Por Andrés Timoteo
EDIPO INVERTIDO
Se trata de una patología política con roles al revés.
Hasta ahora todo parece indicar que no habrá 'manotazo' en la Fiscalía del estado y la tuxtleca Verónica Hernández continuará al frente de la procuración de justicia durante casi todo el sexenio nahlista, hasta el 2028.
Así se percibió el lunes pasado cuando la zacatecana Rocío Nahle prácticamente le dio un espaldarazo.
Dijo que respetará el periodo constitucional de los organismos autónomos -o sea de la Fiscalía- y que le "dará tiempo" a Hernández Giadáns para "ocupa que se cumplan los tiempos" salvo que "haya otra cosa".
Pero, ¿qué más tendría que haber para hartar a la próxima gobernadora si ya la fiscala cuitlahista ha hecho toda clase de suciedades y chanchullos desde septiembre del 2019 cuando llegó a la mala a esa dependencia?
Presos políticos, fabricación de delitos, reos liberados por mala práctica ministerial, carpetas judiciales extraviadas, archivadas o activadas a contentillo, 'chivos expiatorios', escándalos por presiones y corrupción de juzgadores, tortura o muerte de los detenidos, inacción en los casos de personas desaparecidas, asesinadas o víctimas de otros delitos.
Corrupción en el manejo del presupuesto, liberación de procesados -ligados al duartismo- para cerrar pactos y una impunidad y un resultado fatal para la procuración de justicia.
De acuerdo a los organismos encargados de medir la eficiencia, en la Fiscalía veracruzana hay un grado de impunidad del 98.4 por ciento.
Lo anterior quiere de decir que solo uno de cada cien delitos se castiga y uno de cada cien delincuentes termina frente a un tribunal.
Al resto o no se les persigue ni se les castiga. En Veracruz bajo el mandato de Cuitláhuac García y la gestión de Hernández Giadáns se volvió el reino de la impunidad y de la corrupción procesal.
Todo ese cochinero no le importa a Nahle y solo algo le incomoda y es que Hernández Giadáns no se ha apurado en el hostigamiento y castigo a sus enemigos políticos.
No obstante de ese asunto, la zacatecana parece que no removerá a la fiscala cuitlahuista ni en su sexenio variará la tónica de usar a la dependencia como ariete contra los enemigos políticos y, por supuesto, tampoco se luchará contra el crimen.
Vaya, igual que ahora, pues.
Pero el asunto tiene otra lectura política que conduce a una patología política.
Si Nahle no echa a Hernández Giadáns entonces permitirá que su exprotegido Patrocinio Cisneros, el exsecretario de Gobierno, mantenga el coto de poder más importante en el gabinete estatal y pueda seguir disponiendo de los instrumentos de coerción judicial en el sexenio venidero.
Está raro, ¿no creen? La permisión para que Cisneros mantenga esa 'estaca' en el gabinete de quien fue su madrina política y a la que 'mordió la mano' al grado de disputarle la candidatura al gobierno estatal y emprender en su contra una campaña de denuesto que se antojó como canibalismo, es reflejo de algo siquiátrico más que sicológico.
¿Será que la zacatecana Rocío Nahle padece del Complejo de Edipo Invertido, es decir un amor desmedido de la creadora hacia sus criaturas al grado de hacerse daño a ella misma?
Los expertos dirían que sí. Por lo pronto y por los dichos de la gobernante electa, la otrora Flor más Bella del Ejido en Los Tuxtlas ya tiene carta de permanencia e impunidad.
LAS MUERTAS
En el centro histórico de la ciudad de Veracruz filman "Las Muertas", la nueva película de Luis Estrada, quien dirigió esa maravillosa trilogía sobre la realidad mexicana: La Ley de Herodes, El Infierno y La Dictadura Perfecta.
Estrada lleva ahora a la pantalla grande una de las obras del magnífico Jorge Ibargüengoitia quien en 1977 publicó el libro con el mismo nombre, un reportaje novelado sobre las asesinas seriales María del Jesús, Delfina, María del Carmen y María Luisa González Valenzuela, cuatro hermanas y proxenetas que entre 1945 y 1964 secuestraron, prostituyeron, torturaron y asesinaron a un centenar de mujeres.
La trama es totalmente vigente por el actual contexto de violencia, desapariciones y feminicidios.
Las hermanas González, a las que apodaban "Las Poquianchis", cometieron 91 feminicidios, según la cifra judicial, pero extraoficialmente habrían sido 150 sin contar con los bebés y los fetos que aun estaban en los vientres de las madres asesinadas.
Todas sus víctimas terminaron en fosas clandestinas.
Fueron mujeres exterminando a mujeres. Todo un drama sin parangón, al menos en México.
Hace medio siglo, Ibargüengoitia documentó esos crímenes sucedidos dos décadas antes -entre los años 40s y 60's- y que en su momento incendiaron los titulares de la prensa, para la trama en una de sus mejores novelas.
Vaya, igual que hizo Fernanda Melchor con "Temporada de Huracanes".
Hay que leer el libro antes de ver la película que llegará a las salas de cine y plataformas digitales en el 2025.
El proyecto fílmico es un reto para cineasta Estrada y seguramente será un peliculón.
Ahora se filma en locaciones de la Ciudad de México, Guanajuato, San Luis Potosí y Veracruz, muy cerquita a las instalaciones de NOTIVER.
¡Que emoción!
*Envoyé depuis Paris, France.