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TEXTO IRREVERENTE -CURADOS DE ESPANTO

Las bombas cayendo, los drones matando, el terror reinando. La gente huyendo. El tiradero de cadáveres o en fosas o colgados o troceados o quemados o disueltos en químicos. Las ejecuciones de hombres, mujeres, ancianos y niños a veces grabadas...

Por Andrés Timoteo

CURADOS DE ESPANTO


Las bombas cayendo, los drones matando, el terror reinando. La gente huyendo.

El tiradero de cadáveres o en fosas o colgados o troceados o quemados o disueltos en químicos.

Las ejecuciones de hombres, mujeres, ancianos y niños a veces grabadas en video para exhibirlas como trofeos bélicos.

Los rehenes, los plagiados, los levantados, los desaparecidos, los que no van a regresar. Los avisos que roban el sueño: el armagedón ahora, los acabaremos, no quedará piedra sobre piedra, vamos por ustedes, nada volverá a ser igual, daremos una lección histórica, les enseñaremos quién manda.

El exhibicionismo con armamento, tanquetas y soldados desfilando. Y la parca marchando con ellos.

El miedo campeando, la gente escondida o sin paradero conocido.

El ‘me das lo que te pido o los matamos’. La pregunta-martirio:¿están vivos o muertos? Los niños con metralletas, la electricidad cortada, los caminos cerrados, nadie sale ni entra, la comida controlada, bajo pago o negada, el agua también.

El ruido de balas o bazucazos, la noche iluminada con destellos mortales, los periodistas asesinados sea por sicarios bajo comanda o por quedar en medio del tiroteo mientras hacían su trabajo.

Las madres llorando, clamando al cielo, los padres abrazando los cuerpos sin vida de sus hijos, algunos de ellos pequeñitos, bebés.

El miedo de salir a la calle, las garantías básicas suspendidas, el imperio de la bota, la militar y la criminal, que a veces no se distinguen. La incertidumbre si podrás regresar a tu casa cada día que sales.

Los desplazados que huyen de la muerte y de cosas peores como la tortura, la mutilación en vida, el desollamiento y que exhiban tu cadáver o lo que quede como advertencia para otros. La desolación de quienes te aman.

Migrar con lo que se lleva puerto, esconderse, expatriarse, atenerse a la caridad de otros.

Las noticias que te quiebran, los pronósticos que fertilizan el miedo, la calamidad sin final.

Los miles de huérfanos y viudas, algunos condenados a muerte lenta por no tener segura la manutención o porque seguirán el mismo destino violento de los que se fueron antes.

Los territorios bajo dominio de los señores de la guerra, los mercenarios cobrando cuotas de sangre, los que se enriquecen con el exterminio.

Los pastores callos y los que hablan, lapidados.

La vida sin esperanza, el fin del mundo para muchos, la tribulación artificial, esa que no es dispuesta por Dios sino por los hombres.

El ‘no mañana’, el ‘no al rato’, el no habrá futuro.

¿Eso es lo que pasa en Gaza, Cisjordania e Israel?, ¿o en Ucrania?, que son los conflictos bélicos en boga.

Para nada, es lo que sucede en México con la guerra asimétrica, pero guerra al fin y que ya lleva años.

¿Qué novedad les pueden contar a los mexicanos que viven y padecen todo lo anterior? Los mexicanos están curados de espanto.

Desde el 2007, la guerra ya no es de lejos, se tiene en casa, al cruzar la puerta, doblar la esquina, recorrer un camino, visitar un lugar, abordar un automóvil o simplemente estar parado en un sitio a donde llegan las balas, los plagios, los escuadrones de la muerte, las patrullas policíacas y militares igual de letales.

A toda persona, sea cómplice o ajena a la fechoría, la alcanza la guerra.

La mexicana es una guerra larga. Tiene dieciséis años y un decorado típico: sangre en las calles, los ríos, los puentes, las casas, los ranchos, las ciudades, en pisos de tierra o de mármol.

Los orificios de bala en paredes, vehículos y personas. Y la constante en casi todas casas: se tiene o se conoce un muerto o un desaparecido.

LA BANALIDAD DEL MAL

Y la banalidad del mal, sobre todo.

El mal es lo de hoy, la moda, la forma de vivir, la vía para alimentar a la familia, educar a los hijos, el escalafón social, la plataforma para hacer política y gobierno.

Se mata obedeciendo porque es una industria en la que las personas son unidades de ganancia, activos sacrificables.

Algunos les llaman víctimas colaterales. Su muerte es combustible para los negocios y el poder.

En México se vive esa banalidad.

El concepto acuñado por la filósofa judío-alemana Hannah Arendt que en 1961 cubrió el juicio de Adolf Eichmann, uno de los nazis artífices del holocausto.

Hay que leer su libro “Eichmann en Jerusalén” si se quiere entender lo que se vive.

Aquí no hay nazis exterminadores, pero sí criminales que exterminan igual. Y autoridades que los toleran, cómplices, que abandonaron a su pueblo, que le dan abrazos a los matones y los tratan de “señores”. Que cogobiernan con ellos.

La banalidad del mal. El mal no es malo sino normal. Ser malo no degrada al ser humano, es un oficio, un modo de vida.

Con esa banalidad no importa que mueran miles, desaparezcan miles y se quemen o descuarticen a miles, lo importante es la ganancia que generan en monedas y en poder.

Aquellos que se escandalizan por las imágenes de Ucrania, Palestina o Israel son -tal vez- los que cierran los ojos para no ver lo que hay a su alrededor.

Los lobos de acá no son muy diferentes a los de allá. Tampoco el luto, el llanto ni el terror colectivo.

Guardando las proporciones, ¿qué les podrán contar a los mexicanos que no hayan experimentado ya?

CARTELERA CIRCENSE

El viernes quedó el sexteto que se someterá a la encuesta para determinar la candidatura de Morena al gobierno de Veracruz.

Hay cuatro impresentables: Rocío Nahle, Patrocinio Cisneros, Manuel Huerta y Zenyazen Escobar. Y dos con menos negativos, pero no impolutos: Claudia Tello y Sergio Gutiérrez.

A excepción del minanteco, al que no dejarán llegar pues tiene el aparato estatal en contra, los demás son parte de la cartelera circense para legitimar a la zacatecana.

Mimos del ‘dedazo’ con ‘cachirulazo’ que darán en la entidad.

De este modo, ya con los trapecistas, maromeros, domadores, equilibristas, zanqueros, payasos, escapistas, contorsionistas, titiriteros, ventrílocuos, magos, tragafuegos y tragasables, el circo guida de seis pistas inició funciones el fin de semana y las dará a diario hasta el 30 de octubre.

*Envoyé depuis Paris, France.