Por Andrés Timoteo


EL COLECCIONISTA

Está terminando como inició: en medio de gritos de repudio hasta de su propia gente.

El gobernante en turno, Cuitláhuac García, fue abucheado ayer durante su intervención en la ceremonia del 117 aniversario de la masacre de obreros en Río Blanco.

Los gritos y la rechifla lo obligaron a leer de corrido el discurso y terminarlo lo más pronto posible.

Hubo momentos en que alzó la voz para tratar de acallar la silbatina, pero no pudo.

Y a un lado lo veía impávido el presidente Andrés Manuel López Obrador quien no se pronunció sobre el episodio, aunque debió hacer la reflexión introspectiva pues al que promocionó como un gobernante honesto, eficiente y buena gente -risas- es rechazado por la muchedumbre.

Lo que para el tabasqueño es una “bendición”, para los veracruzanos es lo contrario, una maldición.

Así lo expresó la ‘vox populi’ en Río Blanco. Además de que no lo soportan ni siquiera los de casa ya que los que le enderezaron la rechifla fueron en su mayoría empleados de gobierno.

Al evento de Río Blanco fueron acarrearon decenas de trabajadores municipales y Siervos de la Nación, el ejército electoral de la “cuarta transformación”, y fueron ellos los que más gritaron contra García Jiménez.

Con los burócratas se llenó el sitio de la ceremonia a fin de tener un auditorio controlado, pero los acarreados resultaron ser los protestantes.

Moraleja: el mal humor social no se controla por mucho tiempo.

García Jiménez ya es un coleccionista de abucheos pues son varias las ocasiones en las que recibe el desprecio popular y hasta ofensas de la turbamulta.

Hace exactamente un año, en la misma ceremonia del 7 de enero en Río Blanco también fue abucheado y le colgaron una manta con la leyenda: ¡Fuera Cuitláhuac!

Y cómo no recordar aquel 16 de mayo del 2021 en el estadio “Beto Ávila” de Boca del Río cuando lanzó la primera bola del arranque de la temporada en la Liga Mexicana de Béisbol y los aficionados le gritaron: “¡Es niña...es niña!”, además de otros insultos.

Tampoco es la primera vez que lo ridiculizan frente al mandatario federal.

El 2 de febrero del 2019 recibió la primera muestra de repudio en Minatitlán durante una gira de López Obrador.

Apenas tenía dos meses como gobernante y ya lo deliraban todos. ¡Buuuu…!, ¡Que se baje...que se baje!, le espetó la turbamulta cuando García hablaba al micrófono.

LA MEJOR ENCUESTA
De acuerdo al ´ranking’ nacional, el veracruzano es el gobernador que más abucheos ha recibido en el sexenio que transcurre.

Vaya ni siquiera los esperpentos como Cuauhtémoc Blanco de Morenos o Layda Sansores de Campeche han obtenido tantos desprecios a grito de pulmón.

Las encuestas de opinión que, pagadas con el erario estatal, indican que García Jiménez goza de una popularidad aceptable o que lo ubican entre los gobernadores mejor calificados quedan invalidadas con los gritos y chiflidos de la gente que son la mejor medición de cuánto vale un mandatario para la gente que gobierna.

Y como se dijo líneas arriba, García Jiménez con abucheos comenzó su mandato y con abucheos lo está terminando.

¿Qué no le gritará el pueblo enojado cuando falten uno o dos meses para entregar el cargo?

Por eso, el propio jalapeño ha deslizado que es posible que no lo concluya si no que pida licencia antes para integrarse al gabinete federal.

Otros especulan que lo hará después de marzo cuando inicien formalmente las campañas electorales.

Lo anterior no es descabellado porque García es una carga negativa para los candidatos a cargos de elección popular, principalmente para la zacatecana Rocío Nahle.

El abucheo de Río Blanco es un termómetro de que los electores verán como un agravio cuando la candidata morenista aparezca acompañada del gobernante estatal en mítines o cuando éste le brinde su respaldo públicamente y siga haciendo campaña a su favor.

CLAVO RADIACTIVO

En temporadas electorales la gente repudiable se vuelve radiactiva.

Sin embargo, al parecer la de Río Grande, Zacatecas, se arriesgará a cargar con ese pasivo llamado Cuitláhuac García ya son al menos dos ocasiones recientes en las que defiende su desastroso desempeño.

Precisamente con un tema relacionado del crimen organizado en la región fabril.

El pasado 13 de diciembre en Nogales la zacatecana aseguró que el cuitlahuismo ha dado buen resultado en tema de seguridad, que bajó los índices delictivos y que la Fiscalía estatal hace un buen trabajo.

Ni la burla perdona esta señora.

Lo dijo cuando le preguntaron sobre las cuatro personas que fueron desaparecidas cinco días antes, el 8 de diciembre, por agentes municipales de Tránsito.

Y lo hizo frente al alcalde morenista, Héctor Rodríguez Cortés, asistente al mitín y jefe de los agentes viales responsables de dicha desaparición forzada.

Nahle ‘tira su espada en prenda’ por la fama pública de Cuitláhuac García, el abucheado, defendiendo lo indefendible.

Vaya, la zacatecana hace lo contrario a lo que le recomiendan las mentes sensatas: no agarrarse a ese clavo que ya no está ardiendo si no que es radiactivo.

No le puede quemar la mano sino deshacerla totalmente.

*Envoyé depuis Paris, France.