oficialmente sigue en calidad de no localizado.

DE LA TIERRA AL CIELO

"Sigue la pluma encendida /de Milo, Gabo y Yolanda,/ a la verdad no se mata,/ aunque le arranquen palabras./ ¿Dónde estará la justicia?/ Donde el gobierno no manda. / Hay llamas que no se apagan,/ aunque las quieran callar./ Hay velas que son eternas,/ aunque se las trague el mar/ como la de Milo Vela/ que alumbra la libertad".

El "Corrido de Milo Vela" también recuerda a otros compañeros cuyas vidas fueron cegadas, algunas con una sevicia inaudita, como Gabriel Huge y Yolanda Ordaz.

A Huge lo asesinaron un año más tarde, el 3 de mayo del 2012, también en un triple homicidio junto a Guillermo Luna Varela y Esteban Rodríguez Rodríguez mientras que a Yolanda le quitaron la vida tan solo un mes después del crimen de Milo Vela, el 26 de julio de aquel 2011.

Fueron cuatro homicidios en ese año, el 2011m y al año siguiente fueron cinco los asesinados, entre ellos la querida Regina Martínez (28 de abril). 2011 y 2012 fueron los años más sangrientos: nueve periodistas asesinados y seis desparecidos.

El duartista fue el sexenio más brutal contra la prensa.

Y esa brutalidad siguió con el yunismo -cinco periodistas muertos- y con el cuitlahuismo -ocho comunicadores-.

En total suman 32 asesinados en los últimos trece años más otros siete durante los sexenios alemanista y fidelista.

La melodía de Vivir Quintana señala someramente a "la policía" y al "gobierno que no manda" como factores de riesgo para el periodismo, pero en realidad son los detonantes principales de la carnicería contra el gremio.

Ésta fue posible por la convivencia de los gobernantes -funcionarios, policías, fiscales y jueces- con el crimen organizado.

Hubo y hay un complot entre políticos y maleantes para silenciar a la prensa.

A Milo Vela no se lo tragó el mar, nos lo arrebataron los violentos y sus cómplices.

No hay que dejarlo pasar, hay que señalarlo y machacarlo.

Si ellos apuestan al olvido con el paso del tiempo, no se los debemos permitir.

Contra ellos, la terca memoria y la exigencia siempre de justicia.

Hoy, trece años después, seguimos pidiendo justicia para don Milo, doña Agus y Misa.

No los hemos olvidado.

Y mientras sigue la resistencia, va desde la tierra va un saludo cariñoso para ellos hasta el cielo.

*Envoyé depuis Paris, France.